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domingo, 21 de enero de 2024

La Lima que queremos querer

Publicado en Espacios Escritos, Caretas (enero 18, 2024)


La Lima que queremos querer no nos hace pasar horas de nuestros días en el tráfico. Tenemos un transporte público seguro e integrado y puentes que no se caen ni se desploman. Esa especie de leyenda de la ciudad jardín es realidad, al menos parcialmente. Caminamos tranquilamente, sin temor a la delincuencia o a los conductores que invaden espacios de peatones.

Hay algo real y tangible que une estas fantasías con nuestra realidad: la Lima que tenemos, le tengamos cariño o no, nos regala edificios.

Algunos emblemáticos, como el Palacio de Gobierno, Larcomar o el Estadio Nacional forman nuestra imagen mental de Lima, la que hace de escenario a nuestras vidas. Otros, menos conocidos, son como un telón de fondo.

A través de los edificios, los parques, las casas, reconocemos a nuestra Lima y formamos parte de ella.

Es interesante preguntarnos cuál es la historia que la arquitectura nos cuenta, pero tal vez lo es aún más preguntarnos cuál es nuestro papel en ella. En el 489 aniversario de nuestra fundación española, y considerando la historia milenaria del territorio que ocupamos, vale la pena detenernos a observar y a pensar los modos en los que la arquitectura interactúa con nuestras vidas.

¿Nos es cómoda y nos permite desarrollar nuestras actividades? ¿Nos sorprende? ¿Nos es agresiva? ¿Es una incomodidad? ¿Un espacio que nos calma? ¿Nos es completamente indiferente? Me es difícil imaginar responder que sí a esta última pregunta.

Resulta que, a través de su arquitectura, la Lima que tenemos no nos es externa. Es, parcialmente, obra nuestra, y afecta quiénes somos y cómo nos sentimos. Tal vez es por eso que la queremos querer.

martes, 30 de julio de 2019

Adaptaciones informales y nociones de lo público frente a la densificación urbana

El estudio tras este artículo se centra en el impacto del crecimiento inmobiliario reciente en Lima, en el uso que se le da al espacio urbano, y cómo éste afecta las dinámicas sociales, la cohesión de vecindarios y la identidad de las personas en relación a su lugar de residencia. 

Barrios enteros en la ciudad consolidada se han densificado en los últimos años, con una mayor cantidad de usuarios en vivienda más pequeñas. Esto trae como consecuencia cambios en el uso del espacio público. Mientras que algunos de ellos se ven reflejados en el diseño de espacios públicos, la mayor parte de estos usos suceden en el espacio ya existente, de una manera informal o no planificada.

A partir del estudio del desarrollo de un barrio en proceso de densificación inmobiliaria se identifican patrones de uso del espacio urbano y su evolución con los cambios del vecindario, así como la llegada de una nueva población, más numerosa. 

Muchas de las premisas con las que se partió, sobre el déficit de espacio público y a los cambios de uso de la zona, son evidentes desde un punto de vista cuantitativo; sin embargo, las encuestas demuestran que la percepción de la población local no siempre coincide con esto. 

Es así que planteamos un diálogo entre realidad y percepción, el cual permite delinear cuáles eventos urbanos permanecen y cuáles están siendo reemplazados. 


El artículo completo se encuentra en este enlace.

Dreifuss-Serrano, C., Maqueira Yamasaki, A. (2019)  Adaptaciones informales y nociones de lo público frente a la densificación urbana. Cuadernos de Vivienda y Urbanismo, 12(24). https://doi.org/10.11144/Javeriana.cvu12-24.ainp

jueves, 31 de enero de 2019

Criterios de clasificación de la vivienda informal: una revisión sistemática

Investigando procesos de apropiación en la ciudad informal, auto-construida, nos encontramos con dificultades en la clasificación de las unidades observadas. Es común hablar del grado de consolidación de la vivienda, observada según materiales y cantidad de pisos construidos. Sin embargo, los fenómenos urbanos en su complejidad tienen a incorporar variables sociales, temporales y económicas que dificultan la clasificación.

Es así que nos propusimos encontrar métodos que podamos utilizar en el estudio de la vivienda informal. No hay muchos. La gran parte de artículos encontrados analiza casos de estudio puntales, con clasificaciones hechas "a medida" del estudio en cuestión.

Ese resulta siendo el punto más importante.

Para estudiar la ciudad informal, es necesario que la metodología que usemos pueda ser flexible a las situaciones que nos encontramos en las exploraciones.

