lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Qué es la escala humana? (S. Chermayeff & C. Alexander)

¿Qué escala es humana?

"El hombre emplea volublemente, aunque no sin cierto nerviosismo, la palabra "humanidad", y está tan acostumbrado a oír el cliché "escala humana" que no se detiene a preguntarse para qué clase de humanidad, en qué tiempo, dónde y en qué condiciones es que se emplea esa escala de medida. No obstante, esta abstracta "humanidad" comprende desde el histórico hombre de a pie o de a caballo que realizó memorables monumentos a su propia escala, hasta el gigante impulsado por reactores que avanza a "mayor velocidad que el sonido", atraviesa su habitad calzado con botas de siete leguas, abarca con sus ojos horizontes cada vez más amplios, pero ¡ay!, hollando muchas cosas a su paso.

Le Corbusier, une ville contemporaine
(utopies.skynetblogs.be)
R. Buckminster Fuller ha dicho que un visitante de Marte que descendiera sobre la tierra no vería a sus habitantes hasta que no estuviera casi sobre la superficie del globo. Mucho antes de verlos percibiría las carreteras, las vías férreas, las torres de radio y televisión, los aeropuertos, los edificios y todos los vehículos que se mueven en torno a ellos. Quizá esto podría inducirlo a error y llevarlo a confundir el elevado número de objetos en movimiento con los habitantes del planeta. Los habitante humanos se encuentran, con respecto a sí mismos, en una posición similar. Cada vez más raramente el hombre ve a su semejante a su propia escala. Lo ve en la ciudad, en las carreteras y en la pantalla bidimensional. Lo escucha por teléfono y a través de parlantes. Pero sólo  cuando se "arranca", por así decir, de todas estas invenciones se convierte en un verdadero ser viviente. Sólo entonces, cuando en su condición natural, única, se enfrenta "cara a cara" con otro ser humano, descubre la adecuada relación de escala entre su propia estructura física, la de sus semejantes y la dimensión de su entorno inmediato. Sólo entonces puede entablar una comunicación genuina."

[...]

Patología del aburrimiento

"Si el hombre se restringe a uno de los dos extremos, si se somete exclusivamente a la excitación provocada por la gran escala, sin poder experimentar el contraste de los detalles, es fácil concebir que su organismo llegue a atrofiarse. La sensibilidad humana, que puede resultar seriamente dañada por una sobreestimulación monótona, puede también lesionarse si es exclusivamente ejercida en un entorno cuyas comodidades físicas estén automáticamente calculadas y controladas. Nuestras facultades se mantienen y actúan mejor cuando están sometidas cada tanto a situaciones límite, cuando se les exige algún esfuerzo.

La monotonía, de cualquier matiz que sea - apagada o intensa -, es siempre debilitante. Aburrimiento es una palabra que hoy se escucha a menudo. Es posible que la uniforme "pesadilla de aire acondicionado" fatigue tanto a la mente como la cuerpo y que en tales condiciones aspectos vitales del ser humano degeneren. 

Es posible también que la ciencia descubra que esta variedad equilibrada no sea esencial para el bienestar físico del hombre, pero esto no parece probable. El equilibro que la naturaleza procura a los organismos vivos parece ser un compuesto de contrastes integrados en una relación dinámica. El mundo construido por el hombre debería ofrecer, por lo menos, algo semejante. Pero actualmente está impedido de hacerlo a causa de dos prestigiados invasores. Los instrumentos que confirieron al hombre su mayor poder dinámico - la movilidad total y la comunicación instantánea - son precisamente los que están destruyendo el equilibro del hábitat humano."

Chermayeff, Serge; Alexander, Christopher (1984 [1963]) Comunidad y privacidad. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. pp 76-80.

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