jueves, 13 de diciembre de 2007

Estudiar arquitectura: Manual de sobrevivencia


Si piensas estudiar arquitectura, es importante que estés convencido de lo que estás haciendo.

Si tu mami te dijo, cuando tenías 5 años, que dibujas lindo y aún tiene pegada tu casa pintada con crayola en la puerta de la refri, no es suficiente; si desde los 4 años haces torres de Lego, sigue sin ser suficiente; si tienes buen gusto para combinar colores... no, aún no lo logras.

Lo que se necesita para estudiar arquitectura es pasión, un poco de masoquismo, y una buena tropa de amigos. Esto último no es indispensable, pero si se tiene es muchísimo mejor... esto último se va consiguiendo en el camino.

¿Lo tienes? ¿Listo? ¡Empecemos!

Durante el primer ciclo van a ocurrir dos cosas relevantes: vas a darte cuenta que nadie te va a enseñar a hacer maquetas, sino que tienes que ser autodidacta, y vas a pasar o jalar una serie de cursos. Tengo la teoría que de esto depende tu grupo de amigos.

Lo que ocurre en primer ciclo, en ese sentido, no es muy significativo. En ese grupo de gente ruidosa que se sentaba atrás en las clases de Mate Básica y se reía todo el rato puede haber gente simpática y no tan idiota como parecía al principio. De la misma manera, dentro del grupo de chanconas de la primera fila que te miran con cara fea cuando haces bulla, puede haber gente bastante agradable.

Puede ser que, años después, esa persona que conociste el primer día de clases siga siendo uno de tus mejores amigos...

Cuando pasaste o jalaste los cursos del primer ciclo, las caras conocidas se hacen más conocidas. Se empiezan a formar grupos que probablemente tiendan a durar. En Cálculo aprendes a calcular tu promedio ponderado. Es el único objetivo del curso, y ese conocimiento va a ser aplicable a todos los demás cursos a lo largo de tu carrera. De paso aprendes que si necesitas 21.75 en el final, es altamente probable que tengas que repetir el curso en el verano.

A estas alturas, hace rato que sabes exactamente cuánto tiempo te tardas de tu casa a la universidad en combi y lo aprovechas para dormir, de hecho más de lo que dormiste en tu casa. Un tiket de la combi puede usarse para resolver una integral, un esquisse de tu proyecto de taller y dibujar a tinta 28 axonometrías.

Si llegas a taller III y te toca con ya sabemos quien, aprenderás a hacer levantamientos. Esto te permitirá subemplearte por el resto de tu vida. Con respecto a ese tema, debemos notar lo siguiente: el número perfecto para hacer un levantamiento, es 3: dos miden, uno anota; nunca te apoyes en un marco de madera de más de 50 años de antigüedad; si te encuentras rodeado por huelguistas, únete ("Pueblo, escucha... y únete a la lucha"); los ejes estructurales de las casas jamás están alineados y casi nunca son líneas rectas. No, no tiene sentido.

Supongamos que sigues avanzando, ese mismo ciclo te toca empezar a llevar las historias. Allí es cuando uno aprende que si toma una foto con flash a una diapositiva, no sale. El mejor método de estudio de la época previa al Power Point era sacar unos 10 libros de la biblioteca - cuantas más fotos tengan, mejor - comprar chocolate y cafeína, juntarse en la casa de alguien y amanecerse reconociendo figuritas. Cualquier mnemotecnia es válida.

El método perfeccionado es armar un sistema en clase: uno toma apuntes, otro hace dibujos, a toda velocidad, de las diapositivas. Esto ayuda a la mnemotecnia: "¿Cuál es el Palazzo Ruccelai?" "Ese que, en la foto, tiene un carro viejo estacionado adelante".

Cuando te toca llevar Obras siempre es bueno tener un polo de repuesto y una toalla, sobre todo en la última clase. Jugar baseball con bolas de barro no es una buena idea... ¡es una idea genial!

A partir del taller IV, la dinámica de entregas es más o menos la misma. Es importante ser conciente que cuando se está de amanecida, se pierde toda capacidad de raciocino, uno suele volverse más emotivo - violento, sensible, jocoso - y los reflejos son más lentos. Es mejor alejarse de las canchas de fulbito si está jugando partido: se puede morir de un pelotazo en la cabeza. Una buena precaución es moverse en grupo, de manera que las habilidades disminuidas de cada integrante se unan, para formar un ente que más o menos funcione.

