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sábado, 3 de noviembre de 2018

New Orleans: Piazza d'Italia (C. Moore + Perez Architects) II

"Charles Moore’s Piazza d’Italia is like one of those fruity, rummy Hurricane cocktails that you sip through a straw from a curvy glass garnished with an orange slice and maraschino cherry: colorful, over the top, and made of questionable ingredients." (Freeman, 2004)


"The way architecture communicates with this industrial society has to be seen as a major challenge for Post-Modernism. Clearly Modernism failed to speak to this society in several ways [...]. Simplifying somewhat we can point to three basic justifications for choosing a style, or mixing them, as the case may be: the context that the building fits into, the character of the particular functions which must be enhanced by style, and the taste-culture of the inhabitants. We can see these three aspects in Charles Moore's [...] Piazza d'Italia in New Orleans" (Jencks, 1977, p. 143)



"Inclusivism rejects the Modern Movement's aloof and heroic stance with regards to the realities of day-to-day living in favor of a more modest and flexible position by which architecture embodies values that are supported by society and not just other architects. [...]

Post-Modernism also rejects the abstraction of the Modern movement's International Style in favor of a return to "representational" as a key element in communication. Charles Moore, for example, states that his recent design for a fountain at the Piazza d'Italia in New Orleans is 'shaped like the map of Italy (only very slightly abstracted), with the five architectural orders on the wall surruonding it rendered, not exactly standardly, but certainly quite specifically in stainless steel and water [...]'" (Stern, 2009, p. 111)


"A point worth stressing is that the plurality of meanings in this scheme could not have been successfully incorporated by one designer (a point to be made generally about participation [...]). Moore has teamed up with two local architects from the firm of Perez and Associates and these designers supplied much of the peculiar cultural knowledge. They were the ones to stress the importance of the annual St. Joseph's festival, the pretext for the fountain and piazza. Once a year, the Italian community comes to the fore to celebrate its presence and they do so by selling Italian specialities and local concoctions (muffalattas, salami, cheese, etc.) on the day of their patron saint. Since the ostensible reason for the piazza was to give identity to the Itallian community in a city where other ethnic groups dominate (the French, Spanish, the blacks and Anglos) there was a sufficient pretext for historicist rhetoric and explicit content." (Jencks, 1977, p. 146)












 

"Clearly, the success of this rhetoric depends on an area outside of architecture: the belief in a credible social or metaphysical content. The search for such content is the next challenge for Post-Modernists." (Jencks, 1977, p. 146).


Fuentes:

Freeman, A. (2004) "That ’70s Show. In New Orleans, the third act begins on a famous outdoor stage." Landscape Architecture.

Jencks, C. (1977) The Language of Post-Modern Architecture. New York: Rizzoli.

Stern, R. A. M. (2009) Architecture on the edge of Post Modernism. Collected Essays 1964-1988. New Haven: Yale University Press.

jueves, 1 de noviembre de 2018

New Orleans: Piazza d'Italia (C. Moore + Perez Architects) I

"Es muy buena," dice una voz detrás de mí. Yo estoy colgada, precariamente, de las rejas del estacionamiento vecino, tratando de tomar una foto a esos capiteles delirantes.

"¿Le gusta?" pregunto, descolgándome de la reja.

"¡Mm-hm!" con dejo sureño, las manos metidas en el bolsillo de su mandil.

"A mí también."

La señora asiente, aprobando.

"Perdone, pero ¿qué es lo que más le gusta?" vuelvo a preguntar, antes de que se vaya.

"Bueno... que es como un escenario, ¿sabes? Puedes imaginarlo todo. Los romanos ('em Romans), entrando con sus caballos, sacando sus espadas y teniendo esas peleas. Sucedió en un sitio como este, ¿sabes? Y aquí me lo puedo imaginar muy bien. Es la atmósfera de esos lugares viejos, con historia. Me gusta."










Inaugurada en 1978, restaurada en 2004 y 2018. Ubicada en el límite del Warehouse District, en New Orleans, en el cruce de Lafayette y Commerce. 

En la actualidad permanece enrejada, pero el espacio puede alquilarse para eventos.

jueves, 27 de noviembre de 2008

El lugar más lindo de Roma (Novena parte)

El lugar más lindo de Roma es el departamento 16 en vía Antonio Toscani, 49.

