viernes, 30 de noviembre de 2007

Ítaca

Si vas a emprender el viaje a Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones y a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
medreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar ahí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas

Konstantino Kavafis: "Ítaca". En: Poesías completas. Hiperión. Madrid, 1988.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Función (II)

Se pueden ennumerar dos ejemplos opuestos sobre lo que ocurre cuando cambia la función al interior de un edificio. Uno de estos ejemplos, cómo no, es de la época del Imperio Romano, el otro es contemporáneo.

Cuando Constantino derrotó a Majencio en el siglo VI d.C. y se proclamó emperador, uno de los cambios que introdujo fue el cristianismo, que dejó de ser una religión oculta y sus practicantes dejaron de ser perseguidos. Este hecho tiene consecuencias importantes en la arquitectura.

Hasta ese momento, los sitios de culto cristianos eran casas particulares de miembros importantes de la comunidad o galerías subterráneas (las catacumbas), es decir, edificios ya existentes que eran adaptados a las necesidades de los distintos ritos. Pero ahora que la religión era pública, la arquitectura religiosa podía salir también de la clandestinidad. El número creciente de cristianos hacía necesario pensar en edificios más grandes y la importancia de esta religión en las cortes de los emperadores, requería que dichos edificios tuvieran una cierta majestuosidad.

Fue así que se optó por utilizar las basílicas romanas como edificios de culto. Las basílicas, edificios de grandes dimensiones, longitudinales, de 3 o 5 naves, habían sido utilizadas como centros de comercio o intercambio por los romanos durante varios siglos. Con el cristianismo, se realizaron algunas modificaciones y el edificio se convirtio en iglesia.

Mismo edificio, cambio de uso (y de significado)

El ejemplo contemporáneo - salvando las distancias y permitiéndome una serie de licencias - es el correo.

En la actualidad, con la omnipresencia del Internet y la baja en los costos de las llamadas internacionales (por 5€
se puede hablar con cualquier país en Europa durante 250 minutos) han hecho que las cartas sean un fenómeno prácticamente obsoleto. La cantidad de oficinas de correos, por lo tanto, es innecesaria. Acá en Italia, y creo que también en Alemania y otros países europeos, se encontró que existía una buena red de locales equipados con su respectiva infraestructura, sin clientela. Edificios muertos.

Se creó entonces la Banca Postale. Es un banco, como cualquier otro, pero administrado por el correo. Los locales, entonces, conservaron sillas, mesas y mostradores, y se dedicaron a una función que requiere infraestructura similar a la de correos. Donde antes habían 5 ventanillas para recibir cartas y pequetes, ahora hay 4 dedicadas a Banca Postale, y una a la Posta propiamente dicha.

Mismo local, cambio de uso.

Al hablar de la historia de la arquitectura podemos referirnos a los edificios como objetos, y a los edificios como contenedores de funciones. La forma de las basílicas sufrió leves variaciones, pero conservó la mayor parte de su esencia. El uso, sin embargo, cambió drásticamente y, en este caso, el significado del edificio también. (No es lo mismo referirnos a un edificio de transacciones comerciales que a un lugar de culto, aunque actualmente, para muchos sea casi lo mismo)

Si quisieramos hacer una historia del local del museo de Orsay en Paris, que se centre sólo en la materia, hablaríamos de su construcción metálica como estación de tren y de las remodelaciones de 1970. Una historia que además hable de la función es indispensable para entender el edificio en su totalidad.

Imágenes: Gare d'Orsay, fines del siglo XIX; Musée d'Orsay, actualmente. (www.insecula.com)

viernes, 23 de noviembre de 2007

Donde se ennumeran algunas cosas que deben recordarse para vivir en armonía, limpieza y seguridad en este, mi nuevo hábitad

No cerrar la puerta de casa por fuera, a menos que seas la última persona en salir. Cerrar con cuidado la puerta por dentro y poner la ruedita si eres la última persona en entrar.

Cuando la lavadora termina de lavar la ropa, a pesar de que está quieta y no hace ruiditos, aún está prendida. No olvidar apagarla.

