"Al principio yo pensaba que estaba fingiendo ser director de cine. En algún momento, simplemente, se me fue. La sensación de estar fingiendo se fue. Y sentí: 'Ok, soy un director, supongo que ahora soy un director'."
Sydney Pollack, 2006. Sketches of Frank Gehry
¿En qué momento nos volvimos críticos? ¿Qué nos legitima como tales?
Hay varias posibles respuestas. La periodicidad y la constancia, el momento en el que alguien nos paga por hacerlo - que, siento honestos, es casi nunca - el que otros crean que uno es un crítico.
Criticar, en realidad, es algo personal y como tal, nace de una necesidad persona. Criticamos porque sentimos que necesitamos expresarnos. Opinar.
¿La crítica nace siempre de la indignación?
Frecuentemente, pero no debería ser así.
La crítica, la buena crítica, nace de la experiencia estética. Algo nos toca el alma y sentimos la imperiosa necesidad de compartirlo.
Pero también existe quien critica porque quiere sonar inteligente o sofisticado... o porque quiere destruir a alguien o a algo.
Y es así que tenemos los 5 tipos de críticos que a todos nos caen antipáticos:
- El autorreferencial: Critica siempre refiriéndose a su propia obra, teórica o proyectual. Cita sus propios artículos, muestra sus obras o proyectos como paradigmas de lo correcto y, cuando las cosas no salen bien, es el primero en decir "se los dije". Algunas veces este crítico usa la crítica como herramienta para conseguir un proyecto. Va a criticar todo lo relacionado a este hasta que, finalmente, reciba la comisión. Su crítica muere en ese momento.
- El resentido: Usa la crítica como válvula de escape ante sus propias frustraciones; hace de esta un ataque envidioso. Muchos críticos son acusados de esta actitud aunque no la tengan. Es una de las principales defensas contra la crítica por quienes no la practican.Variante - el rajón: Con un poco más de intensidad, a este individuo nada le huele y todo le apesta. Usa la crítica como un arma, sin piedad.
- El (pseudo) intelectual: Quiere mostrarse inteligente, erudito, sofisticado. Le interesa más el sonido de su propia voz que el efecto que su crítica pueda generar. Con el uso de palabras complejas y términos oscuros, es una crítica difícil de leer y poco efectiva.
- El amigo de todos: No se quiere pelear con nadie. En el mejor de los casos, sus críticas son simples descripciones; frecuentemente, sin embargo, son completamente positivas, sin espíritu crítico alguno. Esto, que parece no ser tan malo, desvirtúa la crítica y puede dar falsas sensaciones de lo que el proyecto realmente es.Variante - el sobón: Critica con una agenda personal. No quiere no pelearse, quiere caer bien, y usa la crítica para no perder amigos o subir puntos con el jefe.
- El "silvestre": Tiene opiniones sobre todo y todos y las suelta sin filtro alguno... y sin estar verdaderamente informado. En algunos casos da en el clavo, pero en la mayoría su crítica es en realidad una queja del momento.
Todos los que alguna vez hemos hecho crítica, hemos caído en una o más de estas cinco actitudes. Regreso al inicio: la crítica es un ejercicio personal. Empieza por conocerse uno mismo y saber de cuál pie se es más propenso a cojear.
"La crítica es el arte de amar. Es el fruto de una pasión que no se deja devorar por sí misma, sino que aspira a controlar una vigilante lucidez. Consiste en una búsqueda incesante de la armonía al interior de la pareja pasión - lucidez. Si uno de los dos términos prevalece sobre el otro, la crítica pierde gran parte de su valor."
Jean Douchet, 1961, Cahiers du Cinéma
Aquí entrevista sobre los CRÍTICOS ANÓNIMOS! https://www.youtube.com/watch?v=P2x1rzjxh1Y
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