Es uno de los departamentos más grandes que he visto en esta parte del mundo; lógico, debe albergar a mis fantásticos coinquilinos, Giulio y Jacopo (de 6 y 8 años) y a su encantadora madre. Y a mí.

La primera vez que oí (más precisamente, leí) sobre este lugar, yo estaba en Lima y el mail de Rosalba era la respuesta a mis plegarias. Necesitaba mudarme y necesitaba hacerlo ya. Es así que, de regreso en Roma, vine a conocerlo(s).

El departamento no sólo es grande, es confuso. Tiene un balcón hacia la calle desde donde se ve la avenida y un puñado de ventanas que miran hacia patios interiores; un corredor en forma de L y suficientes baños como para mantener contento a Le Corbusier.

Lo mejor, de lejos, es la cocina. Está al centro del departamento y es el centro del departamento. Las conversaciones importantes, las triviales, las discusiones, los juegos de los chicos, las llamadas telefónicas, las sesiones de autoayuda y sobre todo, los raptus culinarios ocurren en este maravilloso espacio.

Mi cuarto está precisamente al frente, así es que, quiera o no, estoy siempre en el meollo de las cosas. Y sí que quiero.

La primera vez que vi mi cuarto, con sus 6m2 que parecían 3, debo decir que me asusté. Venía de un cuarto inmenso con vista al jardín, y lo que tenía delante era un espacio pequeñito que se veía mucho más pequeñito porque estaba okupado por un armario enorme y bastante feo (scussi, Ro, pero es cierto) y con una ventana que mira a un pozo de luz, desde donde "no le daba el sol ni le daba la luna" (como dice la canción).

Luego del desalojo del armario, que fue reemplazado por un mueble de Ikea, de cartón forrado en fórmica, para que parezca madera (porque dudo mucho que sea madera de verdad), y de colocar de alguna manera mi cama, mi mesa, y mis millones de cachivaches, el resultado me gusta mucho.

Vivir en Toscani 49 es no dormir más allá de las 8 am., comer castañas, ver dibujos animados en italiano, entender que la cocina es un arte, descubrir que soy de izquierda, recibir besos de buenas noches, hacer pisco sour y tolerar que existen Dragon Ball y los Gormiti. Es aprender mucho y constantemente.

Siempre pensé que el "conócete a ti mismo" tenía como escenario un desierto en el que, en soledad, se podía iniciar la introspección. Acá he descubierto que el conocerse es mucho más divertido cuando, al mismo tiempo, estás conociendo a otros y compartiendo con ellos.

sábado, 1 de noviembre de 2008

El lugar más lindo de Roma (Octava parte)

El lugar más lindo de roma es el Cimitero Monumentale de Verano, es decir, el Cementerio Monumental.

El nombre no tiene nada que ver con la estación del año (en italiano verano se dice estate), sino con el nombre de uno de los gens o clanes más importantes de roma, Verani. Aparentemente, el cementerio ocupa el lugar donde antes vivían estas gentes.

Es un cementerio antiguo. De hecho, me llamó la atención algunas tumbas y mausoleos que han sido puestos a disposición de quien los quiera usar (y pagar) porque sus dueños originales no van a hacerles mantenimiento desde hace más de 50 años. Se ve que en los cementerios los tiempos están en otra escala. No es un cementerio muy imponente ni señorial, pero tiene un buen puñado de tumbas muy bonitas, de nichos con diversas arquitecturas, esculturas y una respetable colonia de gatos.

Hacia la fachada principal, a la izquierda de la iglesia, el cementerio, no sé por qué, está en una especie de montículo artificial, en lo alto. Es ahí donde están las tumbas más antiguas. En realidad, a diferencia de otros cementerios como el de Lima o el de Buenos Aires, es simpático cómo el Verano tiene geografía. Al igual que la ciudad que lo alberga, Roma, este cementerio también tiene colinas.

Hoy, día de los santos y difuntos, era el mejor lugar para estar.


Este espacio (¿terapéutico?) cumple hoy un año.