Apagar la terma antes de entrar a la ducha. Si aún queda gente por ducharse, no apagarla. Es buena idea, si uno va al baño en la madrugada, prender la terma, de manera que en la mañana no se tenga que esperar media hora para poder bañarse. Pero si no hay prisa, es mejor idea esperar la media hora... es más económico.

Comprar un nuevo paquete de papel higiénico al menos 2 rollos antes de que se acabe el anterior.

Lavar la sartén a penas se terminó de freir la comida, o sea, antes de empezar a comer. De esta forma lo haces rápido, para que no se te enfríe la comida, y evitas la flojera de tener que lavarla después.

No jalar de noche ni a la hora de la siesta... *sin comentarios*

La lógica para limpiar cualquier habitación puede resumirse en "de arriba a abajo - de seco a mojado".

Hay cosas que es mejor no saber, pero hay otras sobre las que es mejor enterarse rápido.

Que relata dos vergonzosas experiencias con una puerta, ocurridas ambas en un lapso de menos de 24 horas

Debo aclarar, antes de exponer mis vergüenzas, que la puerta de casa es un artefacto complejo y contradictorio. Hacia el exterior, hay 5 ranuaras para llaves, a diferentes alturas, y sólo usamos 2. Hacia el interior, hay una ranura (que no coincide con las que usamos por fuera), un picaporte y una ruedita.

Funciona así:

- Cuando sale la primera persona (usualmente mi casera), simplemente cierra la puerta.
- Cuando sale la segunda y última persona (usualmente yo), le da tres vueltas al una llave en la penúltima ranura y una vuelta a otra llave en la cerradura de más arriba.
- Cuando entra la primera persona, le da una vuelta a la cerradura superior y tres a la penúltima, o sea, en orden inverso.
- Cuando entra la última persona, cierra la puerta y gira la ruedita del interior hasta que suene clac.

Capito?

La primera metida de pata fue ayer en la mañana, que salí antes que mi estimada casera y, distraída y un poco atontada por tomar pastillas para el resfrío, cerré la puerta como si no hubiera nadie en casa. Resultado: cuando la casera en cuestión quiso salir, se encontró atrapada en su propio deprtamento y tuvo que llamar a la vecina de piso y pasarle las llaves por debajo de la puerta para que la libere.

La segunda experiencia con dicha puerta ocurrió ayer, cuando regresé a casa, cansada, distraída y atontada, y cerré la puerta de un portazo, sin darle vuelta a la ruedita. Resultó que, a pesar del portazo, no la cerré, sino que quedó junta. Y bueno, mi pobre casera se dio cuenta de ello cuando volvió en la noche y encontró la puerta de casa (de SU casa, con SUS cosas adentro), abierta.

...

Me pregunto si habrá considerado botarme...

lunes, 19 de noviembre de 2007

Significado (III)

"Se parte de la convicción de que la arquitectura consiste en significados más que en funciones prácticas. Estos "significados" son definidos como "existenciales" para acentuar su participación integral en la vida cotidiana. 

Podemos decir, en general, que una de las necesidades fundamentales del hombre es la de experimentar "significados" en el ambiente que lo circunda. Cuando esto se verifica, el espacio se convierte en un conjunto de "lugares". Entonces el término "lugar" determina algo conocido y "concreto", mientras que "espacio" indica las relaciones más abstractas entre los lugares." 

Norberg-Schulz, Christian: Arquitectura Occidental. Editorial Gustavo Gili. Barcelona, 2004. p 223.

sábado, 17 de noviembre de 2007

El lugar más lindo de Roma (Tercera parte)

El lugar más lindo de Roma es el Colosseo. Y la mejor manera de llegar él es, sin duda, en metro. La línea de metro B tiene una parada, le segunda después de Termini en dirección Laurentina, que se llama así: Colosseo. Y no se necesita ser genio para darse cuenta por qué.

Sin sutilezas, al salir del metro, lo primero y casi lo único que se ve es la fachada del coliseo romano, o como se llama oficialmente, Anfiteatro Flavio. Es divertido, para quien tiene algo de tiempo libre, pararse fuera del metro a ver la cara de la gente al salir y encontrarse con esta mole. La gente que no se lo espera pone una expresión que no tiene precio.

