jueves, 2 de julio de 2015

Crítica al Aeropuerto de Beijing, por Jocelyn Cueto

La espacialidad del nuevo aeropuerto para Beijing, más allá de haber sido digno de recibir los juegos olímpicos, es por completo digna del arte de una película del genio Stanley Kubrick.

Bajar del avión, cargar la maleta, hacer el papeleo correspondiente a la llegada, es el vano proceso en el que eres abducido a un lugar de monumental escala e impresionante dinamismo. Anonadado poerél, el trajín de lo primero se desvanece, si te lo permites.

Dicha impresión es dada por una retroalimentación de percepciones distintas entre usuarios. Este es básicamente un "no lugar", hecho que hace natural el rápido paso entrante y saliente de personas. Hay quienes no se detienen ante nada, perciben únicamente su próximo paso, el próximo espacio. Para aquellos que se detienen a percibir la magnitud total de este momento, y por ende hacen de este "un lugar" en ese instante, el espacio es un show de movimiento / de dinamismo. Personas caminando, con diferentes agendas, diferentes direcciones, a diferentes niveles, sea la entrada, sea el puente, en niveles superiores. Nos encontramos en el hall principal, y aquí nuestra vista es bombardeada de movimiento. La visual desde el nivel superior provoca una sensación como puede ser contemplar "El jardín de las delicias" de El Bosco. Tienes el cuadro, el espacio frente a ti y disfrutas de la composición completa. Aún así la vista siempre puede enfocarse en un lugar y encontrar una situación, y también composición, particular. La riqueza espacial del lugar está en dicha percepción completa, una probada de todo, y flujos en todas las direcciones, que suceden en el lugar - más bien en el no lugar - donde todos sólo transitan.

De tener la "Novena sinfonía" de Beethoven como fondo musical, podría estar sumergida en "La naranja mecánica", caminando por ese espacio lineal, donde las estructuras que van haciendo degradé de tonos delinean la perspectiva hacia el punto de fuga que precisamente es la salida. Kubrick definitivamente aprovecharía este lugar.

El espacio además tiene la conexión visual con el edificio de enfrente, aquí es donde el encanto podría perderse. El poético espacio es conecta pro un largo puente con lo que, conceptual y visualmente, es ¡una tortuga de vidrio! Incluso tiene el caparazón sugerente. La poesía del espacio acabó donde el concepto se forzó en uno. La ilusión tuvo una decepción donde ces en cuenta que tuviste toda la percepción emocional, visual, espacial, dentro de lo que Foster diseñó como una tortuga y un dragón.

Moraleja: "Concept killed the spacial star" [El concepto - forzado - mató el protagonismo espacial].

Imágenes de Jocelyn Cueto, las rotaciones son a propósito.








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