Recuerdo el día que lo hice: fue mi primer feriado romano, en un fin de semana muy largo y muy lluvioso (cayó viernes). Podría decirse que ese fue mi
primer fin de semana en Roma.
Acababa de pasar por la desilusión del inicio de clases del doctorado. Estaba decidiendo que no regresaba a Lima por Navidad. No tenía comida en la refri, no tenía nada que hacer, no tenía con quién hablar, el silencio invadía los espacios internos y externos... y sin querer queriendo, decidí divagar.

365 días después, hoy estuvo soleado, aunque amenazando lluvia toda la mañana. Ayer tuve una reunión de cumpleaños-halloween. En un poco más de un mes estaré en Lima, por Navidad. La casa en donde vivo es cualquier cosa menos silenciosa, la refri se rige por el principio del
horror vacui, mi vida hace rato que dejó de ser aburrida. Hoy salí a pasear y a tomar fotos.

Cada día estoy más enamorada de Roma.

martes, 21 de octubre de 2008

Perdida en un Parco... o el lugar más lindo de Roma (Séptima parte)

El lugar más lindo de Roma, por mucho que me cueste admitirlo, es el Parco della Caffarella.

A diferencia de Villa Pamphilli, donde uno de vez en cuando pierde la noción de estar en medio de la ciudad... en el Parco della Caffarela es de lo más común no sólo olvidar que uno está en la ciudad, sino olvidar dónde está la salida, dónde la entrada y que las distancias son enormes... enormes del verbo enorme.

La primera vez que fui, fue con ocasión de un pic-nic (tipo los del oso Yogi) y nos quedamos a 300 metros de la puerta.

La segunda y tercera vez ha sido con motivo del seminario de paisajismo: estamos haciendo proyectos de intervención en el Ninfeo di Egeria.

El primer problema fue dar con una entrada al parque, que a pesar de tener kilómetros y kilómetros de perímetro, no es que tenga muchas puertas. El segundo, orientarme en el interior, donde casi no hay señales y las pocas que se encuentran son un poco contradictorias.

El tercer problema, fue salir, sobre todo porque tengo la terrible manía de creer que conozco atajos, incluso en sitios donde nunca he estado. Finalmente, un cuarto problema, una vez fuera del parque, encontrar la calle correcta que me lleve a algún lugar civilizado.

Fallé en todas, sistemáticamente. No sé qué me ocurre, pero pasar por el Parco della Caffarella, para mí, es como cuando en las series de ciencia ficción la nave se acerca a algún misterioso campo magnético y todos los sensores se vuelven locos. Mi sentido de orientación, simplemente, desaparece. Ésta fue la ruta que hice, a pie, la segunda vez que fui... cuando tuve que encontrar el dichoso ninfeo por primera vez.


La ruta que hice hoy, aún más humillante porque fue en espiral, no la pretendo dibujar en Google earth... una tiene su orgullo (mermado, mutilado y despostillado en este momento).

No estoy en alguna fase masoquista que me haga decir que éste es el lugar más lindo de Roma. El parque es, en realidad, fantástico. A pocos cientos de metros de la entrada, hay granjas, con cabras, ovejas, gallinas y demás animalitos, hay campos de cultivo, tractores y riachuelos, hay árboles, arbustos y prados. En suma, uno puede creerse eso de que salió de la ciudad... todo al medio de Roma.

Es menos "civilizado" que Villa Pamphili, los caminos son de tierra. Es mucho más antigua además... mientras uno pasea distraidamente (o busca la salida con desesperación), puede aparecerse una torre romana, una casa antigua o, por qué no, un ninfeo.

Sigo diciendo que los romanos tuvieron muchísimo sentido común al dejar estas enormes superficies sin urbanizar.

Algunas fotitos.

domingo, 28 de septiembre de 2008

El lugar más lindo de Roma (Sexta parte)

Hace mucho tiempo que no escribo sobre los lugares lindos de Roma. Por un lado, la relación de amor-odio que mantengo con esta ciudad ha pasado por etapas álgidas que hacen difícil ver los lados simpáticos; por otro lado, al caer en la rutina, el asombro disminuye un poco (esto último no está nada bien).

Dicho esto, el lugar más lindo de Roma es Villa Doria Pamphili, el parque de la esquina de mi casa.