El coliseo ocupa un lugar céntrico con respecto a la mayor parte de recorridos turísticos en Roma, de manera que, si uno se mueve en bus o en tranvía, casi siempre se pasa por uno de sus lados. Con lo que, en dos o tres días de paseo intenso por la ciudad, se puede ver la inmensa mole de ladrillo y travertino en luz de mañana, luz de tarde (la mejor), lluvia, de noche con la iluminación artificial, y cualqier otra manera.

El Colosseo es, además, un monumento fotogénico. Tiene una serie de ángulos interesantes desde donde se puede tomar la foto "típica", como la que acompaña a este blog, al menos por ahora.

Siempre, incluso cuando llueve, hay una tremenda cantidad de gente alrededor: turistas en grupos organizados, alrededor de un(a) guía; turistas independientes con una guía Lonely Planet u otra equivalente; mochileros distraídos; visitantes, sin guía, que buscan tomarse la foto con el edificio de background; romanos gordinflones disfrazados de gladiadores, con los que uno se puede tomar una foto por 5€ o más; guías turísticos sin grupo que buscan atraer clientes; vendedores, usualmente turcos, con réplicas kitsch de esculturas en mármol, postales, rollos de fotos (o su equivalente contemporáneo: memorias SD) y guías impresas en cualquier idioma imaginable...

También se pueden escuchar fragmentos de conversación en cualquier idioma imaginable, desde la charla "erudita" de algún conocedor hasta el comentario irrelevante de "tómame la foto, tómame la foto, ¿salgo bien?", pasando por una serie de anécdotas, mezcla de historia y fantasía, contadas por los guías.

El interior del Colosseo es impresionante. Deja var lo suficiente cómo para imaginar cómo pudo haber sido, pero con amplio márgen a la imaginación. Parada a la salida de uno de los vomitorium, me gusta pensar en las batallas marinas que se representaban, más que en los gladiadores y las fieras.

Desde aquí se comienza el recorrido por los Foros Imperiales, pero esa ya es otra historia. La reja entre éstos y el coliseo no permite que pertenezcan a la misma crónica.

Cuando vine a Roma con la universidad en el 2001, mi primer encuentro con el Colosseo fue usando el metro. Fue la mejor manera y creo que al salir me quedé pasmada un buen rato. Esta vez, estuve en la ciudad una semana sin haber visto nada turístico... en realidad nada más que colas y oficinas. Luego fui a Alemania 2 semanas. Al regresar a Roma, un poco por experimentar en un día de sol, tomé un bus/tranvía de la línea 3 en Via Marmorata y de pronto, a la izquierda, el Circo Massimo. Y cuando aún no me recuperaba de la impresión, el coliseo, nuevamente, como 6 años atrás, pateándome el ojo. Sigue sorprendiéndome cuando tomo la línea 3... aún no me acostumbro al hecho que esté ahí.

Función (I)

Hablando con un diseñador industrial sobre las diferencias entre su profesión y la arquitectura, éste dijo, señalando un maletín, que en el diseño industrial se conciben los objetos de adentro hacia afuera; se parte de la premisa que en el maletín deben entrar cuadernos y libros de un cierto tamaño estándar. Luego se diseña la forma.

La función no sólo es un componente de la arquitectura, sino que debería ser la premisa desde la que se parte. Lo básico. No podemos diseñar una vivienda en la que no se pueda vivir, o un colegio en el que no se pueda estudiar, o unas escaleras por las que no se pueda subir. No tendría sentido.

La función, lo que M. Cruchaga llama resolver, debe ser lo primero y lo mínimo indispensable. Si la función no está resuelta, entonces no es arquitectura... tal vez sea escultura, no lo sé.

Pero tampoco se trata de caer en el form follows function. La modernidad, en su idealización de la productividad, de la estandarización y de la optimización, endiosó a la función y la hizo protagonista de la arquitectura, dejando de lado otros aspectos como la forma, el espacio o el significado.

