"Armados con este esquema de métodos para la crítica, intenté, junto con mi equipo docente en el taller de diseño, hacer la crítica más pertinente en el proceso de diseño. Al hacerlo tuve que sumir que algo estaba mal y requería ser cambiado, así es que asumí que los diseñadores están a la defensiva y no dan la bienvenida a la crítica. De hecho, algunos pueden incluso rehusarse a escuchar. Si la crítica tiene como objetivo ayudar a crear mejores entornos, debe empezar por ser escuchada; un estudio sobre la crítica puede empezar mostrando que la crítica no es equivalente al Juicio Final, sino que es sólo comportamiento humano.
El comportamiento crítico está ligado al tiempo y al espacio, y limitado por el lenguaje y la visión del mundo. Si se puede demostrar que el crítico es un elaborador de hipótesis del mismo modo que el diseñador también lo es (“cada diseño es una hipótesis sobre cómo resolver un problema”), entonces cada crítica es una hipótesis sobre qué es lo que está pasando en un diseño, qué significa el diseño y qué tan bien el diseño se adecúa a ciertos estándares.
Una segunda cosa que supuse es que la crítica no es una sola cosa, sino que es muy variada. Esta suposición reduce las oportunidades de ignorar una crítica porque no toca los temas que se perciben como los más pertinentes. Por ejemplo, un estudiante puede querer críticas técnicas sobre un diseño mientras que el crítico-profesor ofrece crítica doctrinal: “Una municipalidad debería ser un…”. Si el estudiante entiende la diferencia, este puede dirigir al crítico para que éste sirva sus necesidades específicas. De modo similar, si la única reacción de un cliente a una propuesta es, “Se parece a…”, un diseñador que entiende los métodos de la crítica puede evocar respuestas con implicancias mayores que la crítica “se-parece-a”.
Suponiendo estos dos problemas básicos, actitud defensiva e imposibilidad de discriminar entre métodos de crítica, presentamos una unidad en el taller de diseño que trata sobre crítica. Con el estudio descrito como guía, los estudiantes realizaron lo siguiente: 1) análisis de las críticas que los profesores daban a otros estudiantes; 2) análisis de una crítica en un periódico; 3) análisis de la crítica de un lego a un edificio; 4) una crítica original utilizando uno o más de los métodos identificados. No tenemos medidas de la significación de esta unidad, especialmente si es que la actitud defensiva se redujo o si la sensibilidad hacia los métodos de la crítica y sus implicancias aumentó. Sin embargo, si no otra cosa, la exposición al amplio rango de respuestas sobre el entorno construido es una excelente introducción al campo del diseño.
Un resultado inesperado de este esfuerzo de introducir un estudio de la crítica en el taller de diseño fue que algunos estudiantes preguntaron sobre las posibilidades de trabajo y carrera en crítica. Luego de advertirles que sería más seguro poseer credenciales académicas en periodismo o historia, estuvimos de acuerdo en formular programas individualizados en crítica, que integran experiencia de diseño con actividades analíticas.
El análisis de métodos de crítica y los experimentos con la discusión de la crítica en el taller de diseño me han dado algunas convicciones sobre la crítica y su rol en el ámbito de la escuela. En primer lugar, la convicción que los fines de la crítica deberían ser los comienzos. En el proceso, la crítica puede ser disfrutable y esclarecedora, pero siempre debería hacer lo que llamo un sesgo evolutivo. Es esta posibilidad de tener una visión de futuro que distingue, de hecho, la crítica del entorno [arquitectónica, urbana] de la crítica literaria y artística. Pocos críticos literarios y artísticos pretenderían estar trabajando con el fin de producir mejor literatura o arte. Sus palabras, sus percepciones, su habilidad artística no va a convertir escritores mediocres en figuras literarias mayores, y tampoco sus palabras cambiarán la historia. Las críticas literaria y de arte son, principalmente, para otros críticos que aprecian las percepciones y la habilidad artística de la crítica, y para otros que disfrutan viendo más de lo que verían si fueran dejados a su suerte.
Lo que es especial sobre la crítica del entorno es que puede tener un efecto en el futuro. Las decisiones sobre el entorno conciernen más y están mucho más ligadas al ámbito de lo público, y el ámbito de lo público es sensible a la influencia. Capitalizar en esta característica única de la crítica del entorno, el crítico debe enfatizar en qué hay en el futuro, y no estar satisfecho con juicios categóricos sobre el pasado. La dicha del crítico se debe enfocar en cómo los eventos del presente pueden enseñarnos mejor cómo manejar el futuro.
Otra convicción es que la crítica debe mostrar tanto procesos como productos. Si un edificio corporativo es feo, ¿cómo sucedió? Si un proyecto de vivienda funciona bien, ¿cómo sucedió? ¿Cuál es la cadena de eventos que causa que el entorno construido sea del modo que es?
También estoy convencido que mucha de la crítica tiene un objetivo demasiado limitado. […] No necesitamos críticos de arquitectura, dicen, sino críticos ambientales y urbanos. Los edificios no deberían ser tratados como objetos aislados.
Finalmente, propongo que la crítica sea vista como una “respuesta útil” en lugar de simplemente “tamizar” o “hacer distinciones”. Sé que no es sabio tratar de cambiar raíces griegas y carreras y profesiones establecidas, pero la respuesta útil, o el tamiz útil y la propuesta de distinciones reflejarían mejor el potencial de la crítica del entorno. Esta perspectiva sobre la actividad crítica haría que el trabajo parezca menos un parásito (una visión típica del crítico en arte y literatura) y más una colaboración."
W. Attoe, en el artículo citado |
Attoe, W. (1976) "Methods of Criticism and Response to Criticism". JAE, Vol. 29, No. 4 Architecture Criticism and Evaluation. pp. 20-21.
Traducción de C. Dreifuss-Serrano
Muy interesante. Me adjunto a la idea de un curso sobre crítica dirigido a estudiantes de arquitectura. Es sorprendente conocer que estudiantes de arquitectura, con más de la mitad de la carrera lograda, no son capaces de analizar un edificación y su impacto sobre el usuario y su entorno. Tampoco parecen tener mucha idea de la responsabilidad inherente al arquitecto/ individuo y al gremio.
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