Dentro del caos y la falta de sentido común de los romanos en general, se debe admitir que fueron tremendamente acertados al asegurarse al menos cuatro parques ENORMES dentro de la ciudad. Estamos hablando de hectáreas de área de esparcimiento: colinas, pastos, bosques, zonas de juego, riachuelos y fontanas.

Villa Pamphili es uno de estos parques, de casi 2 km cuadrados de área, dividido en dos pedazos por la via Leone XIII.

En este parque tuvieron el buen gusto de planificar muy poco. Es decir, que las zonas "intervenidas" se limitan a los alrededores de la fontana-laguna, al trazado de algunos caminos (de tierra) y al cerco perimetral. Luego, el parque es una sucesión de arboledas, campos abiertos y zonas de matorrales. Nada de rectángulos artificiales de flores de colores, nada de caminitos curvilíneos pavimentados, nada de bancas incomodísimas, nada de mobiliario urbano incomprensible.

Se puede pasear libremente, pasear a niños y/o perros, leer, dormir siesta, llegar con una cesta y mantelito a cuadros a hacer picnic, dar de comer a los patos, hacer ejercicio o simplemente mirar.

El recorrido permite que uno pueda caminar con comodidad en senderos amplios, explorar por caminitos entre los árboles, descubrir nuevos espacios cada vez, pasar de zonas llenas de gente a rincones olvidados y silenciosos y, por sobre todo, permite que luego de unos cuantos pasos, uno se olvide que está en el centro de una de las metrópolis más cosmopolitas y ruidosas del mundo.

Porque una de las mejores cosas de los parques de Roma, Villa Pamphili entre ellos, es que desde el interior no se percibe la ciudad.

jueves, 3 de abril de 2008

El lugar más lindo de Roma (Quinta parte)

Con la arbitrariedad que me caracteriza - y un poco a modo de justo homenaje, ahora que me mudo - el lugar más lindo de Roma es el departamento Monterosso. El departamento donde vivo con Valeria.

Tal vez sea un poco exagerada esta categoría, pero luego de haber visto muchos, muchos departamentos en los que se alquilan cuartos a estudiantes, puedo garantizar que éste uno de los depas más lindos de Roma. De hecho, fue amor a primera vista esa tarde de octubre, aún con un poco de calor, que Valeria me trajo, me sentó en su sala y, por primera vez en la vida, discutí con ella de condiciones de alquiler.

El departamento (Scala 11, Interno 7, Terzo piano) es parte de un condominio de no se cuántos palazzi, pero ocupa casi toda una manzana, con jardines comunes muy bonitos y al menos 4 ingresos en las dos calles en ángulo. Hacia la Tuscolana, en la parte baja, hay tiendas; hacia la Nomentana, graffiti.

En cuanto al emplazamiento, lo mejor que tiene es que está a 50 metros de la metro... línea A, Giulio Agricola (General romano que llego hasta Inglaterra, no sean ignorantes y busquen en la wikipedia). Tiene 3 o 4 supermercados alrededor, un par de iglesias feísimas, y una cantidad impresionante de ambulantes que hace que, durante las tardes, caminar media cuadra tome un cuarto de hora.

El conjunto pertenece a ese período-estilo tan socorrido por la gente acá: dopoguerra (después de la guerra) y son departamentos pequeños, con 2 o tres dormitorios y balconcitos por todos lados. En este palazzo, gozamos de tener 3 fachadas, todas mirando hacia los jardines interiores.

Hace como un mes tuve la oportunidadde visitar el departamento de abajo, que no está remodelado... originalmente no eran la gran cosa: una sala comedor, una cocina diminuta, un baño con esas tinas con patas, y dos dormitorios, con unos fabulosos techos altos.

"Nuestro" departamento fue remodelado hace unos años. El muro que dividía el ingreso de la sala comedor fue tumbado, con lo que ahora es un espacio libre muy bonito e iluminado; la cocina, siempre diminuta, pero blanca estilo Ikea-te-resuelve-la-vida y un baño "moderno", reemplazada la tina por una ducha. ¿Qué más? Pisos de parquet, closets empotrados enormes y una decoración con muy buen gusto, obra de Valeria y sus gustos pop-posmodernos.

Es, verdaderamente, un bonito sitio para vivir; para regresar a él, cansada, luego de un largo día; para estar en el, en ratos más sedentarios...