Creo que ese es un buen inicio, pero reduce a la arquitectura a un simple organigrama, que es lo que ocurre cuando reducimos el encargo a un "programa arquitectónico", que no es más que un listado de ambientes y sus dimensiones en metros cuadrados. Entonces consultamos el infaltable Neufert, el Reglamento Nacional o cualquier otro y empezamos a resolver. Así estamos estancando la arquitectura.

Porque al hablar de "sala" o "comedor", todos nos imaginamos nuestra propia casa, o las de los amigos, y vamos estableciendo relaciones con arquitectura que conocemos, que ya hemos visto. Y dejamos de imaginar y soñar... de crear.

Pero si pensamos, por ejempo, en qué es una sala en el fondo: un espacio social de la vivienda (del refugio), un lugar para todos los habitantes, para las visitas, el sitio en donde el hogar y el mundo hacen contacto... de pronto las imágenes que nos vienen a la mente ya no son las de un sofá y una mesita de centro, sino formas un poco más abstractas, distintas, tal vez más ricas.

martes, 6 de noviembre de 2007

Significado (II)

Venturi y otros representantes de la postmodernidad estuvieron ya bastante obsesionados con el tema del significado de la arquitectura. Y con un aspecto interesante del mismo, que tiene que ver con la pregunta ¿para quién hacemos arquitectura?

La modernidad y su "cola", el International Style nos trajeron lindas cajas blancas, "abstractas", en donde la ventana dejaba de ser ventana y se convertía en línea horizontal, en donde la puerta sólo se reconocía en un muro cortina por el tirador metálico que la diferenciaba de cualquier otro paño de vidrio... y de pronto algunos arquitectos (y otros seres humanos, como Jacques Tati, en la película "Play Time") se empezaron a preguntar si esta arquitectura gustaba al usuario común y corriente. No al erudito, si no al ama de casa y al oficinista.

No había que ser un genio para darse cuenta que no. El usuario común no se reconoce en los edif
icios modernos, no se encuentra a gusto viviendo en un cubo blanco. A la muchísima gente le gusta que las puertas parezcan puertas, que las ventanas sean cuadradas con cuatro paños de vidrio, que las casas tengan techo a dos aguas y chimenea (aún en Lima, donde no llueve ni hace tanto frío).

Y como apoteosis de lo que a la gente "hace feliz", Disneylandia. Con un castillo que parece un castillo de cuento y de película, en cuyo interior hay mosaicos de escenas de "La Cenicienta", con calles que imitan diferentes etapas históricas, escenarios de diferentes cuentos. A la gente no le va a importar si ese techo es de piedra o de plástico pintado. Va a ser feliz al interior, eso es todo.

La arquitectura parlante de sitios como Disneylandia nos habla de cuentos, sueños y fantasías. ¿Es por eso "menos arquitectura" que edificios académicamente más reconocidos?


Para ver un trozo significativo de la película "Play Time": http://www.youtube.com/watch?v=3VmbrKLV_AQ

Significado (I)

O dicho de otra manera, lo que la arquitectura puede transmitir, más allá de lo evidente. Que también se puede llamar semiótica, simbolismo o, mi favorita, "arquitectura parlante".

Empecemos por una buena definición, de Umberto Eco, que dice que "la semiología no es sólo la ciencia de los sistemas de signos reconocidos como tales, sino la ciencia que estudia todos los fenómenos culturales como si fueran sistemas de signos - basándose en la hipótesis de que, en realidad, todos los fenómenos culturales son sistemas de signos y que la cultura es esencialmente comunicación." (La struttura assente, 1968)

O sea, que todo lo que hacemos, todo lo que somos, todo lo que vemos, comunica algo.

Pero en una comunicación debe haber un emisor y un receptor. El emisor, en este caso, está claro, es la arquitectura, a través de los edificios. Y el receptor - o la vícitma - es el conjunto de seres humanos.

En cuanto a la arquitectura, me temo que no siempre ésta es conciente que está hablando. En ocasiones incluso chillando. Usualmente los arquitectos estamos más preocupados en forma, función y otras cosas urgentes y nos olvidamos de esta importante comunicación que, inevitablemente, va a ocurrir cuando el edificio esté terminado. Pero tampoco es sólo culpa nuestra, porque lo que un edificio comunica no sólo tiene que ver con factores que nosotros controlamos, sino con otro tipo de elementos, como el tipo de edificio que es, la zona en la que se encuentra o, finalmente, el tremendo cartel de neón que nuestro querido cliente va a colgar a penas nos demos la vuelta.

