O, en otras palabras, copy-paste.
¿Cómo es posible que sólo 3 teclas en una computadora causen tantos estragos? O peor aún, ¿cómo es posible que el terrible hecho de ejecutar esa secuencia no cause estrago alguno?
Es la diferencia entre la honestidad y la hipocresía, la diferencia entre la seriedad y la farsa, la diferencia entre la confianza y la desconfianza. Creo que el problema es que copiar es sumamente fácil de hacer y difícil de indentificar. La investigación seria, por otro lado, es laboriosa y no siempre sencilla.
Del mismo modo, es fácil corregir un trabajo "en diagonal" y muy trabajoso leer palabra por palabra. Es sencillo hacerse de la vista gorda ante una falta, ahorrarse el papeleo y dejar pasar un copy-paste; es complicado seguir el proceso que conlleva la sanción, convertirse en ogro y denunciar el plagio.
Pero la investigación seria no puede admitir plagios. Y es precisamente esa investigación seria la que nos lleva adelante, como individuos y como colectividad.
Creo que en el hecho de hacer cualquier labor intelectual, sea esta una tesis, una monografía, un ensayo o un simple reporte, no sólo hablamos de lo que sabemos o creemos; nos mostramos tal cual somos. El hacer un buen trabajo, entonces, nos honra a nosotros mismos, nos hace justicia y premia nuestro esfuerzo.
El tiempo dedicado al estudiar, el volumen de textos leídos, las horas dedicadas a la reflexión, los momentos de diálogos inteligentes y motivadores... todo eso merece ser adecuadamente valorado. Por y para nosotros mismos: estudiantes, investigadores, profesores, colegas.
Seamos honestos. Nos lo debemos.
Wang y Groat en "Architectural Research methods" (2002:7) citan el libro de James Snyder, "Architectural Research" (1984) para resumir la intención de la investigación en arquitectura: "una inquietud sistemática dirigida hacia la creación del conocimiento". En mi experiencia he podido comprobar que la casualidad y el encuentro fortuito de la información es lo que mas se acostumbra hacer en nuestro medio. Lo lamentable es que de la información encontrada, no sistematizamos ni tomamos lo relevante, por el contrario, pensamos que tenemos resuelta la investigación con sólo describir, coleccionar o acumular datos, y seguimos pensando que mientras más información tenemos, se realiza un mejor trabajo. En efecto es un problema ético, como se señala, mas aún, si los profesores no tienen la capacidad de evidenciar un copy/paste, el problema seguirá siendo el mismo. Pero hay un factor mas a considerar, la tecnología ha hecho que las convenciones de dibujo por ejemplo, se despersonalicen y dejen de ser únicas, convirtiéndo gran parte de un plano digital en copia de fuentes anónimas que apoyan un diseño o creación artística. Al dibujar un plano a mano, tal vez usaremos plantillas de letras, mobiliario u otros en 2D que encasillan algunas convenciones (y ademas reconocibles, porque las plantillas tienen marcas). Pero en el mundo digital, hoy un plano tiene bloques de todo tipo, en 2 y 3 dimensiones, donde inconscientemente, usamos el trabajo de otro sin reconocerlo, porque lo importante o apreciable no está en la representación misma del proyecto, sino en la rapidez, evaluación, gestión del resultado sin importar el medio.
ResponderBorrarComo consecuencia, el alumno se acostumbra a tomar de manera muy sencilla, elementos digitales para terminar un trabajo, donde en muchos casos no se valora el proceso, y el como alcanzar al resultado no es importante. Cualquier trabajo hecho digitalmente tiene una base de copia o reproductibilidad que se basa en la automatización de técnicas y convenciones para llegar a un resultado concreto, conviertiéndose en un collage con nombre y de autores anónimos. ¿Un bloque digital y un dato bibliográfico usando en un marco teórico debería tener el mismo valor?, creo que los que estamos involucrados en el medio académico diríamos que no, y tal vez otros mas dirían lo mismo, pero ¿un estudiante es conciente de ese proceso y valor de las cosas?, bloques de información y bloques de dibujo, un mecanizmo de sobrevivencia para conseguir finalmente un producto, un proyecto o un objeto. La tarea de evidenciar esto no es sencilla, pero tampoco imposible, gestionar la información debe ser una tarea básica antes de sentarse a crear y no sólo informar.