Para este artículo, observamos 19 metodologías que ordenamos en un cuadro. La idea es que la síntesis de los aspectos observados puedan ayudarnos a plantear clasificaciones de la vivienda informal que permitan estudios exhaustivos y, eventualmente, propuestas bien sustentadas.

Aspectos a considerar en el estudio de la vivienda informal
(Dreifuss-Serrano, Schreier-Barreto, Jumpa (2018))


El artículo completo se encuentra en este enlace.


Dreifuss-Serrano, C., Schreier-Barreto, C., & Jumpa, M. (2018). Criterios de clasificación de la vivienda informal: una revisión sistemática. PRISMA como herramienta para establecimiento y análisis de categorías. rita_revista indexada de textos académicos, (10), 98-103. Recuperado de http://ojs.redfundamentos.com/index.php/rita/article/view/348/313

miércoles, 28 de noviembre de 2012

La Resi: Middle-Class Housing in Perspective

Artículo completo y presentación de la investigación "Procesos de adecuación en unidades de vivienda ya construidas - Caso de estudio: residencial San Felipe", en el Simposio Internacional Middle-Class Housing in Perspective.

Milán, 22 y 23 de noviembre, 2012.

Artículo completo:


Presentación:


Equipo:

Dra. Arq. Cristina Dreifuss Serrano

Bach. Alfredo Castro Aguilar, Bach. Adolfo Crosby, Bach. Emilio Jordán Fernández, Bach. Luis M. Luque,
Bach. André Rodriguez Alvarado.

Luis Aquino, Paul Alonso, Bryan Castillo Dávila, José Cepero, Claudia Fuentes Gamboa, Diego Goycochea, Mariale Hermoza, Alexis Joy Bravo, Mauricio Jumpa, Sebastián Paredes Smith, Karina Paulet, Samuel Povis Dávila, Arantxa Rejas, Pierina Sánchez, Saul Ugaz, Jorgesaúl Vasquez Chigne.

lunes, 8 de octubre de 2012

La Resi - Resultados preliminares I

Los resultados preliminares de la investigación "Procesos de adecuación en unidades de vivienda ya construidas - Caso de estudio: residencial San Felipe", han sido elegidos para ser presentados en el Simposio Internacional Middle-Class Housing in Perspective, que se llevará a cabo en la ciudad de Milán en Noviembre de este año.

Más información.





Equipo:

Dra. Arq. Cristina Dreifuss Serrano
Bach. Alfredo Castro Aguilar
Bach. Adolfo Crosby
Bach. Emilio Jordán Fernández
Bach. Luis M. Luque
Bach. André Rodriguez Alvarado
Luis Aquino
Paul Alonso
Bryan Castillo Dávila
José Cepero
Claudia Fuentes Gamboa
Diego Goycochea
Mariale Hermoza
Alexis Joy Bravo
Mauricio Jumpa
Sebastián Paredes Smith
Karina Paulet
Samuel Povis Dávila
Arantxa Rejas
Pierina Sánchez
Saul Ugaz
Jorgesaúl Vasquez Chigne

lunes, 24 de septiembre de 2012

No son genios lo que necesitamos ahora (J. A. Coderch)

Al escribir esto no es mi intención ni mi deseo sumarme a los que gustan de hablar y teorizar sobre Arquitectura. Pero después de veinte años de oficio, circunstancias imprevisibles me han obligado a concretar mis puntos de vista y a escribir modestamente lo que sigue:

Un viejo y famoso arquitecto americano, si no recuerdo mal, le decía a otro mucho más joven que le pedía un consejo: "Abre bien los ojos, mira, es mucho más sencillo de lo que imaginas." También le decía: "Detrás de cada edificio que ves hay un hombre que no ves." Un hombre; no decía siquiera un arquitecto.

J. A. Coderch, casa Ugalde (afasiaarq.blogspot.com)
No, no creo que sean genios lo que necesitamos ahora. Creo que los genios son acontecimientos, no metas o fines. Tampoco creo que necesitemos pontífices de la arquitectura, ni grandes doctrinarios, ni profetas, siempre dudosos. Algo de tradición viva está todavía a nuestro alcance, y muchas viejas doctrinas morales en relación con nosotros mismos y con nuestro oficio o profesión de arquitectos (y empleo estos términos en su mejor sentido tradicional). Necesitamos aprovechar lo poco que de tradición constructiva y, sobre todo, moral ha quedado en esta época en que las más hermosas palabras han perdido prácticamente su real y verdadera significación.