Por ejemplo un hospital. Por el sólo hecho de ser un hospital, ya está comunicando mil cosas - sobre todo negativas - que nosotros, con la arquitectura, en el mejor de los casos, podemos atenuar.

Entonces es momento de hablar del receptor, el individuo. Este amable señor posee un bagaje de experiencias, emociones, conceptos, ideas, que carga día a día mientras transcurre por la ciudad. Y todas las cosas que ve son automáticamente cotejadas con las que carga consigo. Un poco como lo que diría Platón del mundo de las ideas. Cada individuo tiene una idea de hospital, y el hospital hecho por el arquitecto va a enfrentarse a esta idea. El significado del hospital es, pues, una combinación de lo que el hospital dice y lo que el individuo escucha.


La capacidad de la arquitectura de comunicar algo, tiene que ver con la capacidad del ser humano de establecer relaciones y de reconocer. Al ver algo completamente nuevo, y me refiero a COMPLETAMENTE NUEVO, de lo que no tenemos referencia, y que no nos trae a la mente ninguna evocación ¿qué sucede con nosotros?

La arquitectura, gracias a que no puede desprenderse de la función, nos ofrece permanentemente elementos reconocibles: puertas, ventanas, escaleras. Los reconocemos porque los hemos visto antes y porque, por sus dimensiones, los relacionamos con el cuerpo humano, con nosotros mismos. De esta manera, cualquier obra de arquitectura se nos hace mínimamente familiar. Pero si no
somos capaces de reconocer accesos, bancas, ventanas… ¿seremos capaces de reconocer el objeto en cuestión como arquitectura? O será para nosotros solamente una escultura.

Hay otros elementos de reconocimiento que no están directamente relacionados con la antropometría: columnas, muros, techos. Pero éstos tampoco definen directamente a la arquitectura. Cuando he estado al interior del CNIT en La Défense, ya se había construido el centro comercial al interior y ya se habían cubierto de vidrio sus aberturas. El vidrio, naturalmente, no es una sola pieza que cubre toda la abertura, sino que está modulado, dimensionado. Pero haciendo un esfuerzo nos podemos imaginar la experiencia de estar en el CNIT cuando no había elementos que nos indicaran la escala o la dimensión. Esa enorme cubierta con tres puntos de apoyo ¿podía ser leída como arquitectura? ¿O era sólo una escultura más, como el ojo de Miró o tantas otras residentes de La Défense? ¿Y si dicha cobertura hubiera estado en el medio del desierto?

Que consiste en un preámbulo a lo que espero, sea una serie de entradas más o menos lúcidas, esta vez sí sobre arquitectura

¿Qué es arquitectura?

Ni loca me meto en la compleja tarea que implica esa pregunta. Ni loca.

Y tampoco voy a empezar a enumerar qué no es arquitectura, porque esa es una manera de salirse por la tangente.

Pero sí creo que podemos ponernos de acuerdo en algunos temas que tienen que ver con la arquitectura; estos temas son diferentes puntos de vista de un mismo fenómeno - la arquitectura - y son, además, excusas para balbucear sobre aspectos que me apasionan. No necesitan definición (ya hay muchas), y se prestan para la divagación.

Las aproximaciones, entonces:

1. Espacio
2. Forma y composición
3. Función
4. Materiales (técnica y tectónica)
5. Entorno
6. Significado
7. Representación

Seguro que hay más aspectos sobre los que se puede reflexionar en torno a la arquitectura, pero por algún lado se debe empezar.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Relazioni tra ciò che si conosce