Mi cuarto (solucionada mi vida con Ikea), es espacioso y blanco con azul. Desde la ventana, sentada en mi mesa, puedo ver cómo el sol de la mañana avanza sobre la fachada de al frente, y la copa de un árbol a mi derecha. Los días que hace viento siento que ese arbolito se me va a colar en el cuarto. Si me asomo, veo uno de los jardines abajo y, hacia la izquierda, la Tuscolana.

Me va a dar pena dejar esta stanza en este apartamento. Sobre el próximo ya escribiré cuando lo tenga y cuando mis afectos me lo permitan.

sábado, 8 de diciembre de 2007

El lugar más lindo de Roma (Cuarta parte)

El lugar más lindo de Roma es EUR.

EUR son las siglas de Esposizione Universale Roma; su primer nombre fue E42, que viene de Esposizione 1942. Si recordamos un poco de historia universal, ésta es la época en la que Mussolini se paseaba por Italia, haciendo manifestaciones y demostraciones de poder. El EUR es, tal vez, la más importante de éstas.

La construcción de EUR empezó en 1935, 1942 es la fecha de su inauguración, ese año se conmemoraban 20 años del facismo. Creo que ya nos estamos entendiendo.Me llamó la atención la primera vez que tomé el metro B, que tres paradas llevan nombres que comienzan por EUR. Luego, hace un poco más de un mes que tuve que ir hasta Laurentina (la última parada del metro B en esa dirección), pasando cerca de uno de los "paraderos EUR" en el tramo descubierto, vi un edificio que, de tan grande e invasivo, pensé que podía ser un cartel. Luego me vino a la mente "la casa del fascio"... pero no puede ser, ésa está en Como. ¿Entonces?

Al día siguiente volví, habiendo hecho un poco de investigación. El edificio en cuestión es el Palazzo della Civiltà Italiana... y el EUR es, en realidad, el distrito que se hizo Mussolini. Casi cada edificio de esta zona podría encontrarse en un libro sui generis de arquitectura del siglo XX bajo el capítulo "Fascismo" o tal vez al lado de Albert Speer. Ir allí un día nublado se sentiría tal y como debería sentirse Kamasotz, ese tenebroso planeta de Una arruga en el tiempo, si no fuera porque donde sea que haya italianos, las cosas pierden formalidad (cómo los organizó el buen Benito para las manifestaciones es un enigma que se me escapa).

Se puede fantasear con que a Mussolini le gustaba pasear por los Foros Imperiales, pero que les tenía una tremenda envidia. Él, por supuesto, también quiso ser emperador. Y se construyó una versión propia, con columnas, arcos, ritmos, repeticiones, mármol, travertino, grandes plazas, ejes ideales para multitudinarios desfiles, arcos de triunfo, salas de conferencias.El mensaje es clarísimo. En algún momento estuve divagando sobre arquitectura y significado. Ir a EUR es una lección de significado y arquitectura... también es un vistazo en el inconsciente de cualquier gran dictador y es lo que ocurre cuando se le da el chupete al niño en berrinche.

Me fascina EUR... con la misma fascinación lela con la que uno puede quedarse mirando a una persona con un lunar enorme en la cara.

sábado, 17 de noviembre de 2007

El lugar más lindo de Roma (Tercera parte)

El lugar más lindo de Roma es el Colosseo. Y la mejor manera de llegar él es, sin duda, en metro. La línea de metro B tiene una parada, le segunda después de Termini en dirección Laurentina, que se llama así: Colosseo. Y no se necesita ser genio para darse cuenta por qué.

Sin sutilezas, al salir del metro, lo primero y casi lo único que se ve es la fachada del coliseo romano, o como se llama oficialmente, Anfiteatro Flavio. Es divertido, para quien tiene algo de tiempo libre, pararse fuera del metro a ver la cara de la gente al salir y encontrarse con esta mole. La gente que no se lo espera pone una expresión que no tiene precio.

El coliseo ocupa un lugar céntrico con respecto a la mayor parte de recorridos turísticos en Roma, de manera que, si uno se mueve en bus o en tranvía, casi siempre se pasa por uno de sus lados. Con lo que, en dos o tres días de paseo intenso por la ciudad, se puede ver la inmensa mole de ladrillo y travertino en luz de mañana, luz de tarde (la mejor), lluvia, de noche con la iluminación artificial, y cualqier otra manera.