Necesitamos que miles y miles de arquitectos que andan por el mundo piensen menos en Arquitectura (con mayúscula), en dinero o en las ciudades del año 2000, y más en su oficio de arquitecto. Que trabajen con una cuerda atada al pie, para que no puedan ir demasiado lejos de la tierra en la que tienen raíces, y de los hombres que mejor conocen, siempre apoyándose en una base firme de dedicación, de buena voluntad y de honradez (honor).

Tengo el convencimiento de que cualquier arquitecto de nuestros días medianamente dotado, preparado o formado, si puede entender esto también puede fácilmente realizar una obra verdaderamente viva. Esto es para mí lo más importante, mucho más que cualquier otra consideración o finalidad, sólo en apariencia de orden superior.

Creo que nacerá una auténtica y nueva tradición viva de obras que pueden ser diversas en muchos aspectos, pero que habrán sido llevadas a cabo con un profundo conocimiento de lo fundamental y con una gran conciencia, sin preocuparse del resultado final que, afortunadamente, en cada caso se nos escapa y no es un fin en sí, sino una consecuencia.

Creo que para conseguir estas cosas hay que desprenderse antes de muchas falsas ideas claras, de muchas palabras e ideas huecas y trabajar de uno en uno, con la buena voluntad que se traduce en acción propia y enseñanza, más que en doctrinarismo. Creo que la mejor enseñanza es el ejemplo; trabajar vigilando continuamente para no confundir la flaqueza humana, el derecho a equivocarse -capa que cubre tantas cosas-, con la voluntaria ligereza, la inmoralidad o el frío cálculo del trepador. Imagino a la sociedad como una especie de pirámide, en cuya cúspide estuvieran los mejores y menos numerosos, y en la amplia base las masas. Hay una zona intermedia en la que existen gentes de toda condición que tienen conciencia de algunos valores de orden superior y están decididos a obrar en consecuencia. Estas gentes son aristócratas y de ellos depende todo. Ellos enriquecen la sociedad hacia la cúspide con obras y palabras, y hacia la base con el ejemplo, ya que las masas sólo se enriquecen por respeto o mimetismo. Esta aristocracia hoy prácticamente no existe, ahogada en su mayor parte por el materialismo y la filosofía del éxito. Solían decirme mis padres que un caballero, un aristócrata es la persona que no hace ciertas cosas, aun cuando la Ley, la Iglesia y la mayoría las aprueben o las permitan. Cada uno de nosotros, si tenemos conciencia de ello, debemos individualmente constituir una nueva aristocracia. Este es un problema urgente, tan apremiante que debe ser acometido en seguida.Debemos empezar pronto y después ir avanzando despacio sin desánimo. Lo principal es empezar a trabajar y entonces, sólo entonces, podremos hablar de ello.

Al dinero, al éxito, al exceso de propiedad o de ganancias, a la ligereza, la prisa, la falta de vida espiritual o de conciencia hay que enfrentar la dedicación, el oficio, la buena voluntad, el tiempo, el pan de cada día y, sobre todo, el amor, que es aceptación y entrega, no posesión y dominio. A esto hay que aferrarse.

Se considera que cultura o formación arquitectónica es ver, enseñar o conocer más o menos profundamente las realizaciones, los signos exteriores de riqueza espiritual de los grandes maestros. Se aplican a nuestro oficio los mismos procedimientos de clasificación que se emplean (signos exteriores de riqueza económica) en nuestra sociedad materialista. Luego nos lamentamos de que ya no hay grandes arquitectos menores de sesenta años, de que la mayoría de los arquitectos son malos, de que las nuevas urbanizaciones resultan antihumanas casi sin excepción en todo el mundo, de que se destrozan nuestras viejas ciudades y se construyen casas y pueblos como decorados de cine a lo largo de nuestras hermosas costas mediterráneas.

Es por lo menos curioso que se hable y se publique tanto acerca de los signos exteriores de los grandes maestros (signos muy valiosos en verdad), y no se hable apenas de su valor moral. ¿No es extraño que se hable o escriba de sus flaquezas como cosas curiosas o equívocas y se oculte como tema prohibido o anecdótico su posición ante la vida y ante su trabajo?

¿No es curioso también que tengamos aquí, muy cerca, a Gaudí (yo mismo conozco a personas que han trabajado con él) y se hable tanto de su obra y tan poco de su posición moral y de su dedicación?

