"Una historia de la arquitectura moderna tiene por objeto presentar los acontecimientos contemporáneos enmarcados por sus inmediatos precedentes; debe, por tanto, remontarse en el pasado tanto cuanto sea necesario para completar el conocimiento del presente y situar los hechos contemporáneos con la suficiente perspectiva histórica.
Las primeras dificultades que surgen se refieren al campo de la investigación: ¿hasta dónde conviene retroceder en la cadena de hechos pasados? y, dado que el concepto de arquitectura no está establecido de una vez por todas, sino que varía también con el tiempo, ¿a qué hechos debe circunscribirse la investigación? [...]
Hasta la segunda mitad del siglo XVIII, resulta fácil entender los sucesos de la arquitectura según un cuadro unitario; las formas, los métodos de proyectar, el comportamiento de los proyectistas, de los clientes y de los realizadores son distintos según tiempo y lugar, pero se desarrollan en el ámbito de una relación que, en el fondo, se mantiene fija y definida, entre arquitectura y sociedad. Cambian los problemas particulares propuestos a los arquitectos, y, también, las respuestas que éstos dan, pero la naturaleza del servicio que el arquitecto rinde a la sociedad y las funciones que la sociedad le ha delegado no son, desde hace tiempo, objeto de discusión. [...]
Pero desde mediados del siglo XVIII, sin que se produzca interrupción laguna en la continuidad de las experiencias formales, al mismo tiempo, incluso, que el lenguaje arquitectónico parece alcanzar una particular consistencia, las relaciones entre arquitectura y sociedad comienzan a transformarse radicalmente. [...] Conviene, pues, ampliar el campo de observación y someter directamente a examen múltiples hechos técnicos, sociales, económicos que, a partir de 1750, se hayan en rápida mutación, aunque al principio no sea del todo evidente su conexión con la arquitectura. En varios campos, dentro y fuera de los límites tradicionales, emergen nuevas exigencias materiales y espirituales, nuevas ideas, nuevos instrumentos de intervención que, en un instante dado, convergen en una nueva síntesis arquitectónica, profundamente distinta de la antigua. Sólo así es posible explicar el nacimiento de la arquitectura moderna que, de otro modo, resultaría completamente incomprensible: si nos limitásemos, de hecho, a una historia de las formas, deberíamos postular una neta solución de continuidad, un corte brusco respecto da la tradición, cosa formulable en una polémica, pero no admisible históricamente"
Benevolo, L. (2002 [1960]) Historia de la arquitectura moderna. Barcelona: Gustavo Gili. pp 9-10.