El Colosseo es, además, un monumento fotogénico. Tiene una serie de ángulos interesantes desde donde se puede tomar la foto "típica", como la que acompaña a este blog, al menos por ahora.

Siempre, incluso cuando llueve, hay una tremenda cantidad de gente alrededor: turistas en grupos organizados, alrededor de un(a) guía; turistas independientes con una guía Lonely Planet u otra equivalente; mochileros distraídos; visitantes, sin guía, que buscan tomarse la foto con el edificio de background; romanos gordinflones disfrazados de gladiadores, con los que uno se puede tomar una foto por 5€ o más; guías turísticos sin grupo que buscan atraer clientes; vendedores, usualmente turcos, con réplicas kitsch de esculturas en mármol, postales, rollos de fotos (o su equivalente contemporáneo: memorias SD) y guías impresas en cualquier idioma imaginable...

También se pueden escuchar fragmentos de conversación en cualquier idioma imaginable, desde la charla "erudita" de algún conocedor hasta el comentario irrelevante de "tómame la foto, tómame la foto, ¿salgo bien?", pasando por una serie de anécdotas, mezcla de historia y fantasía, contadas por los guías.

El interior del Colosseo es impresionante. Deja var lo suficiente cómo para imaginar cómo pudo haber sido, pero con amplio márgen a la imaginación. Parada a la salida de uno de los vomitorium, me gusta pensar en las batallas marinas que se representaban, más que en los gladiadores y las fieras.

Desde aquí se comienza el recorrido por los Foros Imperiales, pero esa ya es otra historia. La reja entre éstos y el coliseo no permite que pertenezcan a la misma crónica.

Cuando vine a Roma con la universidad en el 2001, mi primer encuentro con el Colosseo fue usando el metro. Fue la mejor manera y creo que al salir me quedé pasmada un buen rato. Esta vez, estuve en la ciudad una semana sin haber visto nada turístico... en realidad nada más que colas y oficinas. Luego fui a Alemania 2 semanas. Al regresar a Roma, un poco por experimentar en un día de sol, tomé un bus/tranvía de la línea 3 en Via Marmorata y de pronto, a la izquierda, el Circo Massimo. Y cuando aún no me recuperaba de la impresión, el coliseo, nuevamente, como 6 años atrás, pateándome el ojo. Sigue sorprendiéndome cuando tomo la línea 3... aún no me acostumbro al hecho que esté ahí.

sábado, 3 de noviembre de 2007

El lugar más lindo de Roma (Segunda parte)

El lugar más lindo de Roma es la Biblioteca Nazionale.

Es uno de esos lugares que se descubren por casualidad. Si se toma el metro B en dirección a Rebbibia, la primera parada después de Termini es Castro Pretorio. Y al salir de esa estación, a la izquiera, la Biblioteca. Como esperando ser descubierta.

Paara entrar al edificio propiamente dicho hay que ir por un camino de un tipo de travertino, que cuando llueve se vuelve intransitable de lo resbaladizo. Luego, dos juegos de puertas automáticas. Y el hall.

Es un hall grande, alto, y al principio no se entiende dónde es qué. Hay que cruzar otro juego de puertas, ya no automáticas, y se llega a otro hall. Y en un counter uno puede hacerse socio inmediátamente. Es gratis.

El carnet de biblioteca es magnético, como una tarjeta de crédito, y hay que pasarlo casi para cualquier cosa. Sólo un pequeño porcentaje de los libros está en las salas. Para pedir el resto hay que hacerlo vía uno de los módulos (computadores) y pasando la tarjeta por un lector. Luego a esperar que alguien invisible traiga el libro, media hora, una hora.

Como edificio, la biblioteca es un volumen macizo, neofacista, si existe tal cosa. Las salas de lectura están a ambos lados de un pasillo ancho y alto, con piso de mármol rojo y mamparas a ambos lados. Al momento de elegir el libro que uno quiere leer, también se debe elegir la sala donde se va a leer. Estas son brazos, perpendiculares al pasillo central, de modo que están iluminadas por jardines interiores por sus dos lados.