"Il prodotto della fantasia, come quello della creatività e della invenzione, nasce da relazioni che il pensiero fa con ciò che conosce [...]. E' Evidente che non può far relazione tra ciò che non conosce, e nemmeno tra ciò che conosce e ciò che non conosce. Non si possono stabilire relazioni tra una lastra di vetro e il pfzws. Si può invece stabilire relazioni tra una lastra di vetro e un foglio di gomma, per esempio. Sempre ammeso che l'individuo conosca sia il vetro che la gomma. Che cosa può nascere nel mensiero da una simile relazione? si può pensare ad un vetro elastico o a una gomma transparente. Questo è un pensiero fantastico, proprio perché non mi pare che ci sia oggi un vetro elastico come la gomma. L'immaginazione si mette in moto di conseguenza e mi pare di vederlo questo vetro elastico... che cosa succede se lo tiro? niente? sarà come uno strato d'acqua limpida? L'immaginazione comincia ad immaginarlo, a vederlo. La creatività può pensare a quealche uso proprio giusto per lui. L'invenzione può pensare alla formula chimica per produrlo.

"La fantasia quindi sarà piu o meno fervida se l'individuo avrà piu o meno possibilità di fare relazioni. Un individuo di cultura molto limitata no può avere una grande fantasia, dovrà sempre usara i mezzi che ha, quello che conosce, e se conosce poche cose tuttalpiu potrà immaginare una pecora coperta di foglie invece che di pelo. E' già molto, sotto l'aspetto della suggestione. Ma, invece che continuare a fare altre relazioni con altre cose, si dovrà ad un certo punto, fermare."

MUNARI, Bruno: Fantasia. (Diciottesima edizione). Editori Laterza. Roma, 2007; p 29.

El lugar más lindo de Roma (Segunda parte)

El lugar más lindo de Roma es la Biblioteca Nazionale.

Es uno de esos lugares que se descubren por casualidad. Si se toma el metro B en dirección a Rebbibia, la primera parada después de Termini es Castro Pretorio. Y al salir de esa estación, a la izquiera, la Biblioteca. Como esperando ser descubierta.

Paara entrar al edificio propiamente dicho hay que ir por un camino de un tipo de travertino, que cuando llueve se vuelve intransitable de lo resbaladizo. Luego, dos juegos de puertas automáticas. Y el hall.

Es un hall grande, alto, y al principio no se entiende dónde es qué. Hay que cruzar otro juego de puertas, ya no automáticas, y se llega a otro hall. Y en un counter uno puede hacerse socio inmediátamente. Es gratis.

El carnet de biblioteca es magnético, como una tarjeta de crédito, y hay que pasarlo casi para cualquier cosa. Sólo un pequeño porcentaje de los libros está en las salas. Para pedir el resto hay que hacerlo vía uno de los módulos (computadores) y pasando la tarjeta por un lector. Luego a esperar que alguien invisible traiga el libro, media hora, una hora.

Como edificio, la biblioteca es un volumen macizo, neofacista, si existe tal cosa. Las salas de lectura están a ambos lados de un pasillo ancho y alto, con piso de mármol rojo y mamparas a ambos lados. Al momento de elegir el libro que uno quiere leer, también se debe elegir la sala donde se va a leer. Estas son brazos, perpendiculares al pasillo central, de modo que están iluminadas por jardines interiores por sus dos lados.

Dentro de las salas, mesitas con luces individuales y enchufes.

Lo único que interfiere con la atmósfera de quietud que uno se imaginaría en un sitio así, son los usuarios. Me temo que muchos visitantes de la Biblioteca no entendieron bien eso del silencio. Pero siempre hay algún respetable caballero dispuesto a hacer callar a quien ose interrumpir su concentración.

La gente que viene a la Bibliteca es interesantísima. El primer día que estuve alli me dediqué más a mirar a las personas que a leer lo que tenía delante. Hay un grupo importante de estudiantes, algunos con aire de perdidos, se nota que alguien les indicó que vayan a la biblioteca pero no tienen muy claro por qué o para qué; otros estudiantes se ven más sofisticados, con laptops y cartucheras, son asiduos a la biblioteca y tienen sus rutinas (creo que poco a poco voy perteneciendo a este grupo); hay signori con abrigos largos, sombreros y paraguas de bastón, nada de laptops para ellos, sino viejos cuadernos amarillentos y plumas.