Es más curioso todavía el contraste entre lo mucho que se valora la obra de Gaudí, que no está a nuestro alcance, y el silencio o ignorancia de la moral o la posición ante el problema de Gaudí que, esto sí, está al alcance de todos nosotros.

Con grandes maestros de nuestra época pasa prácticamente lo mismo. Se admiran sus obras, o mejor dicho, las formas de sus obras y nada más, sin profundizar para buscar en ellas lo que tienen dentro, lo más valioso, que es precisamente lo que está a nuestro alcance. Claro está que esto supone aceptar nuestro propio techo o límite, y esto no se hace así porque casi todos los arquitectos quieren ganar mucho dinero, o ser Le Corbusier; y esto el mismo año en que acaban sus estudios. Hay aquí un arquitecto, recién salido de la Escuela, que ha publicado ya una especie de manifiesto impreso en papel valioso después de haber diseñado una silla, si podemos llamarla así.

La verdadera cultura espiritual de nuestra profesión siempre ha sido patrimonio de unos pocos. La postura que permite el acceso a esta cultura es patrimonio de casi todos, y esto no lo aceptamos, como no aceptamos tampoco el comportamiento cultural, que debería ser obligatorio y estar en la conciencia de todos.

Antiguamente el arquitecto tenía firmes puntos de apoyo. Existían muchas cosas que eran aceptadas por la mayoría como buenas o, en todo caso, como inevitables, y la organización de la sociedad tanto en sus problemas sociales como económicos, religiosos, políticos, etc., evolucionaba lentamente. Existía, por otra parte, más dedicación, menos orgullo y una tradición viva en la que apoyarse. Con todos sus defectos, las clases elevadas tenían un concepto más claro de su misión, y rara vez se equivocaban en la elección de los arquitectos de valía; así, la cultura espiritual se propagaba naturalmente. Las pequeñas ciudades crecían como plantas, en formas diferentes, pero con lentitud y colmándose de la vida colectiva. Rara vez existía ligereza, improvisación o irresponsabilidad. Se realizaban obras de todas clases, que tenían un valor humano que se da hoy muy excepcionalmente. A veces, pero no con frecuencia, se planteaban problemas de crecimiento, pero afortunadamente sin esa sensación, que hoy no podemos evitar, de que la evolución de la sociedad es muy difícil de prever como no sea a muy corto plazo.

Hoy día, las clases dirigentes han perdido el sentido de su misión, y tanto la aristocracia de la sangre, como la del dinero, pasando sobre todo por la de la inteligencia, la de la política y la de la Iglesia o Iglesias, salvo rarísimas y personales excepciones, contribuyen decisivamente, por su inutilidad, espíritu de lucro, ambición de poder y falta de conciencia de sus responsabilidades al desconcierto arquitectónico actual.

Por otra parte, las condiciones sobre las cuales tenemos que basar nuestro trabajo varían continuamente. Existen problemas religiosos, morales, sociales, económicos, de enseñanza, de familia, de fuentes de energía, etcétera, que pueden modificar de forma imprevisible la faz y la estructura de nuestra sociedad (son posibles cambios brutales cuyo sentido se nos escapa) y que impiden hacer previsiones honradas a largo plazo.

Como he dicho ya en líneas anteriores, no tenemos la clara tradición viva, qué es imprescindible para la mayoría de nosotros. Las experiencias llevadas a cabo hasta ahora y que, indudablemente en ciertos casos han representado una gran aportación, no son suficientes para que de ellas se desprenda el camino imprescindible que haya de seguir la gran mayoría de los arquitectos que ejercen su oficio en todo el mundo. A falta de esta clara tradición viva y en el mejor de los casos se busca la solución en formalismos, en la aplicación rigurosa del método o la rutina y en los tópicos de gloriosos y viejos maestros de la arquitectura actual, prescindiendo de su espíritu, de su circunstancia y, sobre todo, ocultando cuidadosamente con grandes y magníficas palabras, nuestra gran irresponsabilidad (que a menudo sólo es falta de pensar), nuestra ambición y nuestra ligereza.

