Andina |
Hay muchas maneras de intentar hablar de ética, ordenar las ideas al respecto y, sobre todo, intentar demostar de qué manera los seres humanos podemos comportarnos mejor unos con otros. Todas estas maneras presentan errores, y ninguna, en sí misma es capaz de responder todos los dilemas éticos del universo.
Pero eso no significa que debamos dejar de plantearnos estos dilemas, una y otra vez, e intentar responderlos de la mejor manera posible, aún sabiendo que puede que fallemos.
Entonces, ¿por qué debemos ceder el paso a las combis, siempre?
Desde una perspectiva kantiana, nuestros actos deberían guiarse por leyes universales, demostradas, que producirán el mayor bien. Por ejemplo "nunca debemos mentir" (eso es utópico, complicado, y haría de nosotros seres bastante odiosos, pero Kant no lo creía así). Si planteamos como ley universal "nunca debemos ceder el paso a nadie" el mundo se acabaría en aproximadamente 20 minutos. 5 si estamos en Lima. Lo contrario, "siempre deberíamos ceder el paso", puede que nos haga llegar tarde a algunos sitios hasta que nos acostumbremos pero, definitivamente, reduciría significativamente las muertes en carretera.
De todos modos, esto suena muy exagerado, muy dognático, y poco realizable.
Vamos a lo siguiente: Aristóteles diría que existen virtudes humanas que debemos ir cultivando en una justa medida. Ni mucho, ni poco. ¿Debemos ser generosos y ceder el paso a la combi? Sí. Pero llega un momento en el que nosotros también tenemos que pasar. Y el justo medio estaría en descubrir cuántas combis deberían pasar antes que nosotros.
Ahora, como las combis no son infinitas, eventualmente dejarán de venir, podremos pasar, y llegaremos todos a donde queremos llegar.
Pero para esta pregunta en cuestión, creo que es mejor pensar en términos utilitarios. Básicamente la idea del utilitarismo es lograr como resultado final de nuestras acciones la mayor felicidad, para la mayor cantidad de personas, lo más rápido posible, y por una mayor duración.
Si yo paso primero, en mi carro particular, en el que máximo estoy llevando a otras 4 personas, lograremos 5 seres felices. Si la combi pasa primero, con sus 12, 20 o 45 pasajeros, tendremos a muchas más personas felices.
Es, matemáticamente, mejor.
Sin contar con efectos secundarios imprevistos, como que el chofer de dicha combi podría sentirse gratamente sorprendido, ligeramente menos tenso, mínimamente menos vengativo contra una ciudad que no le es amigable, y eso podría hacer que maneje mejor, a su vez cierre a menos carros particulares e, incluso, evite atropellar a alguien 5 cuadras más adelante.
¿Por qué debemos ceder el paso a las combis, siempre?
Porque nuestro pobre país requiere de personas más generosas, empáticas, éticas y correctas.
O, si te da flojera todo esto, por simple matemática.
¡Feliz 28 de julio!
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