También hay señoras, algunas con la pinta de esa "profesora loca" que todo el mundo alguna vez ha tenido, largos chales y chompas con flecos. Otro personaje habitual es el cuarentón flaco, despeinado y con rastrojo de barba, que de rato en rato sale a fumar al jardín; los miembros de este grupo suelen desprender un olorcillo sospechoso, caminan encorvados y con grandes pasos, y a veces hablan solos.

Por supuesto que hay un enorme grupo de gente que no entra en ninguna de estas categorías, como una monjita que una vez vi en la sala de Ciencias Exactas, y un señor que copiaba recetas de cocina gourmet en un cuaderno cuadriculado. Otra vez tuve sentada delante de mí una pareja joven, ella tenía muy claro qué hacía allí, pero él se aburría terriblemente y de rato en rato la distraía, y a mí también, de paso. Después de almuerzo volví a ver a la chica, esta vez sola.

viernes, 2 de noviembre de 2007

El lugar más lindo de Roma (Primera parte)

El lugar más lindo de Roma es el mercado cerca a la plaza Vittorio Emanuele.

Es un poco difícil dar con él, porque no está muy publicitado... aparentemente es para conocedores y el secreto de su existencia es parte de un rito de iniciación a inmigrantes. Tuve que llegar a la plaza, el único referente que tenía y caminar por los portales, buscando. Ese sito es curioso, la mayoría de los negocios tienen carteles en chino, árabe o idiomas así, hay mendigos, borrachos, y sobre todo, muchísimos inmigrantes.

Terminé preguntando a una italiana que me señaló el otro lado de la plaza (Murphy) y seguía sin ver nada. Hasta que me di cuenta que delante de mí había una pareja de monjas jalando un carrito de compras vacío y me puse a seguirlas. Dos cuadras después, entrábamos al mercado.

Por dentro es como cualquier mercado peruano, excepto que hay carteles que señalan baños y cafeterías. Pero los puestos son similares. Casi lloro de la emoción cuando, en el primer puesto que vi, había Inka Kola y Kola Inglesa expuestas en las estanterías.

Caminé un poco y paré en un puesto de dos turcos, uno de los cuales me trataba de paisana, aunque le dije que yo era peruana. Tenían gelatina "La Unión" en el mostrador, Ajinomoto, sillao, arroz normal (no esa cuestión en caja que venden acá), menestras... y como Marco Polo, descubrí la ruta de las especias: comino, pimienta, ají, ajo molido... y otras cosas que no sé ni para qué sirven. Lo máximo.

Seguí vagando y llegué a los puestos de fruta... fruta de verdad. Y verdura. Un kilo de choclo peruano, 7€; un kilo de camote, 5€; culantro, 0.50€ el atado. ¡Maíz morado! ¡Chifles! Y yo, como versión reducida de Gastón Acurio, metiendo la nariz en todo lo que veía, cogiendo, probando, preguntando, disfrutando.

Así es que soy la feliz poseedora de comino, pimienta, cubitos de caldo de pollo Maggy, sillao, vinagre banco, un turrón de Doña Pepa versión Field... y un largo y feliz etcétera. Ahora sólo me falta aprender a hacer ají de gallina.

Donde se refexiona sobre lo monótono que puede resultar comer pasta durante una semana y se lanza un grito de ayuda culinaria

Al principio parecía una idea genial. Pasta de 1.50€ y salsa precocinada de 1.70€, que dura dos días. Perfecto. Pero a la semana me di cuenta que: si bien siempre me ha gustado la pasta, todos los días es un exceso; las salsas precocinadas tienen sus limitaciones, la de 4 formaggi es muy buena, la de fungi porcini es malísima; se necesita comer verduras y tal vez hasta frutas; si bien hay una inmensa variedad de salsas de tomate, al final es casi lo mismo.

Pero el peor descubrimiento de todos es que en el supermercado no venden condimentos. ¡Sólo sal! ¡Y, a veces, orégano!