Lo cierto es que son (¿somos?) pocos los profesores que vamos más allá de censurar el copy/paste en la seguridad de una reunión de coordinación.
ResponderBorrarEl primer paso, sin embargo, debe consistir en salir de esos ámbitos teóricos y proponer debates públicos que analicen estas fronteras difusas.
Todas las acciones destinadas a eliminar la deshonestidad en el ámbito académico (meta probablemente utópica) deberían empezar con el reconocimiento del problema. Efectivamente, "¿Un bloque digital y un dato bibliográfico usando en un marco teórico debería tener el mismo valor?" No. Pero ¿por qué? Y lo que es aún más importante, ¿cómo hemos de transmitir estos criterios a alumnos de arquitectura que muy rara vez se enfrentan a problemas de investigación académica serios, como lo es la tesis de grado?
De todos modos, creo que la cantidad de información disponible, la velocidad de publicación, el fácil acceso a datos, el copy/paste, tendrán un impacto en la producción académica. Este impacto no sólo tiene relación con el volumen de nuevas investigaciones al que nos enfrentamos, sino con el grado de profundidad, veracidad y seriedad de las mismas. Del mismo modo que Walter Benjamin hablaba de los cambios en al arte en aquella nueva "era de la reproductibilidad técnica", tal vez nos corresponda ahora reflexionar sobre la "obra académica" en la era del CTRL+C CTRL+V
El problema de falta de honestidad o comportamiento inmoral – porque hay que hablar con la verdad y eso es lo que es el plagio: comportamiento inmoral – está tan arraigado en nuestra sociedad que ni cuenta nos damos. En la mayoría de los casos los estudiantes llegan a nivel universitario y no tienen una idea de lo que es propiedad intelectual. Es más, copy/paste y el no acreditar fuentes son comportamientos alimentados por el sistema educativo primario y secundario y aceptado hasta hace poco en las universidades.
ResponderBorrarNo hace mucho, durante una conversación con un joven de veinte y tantos años sobre el mismo tema, escuché la siguiente queja: “Yo entré a la universidad y a mitad de carrera me cambiaron las reglas del juego; eso no es justo.” Este joven está disgustado porque nadie le avisó que es prohibido copiar y pegar, ni le exigió acreditar las fuentes de ideas que no le pertenecen, ni le informó que es obligatorio presentar al final de cualquier trabajo académico una lista exhaustiva de los escritos consultados con su información completa. A mitad de carrera – ¡Oh, sorpresa! – de repente comienzan la expurgación de trabajos y las acusaciones de plagio.
La realidad es que en nuestro medio no se ha tomado consciencia de la magnitud del problema a ningún nivel; desde los niveles más altos de administración de instituciones académicas hasta el más bajo de los estudiantiles pasando por todos los rangos de profesores.
Creo que es hora de admitamos que va a tomar más que un curso en comportamiento ético y algún otro en lengua para solucionar el problema.
Requerimos un rebobinameinto mental a todo nivel, desde el de educación inicial hasta el universitario. Precisamos un compromiso inquebrantable y la firme convicción de que no hay excusa que valga. Tolerancia cero significa tolerancia cero; no importa si se trata del plagio de una ficha técnica y no una composición literaria o si la fuente de la cita sin comillas y acreditación ha sido incluida en la bibliografía o no. Plagio es plagio y tenemos la obligación de hacer todos los esfuerzos para respetar y hacer respetar la propiedad intelectual utilizando las herramientas a nuestra disposición para reportar violaciones.
Debemos también tomar en cuenta que en la mayoría de los casos, la persona que reporta el plagio necesita más apoyo moral que la que ha plagiado.