Es ingenuo creer, como se cree, que el ideal y la práctica de nuestra profesión pueden condensarse en "slogans" como el del sol, la luz, el aire, el verde, lo social y tantos otros. Una base formalista y dogmática, sobre todo si es parcial, es mala en sí, salvo en muy raras y catastróficas ocasiones. De todo esto se deduce, a mi juicio, que en los caminos diversos que sigue cada arquitecto consciente tiene que haber algo común, algo que debe estar en todos nosotros. Y aquí vuelvo al principio de esto que he escrito, sin ánimo de dar lecciones a nadie, con una profunda y sincera convicción.

José Antonio Coderch. Domus, noviembre, 1961.
Tomado de www.unav.es

domingo, 10 de junio de 2012

Universidades y universidades (J. Secada Koechlin)

"A diferencia de los negocios universitarios, universidades como San Marcos, Cayetano, la UNI o la Católica tienen planteles de profesores con doctorados o títulos equivalentes, a tiempo completo y con contratos vitalicios. Este cuerpo de profesores participa en la administración de la universidad que en mayor o menor medida incorpora mecanismos de autogestión. ¿Por qué esto? 

Parte de las funciones laborales de un profesor de estas universidades es la producción de conocimiento. En algunos casos esta función puede ser la principal: durante un sabático es la única que se le impone. La creación intelectual requiere dedicación completa en condiciones de seguridad económica. En muchos casos los mejores frutos se ven luego de décadas de investigación. Esto explica porqué, pasado un período de prueba de muchos años, a estos profesores se les otorgan nombramientos de por vida. Un propósito adicional del nombramiento vitalicio es proteger al profesor de la voluntad de sus empleadores y asegurar que pueda trabajar con absoluta libertad, guiado solamente por las exigencias de su disciplina. 
¿Cómo se educa en estas universidades? Exponiendo críticamente al estudiante a los diversos campos del saber. En sus cursos no solamente se transmiten contenidos sino que se evalúan, se discuten y se cuestionan. Incluso, en seminarios y cursos avanzados se incorpora al estudiante a los mecanismos de producción de conocimiento. Por todo esto, los profesores de estas universidades tienen doctorados. Un doctorado requiere haber hecho una contribución al conocimiento. Vemos, pues, que en estas instituciones académicas la investigación y la producción de conocimiento no se pueden separar de la labor docente."

Leer el artículo completo.

viernes, 1 de julio de 2011

Ornament as a need in spontaneous architecture

Ornament as a need in spontaneous architecture.
Learning aesthetics from self -constructed dwellings

Artículo presentado en el evento Eurau '10 - European symposium on research in architecture and urban design, 5th edition. Nápoles, Junio 2010.

Università degli Studi di Napoli Federico II
Polo delle Scienze e delle Tecnologie
Facoltà di Architettura
Dipartimento di Progettazione Urbana e di Urbanistica
Scuola di Dottorato di Architettura


miércoles, 7 de octubre de 2009

Flexible Mapping (abstract)

It is agreed that the study of the city should begin with individuals and groups, and it should keep its focus in the inhabitant that dwells on it. But, since cities are also physical phenomena, with a defined shape and characteristics and, moreover, they are the object of study and intervention of architects and urban planners, a practical approach should be taken. If lived experience is more important than the physical form of the city, then, the last one is bound to be a response to the first one.

The research in urbanism aiming to the development of new urban models, projects and solutions should begin with the study of the event – the experience, the everydayness – in the urban tissues, and how both develop different types of relationships, conflictive or less so. From the spontaneous (almost chaotic) experience of going to a street market or taking non-formal 15 passenger vehicles for public transport to the actual use of services provided by government institutions, the user’s approach and its own particular point of view is a pivotal element in urban research.

It is hereby proposed a new approach to research in situ, beginning in the architecture classrooms that combines the students’ actual using of urban spaces with the adjustment of existing information gathering and mapping methods. The product of this kind of research would be, thus, the combination of the experiences in the said everydayness and the particular characteristics of that specific urban space.

Due to practical reasons, we cannot pretend to create out of scratch new mapping techniques for every urban space we are facing. Methods proposed by the cathedra should begin with being flexible and therefore, susceptible to variations in situ, and they should be subject to a constant evaluation process through their use during field research.

Students themselves are a very important mapping instrument, since their approach to the subject tends to be less biased, without the mistrust or artificiality in the relation that professionals tend to provoke while doing field research. Students become then part of the event occurring in the urban space they are studying.

Presenting as case study the experience of this year Encounter of Architecture Students in Peru (CONEA 09) in which such a study took place in a neighborhood in the suburbia of Lima, different mapping methods are analyzed, as well as their results featuring students as tools in urban research.
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