miércoles, 28 de noviembre de 2012

La Resi: Middle-Class Housing in Perspective

Artículo completo y presentación de la investigación "Procesos de adecuación en unidades de vivienda ya construidas - Caso de estudio: residencial San Felipe", en el Simposio Internacional Middle-Class Housing in Perspective.

Milán, 22 y 23 de noviembre, 2012.

Artículo completo:


Presentación:


Equipo:

Dra. Arq. Cristina Dreifuss Serrano

Bach. Alfredo Castro Aguilar, Bach. Adolfo Crosby, Bach. Emilio Jordán Fernández, Bach. Luis M. Luque,
Bach. André Rodriguez Alvarado.

Luis Aquino, Paul Alonso, Bryan Castillo Dávila, José Cepero, Claudia Fuentes Gamboa, Diego Goycochea, Mariale Hermoza, Alexis Joy Bravo, Mauricio Jumpa, Sebastián Paredes Smith, Karina Paulet, Samuel Povis Dávila, Arantxa Rejas, Pierina Sánchez, Saul Ugaz, Jorgesaúl Vasquez Chigne.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Romanos, ancora

Si hay una cosa segura sobre la gente en Roma, romanos o no, es que son impredecibles. La última vez que me tocó pasar por el aeropuerto de Fiumicino, tuve un encuentro desagradable con una funcionaria mucho más desagradable aún, a quien culpo por la pérdida de 500 gramos de galletas Mulino Bianco. 

Hoy, en cambio, las tres o cuatro personas con las que he tenido que interactuar me han tratado tan amablemente que me empiezo a preguntar si no estoy haciendo algo mal. 

Ayer, o, en realidad, hace algunas horas, discutía con un taxista romano sobre la supuesta rivalidad entre Roma y Milán. Para empezar con buen pie, le dije que Milán no me había parecido una ciudad muy bonita. Obviamente esto lo puso contento y parlanchín, y entre las cosas que mencionó como grandes ventajas de ser romano, estuvo siempre la idea de pasarlo bien, de divertirse. O, en sus términos: la vita è una sola e va goduta (La vida es una sola y debe ser gozada). 

El gozar de los romanos es, de hecho, particular. ¿A qué mozo de restaurante respetable se le ocurriría que es una buena idea alcanzarle un planto a una clienta para luego sacarlo, justo antes que ella lo coja y decirle "nooo, éste no es para ti"? ¿A qué clase de cliente esto le parecería divertido y no una razón para no dejar propina? ¿Cuál es la entonación correcta para decir "brava" y hacer que suene como un insulto pero, al mismo tiempo, dar a entender que una no debería molestarse? ¿Quien sino ellos para tener una conversación perfectamente amistosa de modo tal que cualquiera que la ve pensaría que lo que tiene delante es una pelea a muerte?

Cuando pienso que estoy más cerca de entender a la gente con la que viví por tanto tiempo, me doy cuenta que, en realidad, no sé nada. Tal vez hoy he llegado finalmente a una certeza: ésta de la in-certeza.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Carta de un estudiante de arquitectura

Publicada en Hic et Nunc. 

"[...] Como digo son ya tres años de carrera y gracias a ellos he empezado a saborear la esencia de la arquitectura; veo el mundo distinto y, para mal o para bien, el mundo me ve distinto a mí. La mayoría de los que leeréis esta carta seguramente seréis arquitectos y bien me comprendéis si os hablo de largas noches de entrega, de profesores con el ego desbocado, de los planes que realizan mis amigos de otras facultades y que, ya, ni se molestan en contarme. Pero no quiero hablar de ello; hoy quiero quejarme. Sí ¡leches! quejarme por la desconexión de la escuela con la realidad. La universidad es como un inmenso elefante, cuyos movimientos son lentos, lentísimos, y no se recicla de ninguna manera. Algunos diréis que la universidad no tiene que estar a expensas del “mercado”, pero esto ya se pasa de castaño oscuro.

También es cierto que, dentro de ella, tenemos la suerte de tener profesores, sobre todo jóvenes, que nos tratan con respeto y que nos ilusionan con sus asignaturas. Éstos, por lo que nos cuentan, tienen un pie dentro y otro fuera; están pendientes de rollos de certificaciones académicas y no sé que historias. De esta forma, no son los mejores profesores los que tienen el puesto asegurado; sorprendentemente, por lo menos para mí, son los que peor lo hacen ¡De locos! Éstos últimos viven en su torre marfil, inmunes a la realidad y a la crisis, pensando que todo puede seguir siendo como fue.

[...] Quizás, peque de ingenuidad, pero es lo que toca con mi edad, pensar que puedo, que podemos, cambiar el mundo. La arquitectura es un servicio y yo soy un servidor. Algo más grande que yo está en marcha y quiero formar parte de ello.

eaharquitectos.com
Tal vez, muchos de vosotros dejasteis de soñar, pero no es justo que yo no tenga derecho a seguir soñando. Porque esta es, a pesar de todo, una carrera de sueños. Sueños encontrados y sueños por encontrar. Un mundo mejor es posible y la arquitectura tiene mucho que decir en todo ello.

También es cierto que soy de otra generación; soy un nativo digital. [...] Cuánta información disponible en la red que aumentaría mi conocimiento a un solo click de distancia. La red podría ser la extensión infinita de las limitadas pareces de mis clases. Existen miles de posibilidades de completar nuestra formación, por ejemplo, con una sencilla comunidad digital que nos ayudara a que los alumnos colaborásemos entre nosotros.

Con ello, no digo que lo más importante sea el entorno digital; nada de eso, sé perfectamente que la magia de la arquitectura se transmite cara a cara, y todavía mejor entregándome a las lecciones que la propia arquitectura, en vivo y en directo, nos brinda. Soy consciente de ello, pero hibridar ambos mundos es posible y además muy barato ¡perfecto para los tiempos de crisis!

Sin embargo, en vez de animarnos a colaborar entre nosotros, se siguen empeñando en enseñarnos a competir. Los codazos y los enchufes serán el pan nuestro de cada día en el “mundo real”, pero yo quiero un mundo más humano en el que las sinergias sean ese alimento de cada día. Tantas cosas… y seguro que pensareis tanta inocencia!!

Aun así, seguiré soñando con una escuela sin profesores subidos en la tarima, soltándonos chapas de dos horas sin descanso. Seguiré soñando con profesores que me hablen de los mejores blogs de arquitectura en vez, del Croquis y demás. Seguiré soñando con trabajar como arquitecto, sin tener que ser por fuerza un falso autónomo; si para ello tengo que irme a la China, pues, muy a mi pesar, me iré. Seguiré soñando con profesores que además de ser buenos arquitectos, sean buenos docentes y consignan ilusionarme hasta si me hablan de los límites de Atterberg!

Quizás sea mucho soñar, pero si no sueño muero."

Leer la carta completa.

Gracias a José Cepero por compartir.
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