Dentro de las salas, mesitas con luces individuales y enchufes.

Lo único que interfiere con la atmósfera de quietud que uno se imaginaría en un sitio así, son los usuarios. Me temo que muchos visitantes de la Biblioteca no entendieron bien eso del silencio. Pero siempre hay algún respetable caballero dispuesto a hacer callar a quien ose interrumpir su concentración.

La gente que viene a la Bibliteca es interesantísima. El primer día que estuve alli me dediqué más a mirar a las personas que a leer lo que tenía delante. Hay un grupo importante de estudiantes, algunos con aire de perdidos, se nota que alguien les indicó que vayan a la biblioteca pero no tienen muy claro por qué o para qué; otros estudiantes se ven más sofisticados, con laptops y cartucheras, son asiduos a la biblioteca y tienen sus rutinas (creo que poco a poco voy perteneciendo a este grupo); hay signori con abrigos largos, sombreros y paraguas de bastón, nada de laptops para ellos, sino viejos cuadernos amarillentos y plumas.

También hay señoras, algunas con la pinta de esa "profesora loca" que todo el mundo alguna vez ha tenido, largos chales y chompas con flecos. Otro personaje habitual es el cuarentón flaco, despeinado y con rastrojo de barba, que de rato en rato sale a fumar al jardín; los miembros de este grupo suelen desprender un olorcillo sospechoso, caminan encorvados y con grandes pasos, y a veces hablan solos.

Por supuesto que hay un enorme grupo de gente que no entra en ninguna de estas categorías, como una monjita que una vez vi en la sala de Ciencias Exactas, y un señor que copiaba recetas de cocina gourmet en un cuaderno cuadriculado. Otra vez tuve sentada delante de mí una pareja joven, ella tenía muy claro qué hacía allí, pero él se aburría terriblemente y de rato en rato la distraía, y a mí también, de paso. Después de almuerzo volví a ver a la chica, esta vez sola.

viernes, 2 de noviembre de 2007

El lugar más lindo de Roma (Primera parte)

El lugar más lindo de Roma es el mercado cerca a la plaza Vittorio Emanuele.

Es un poco difícil dar con él, porque no está muy publicitado... aparentemente es para conocedores y el secreto de su existencia es parte de un rito de iniciación a inmigrantes. Tuve que llegar a la plaza, el único referente que tenía y caminar por los portales, buscando. Ese sito es curioso, la mayoría de los negocios tienen carteles en chino, árabe o idiomas así, hay mendigos, borrachos, y sobre todo, muchísimos inmigrantes.

Terminé preguntando a una italiana que me señaló el otro lado de la plaza (Murphy) y seguía sin ver nada. Hasta que me di cuenta que delante de mí había una pareja de monjas jalando un carrito de compras vacío y me puse a seguirlas. Dos cuadras después, entrábamos al mercado.

Por dentro es como cualquier mercado peruano, excepto que hay carteles que señalan baños y cafeterías. Pero los puestos son similares. Casi lloro de la emoción cuando, en el primer puesto que vi, había Inka Kola y Kola Inglesa expuestas en las estanterías.

Caminé un poco y paré en un puesto de dos turcos, uno de los cuales me trataba de paisana, aunque le dije que yo era peruana. Tenían gelatina "La Unión" en el mostrador, Ajinomoto, sillao, arroz normal (no esa cuestión en caja que venden acá), menestras... y como Marco Polo, descubrí la ruta de las especias: comino, pimienta, ají, ajo molido... y otras cosas que no sé ni para qué sirven. Lo máximo.

Seguí vagando y llegué a los puestos de fruta... fruta de verdad. Y verdura. Un kilo de choclo peruano, 7€; un kilo de camote, 5€; culantro, 0.50€ el atado. ¡Maíz morado! ¡Chifles! Y yo, como versión reducida de Gastón Acurio, metiendo la nariz en todo lo que veía, cogiendo, probando, preguntando, disfrutando.

Así es que soy la feliz poseedora de comino, pimienta, cubitos de caldo de pollo Maggy, sillao, vinagre banco, un turrón de Doña Pepa versión Field... y un largo y feliz etcétera. Ahora sólo me falta aprender a hacer ají de gallina.
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