*El pollo a la plancha en sí mismo, no tiene sabor. Tiene sabor en la medida en que uno sepa ponerle los condimentos adecuados*

Así es que imploro a todos los que sepan del tema, o no, que me manden cualquier tipo de receta, tip o consejo para salir del desabrido círculo vicioso en el que estoy metida. Hay que considerar, eso sí, que NO hay comino, culantro, palillo, "la rojita", vinagre blanco, leche condensada y otras sofisticaciones de la cocina peruana. Ni siquiera hay limones decentes...

Por ahora agradezco a Ariana por la receta de las tostadas francesas y el aliño de ensalada. Sólo espero encontrar los ingredientes en el mercado de inmigrantes.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Lo singular y lo repetible

Existen diferentes niveles de “singularidad” y “repetibilidad”. El que algo nos parezca singular o no, depende de los referentes que tomemos en ese momento.

Al viajar a Europa, todo me parece tan distinto que lo que me sorprende no son las cosas diferentes, sino las cosas iguales. En el aeropuerto de Madrid, por ejemplo, los teléfonos públicos de la Telefónica, celestes, iguales a los de Lima. En este caso, lo repetible no es una categoría relativa, es absoluta, porque ambos teléfonos públicos, el de Lima y el de Madrid, son exactamente iguales.

Algo similar sucede con los McDonald’s. Hoy almorcé en uno: la Big Mac que me pedí es exactamente igual a la de Lima, y las papas, con el sabor ligeramente distinto, también lo son. Los cartones en los que vienen, tienen las misma forma, color y diseño, pero están escritos en otro idioma. La silla de bebés es la misma. La atmósfera al interior, el tipo de música, la luz, la configuración espacial, es la que podríamos encontrar en cualquier McDonald’s de Lima… y de cualquier parte del mundo. De hecho, una de las razones por las que fui a este sitio en primer lugar fue la búsqueda de algo familiar. De comer algo que me recuerde a casa.

Lo más repetible del mundo – la Big Mac – se volvió para mí, singular, puesto que en este momento, es la única comida en Roma que tiene sabor a Lima.

Pero volvamos a los niveles de singularidad. Una pizzería de esquina romana no es un McDonald’s, no es una cadena, sólo hay una. Pero si nos abstraemos un poco, todas las pizzerías romanas son bastante similares. Incluso las cajas de las pizzas son iguales, probablemente los dueños de las pizzerías las compren al mismo distribuidor.

Lo mismo ocurre con las heladerías y los vasitos en donde vienen los helados, impresos con frutas de colores. Estos vasitos no sólo están en todas las gelaterias italianas, sino que también pueden encontrarse en las heladerías de propietarios italianos en otras partes del mundo, por ejemplo, en Geisenheim, un pequeño pueblo en Alemania, en la zona vitivinícola del río Rhin.

"Lo singular y lo repetible" se lo escuché por primera vez a Elio Martuccelli - junto a "pánico y catástrofe" y otras frases célebres - en el curso que dictaba en la UPC de Teoría de la Arquitectura (2003). Tomo prestados los conceptos.

Que trata sobre cómo empiezo a escribir en mi propio blog, algo que nunca pensé que haría

Esto ocurre cuando llueve por tres días seguidos y no se tienen zapatos de lluvia. El primer día, me pareció divertidísimo. Como buena limeña, habitante del desierto, me gusta la lluvia, y esta era una lluvia romana de las fuertes, con todo y rayos, así es que decidí salir a degustarla.
En sólo dos cuadras de caminata tenía mojados medias, zapatos y pantalón hasta la altura de las rodillas.
Como llovió por tres días y coincidió con el feriado de primero de Noviembre, me he pegado una aburrida de las buenas, oscilando entre la lucidez y la bobería. Y en uno de esos momentos - aún no sé si lúcido o bobo - se me ocurrió hacerme un blog. Curioso que la persona que me lo aconsejó fue PU, hace más de un mes cuando aún estaba en Lima.

Helo aquí.
No voy a hablar sólo de arquitectura, para bien o para mal.
Simplemente, voy a divagar.

2009-09-27
Fe de erratas: hubo uno segunda persona que me sugirió hacerme un blog (y conociéndolo, si no le hacía caso hubiera insistido hasta convencerme)
. No sólo agradezco la idea, sino el que siempre haya estado ahí.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...