En esta época alguna gente ya tiene carro. Siempre es bueno cerrarlo con seguro. Es mejor si la llave no queda dentro del carro cuando lo cierras con seguro. A la larga el carro se vuelve una prolongación de la universidad y del dormitorio, lo que significa que en algún momento alguien va a manejar, el copiloto va a repasar las fechas de las obras de Ledoux y tres personas en el asiento de atrás van a tratar de pegar arbolitos en una maqueta con una pistola de silicona... fría.

De hecho, el momento de más adrenalina del ciclo es la calificación de taller. Afortunadamente uno está tan cansado ese día, que la adrenalina suele pasar casi desapercibida. Si en un ataque de rabia tu profesor decide que tu maquete se verá mejor volando desde la ventana del quinto piso, lo mejor que puedes hacer es recogerla, restaurarla y, con terquedad y decisión, volver a meterla al taller.

Cuando entres al salón, empieza a buscar tu maqueta desde atrás, prepárate para lo peor. ¿No está en la última fila? Qué bueno, tal vez aprobaste... ¿no esta en la siguiente?, mejor... ah ya, está en la fila de los 14, fiuf, qué alivio, me voy a dormir. Evidentemente que, de lo que dice el profesor en ese momento, no vas a retener nada. En el cerebro del pobre estudiante de arquitectura, reducido al tamaño de una lenteja luego de una semana de amanecidas, sólo hay espacio para el cansancio y el alvio (o la desesperación).

Las notas de taller siempre son comparativas, nunca son objetivas y a veces son justas. Esto significa que no importa cuánto trabajes, cuántas noches te amanezcas y cuánto te haya costado la maqueta, al final siempre puede ocurrir que el día de la entrega llega ese chico con cara de fumón que sólo has visto 3 veces en toda tu vida, con una maqueta inimaginable, y resulta ocupando la primera carpeta.

¿Qué ocurre si te gusta alguien de la facultad? Bueno, te jodiste tú y se jodieron tus amigas que, de buena gente, te van a acompañar bajo la garúa para que parezca que "casualmente" estabas allí sentada afuera del salón a la hora que salió el susodicho, de quien ya sabes el horario de memoria.

Cuando te vas acercando al final de la carrera no eres muy conciente de lo que está sucediendo. Existe la famosa crisis del séptimo ciclo, cuando decides que tu vida no tiene sentido y quieres dejarlo todo para ser astronauta. Es normal, y lo mejor es seguir adelante con esto de la arquitectura y sacar el bendito cartón. En general, mientras uno hace una maqueta, lo mejor es no pensar, poner música y trabajar de manera mecánica.

Si estás maqueteando y se te acaba el spray, no caigas en la tentación de abrirlo para usar los restos con pincel. Si lo haces, asume que tu cara será, desde ese momento en adelante, de color azul. Si quieres saber si una maqueta 1/50 "funciona", pide prestado a tu hermanito uno de sus hamster rusos y haz que la recorra.

De nada sirve que le tires repuestos de cuchilla a los pajaritos cuando se ponen a cantar. Aunque les llegues a dar - cosa poco probable porque estás de amanecida - igual se va a hacer de día, va a salir el sol y vas a tener que entregar la maqueta, esté como esté.


En el momento en que te toca llevar electivos debes ser cuidadoso, no porque sea "electivo" quiere decir que no vas a hacer nada en todo el ciclo y si no andas con cuidado, vas a descubrir que la mejor hora para medir las secciones de vías en Barranco a las 5 am... y lo vas a hacer.

Nunca entregues trabajos en vinifile, no seas tacaño y mándalo a anillar. Cuenta la leyenda de un cierto trabajo de Arquitectura Moderna, del que se perdieron páginas porque se salieron del file.

Finalmente se ve la luz al final del túnel. Te toca llevar Lineamientos, y luego el esperado/temido taller X. Casi se puede decir que es irrelvante quién escojas de asesor. Se ha dado el caso de una buena tesis con un asesor nulo y viceversa. Simplemente chambea lo que te pida el taller y encomiéndate a algún santo patrón... personalmente recomiendo la virgen de Cocharcas.

No escojas una tesis de restauración y adecuación a un nuevo uso a menos que ya tengas los planos del edificio que vas a intervenir. No escojas un tema urbano, y menos en un tugurio, a menos que tengas vocación de encuestador. No importa cuánto te guste el tema cuando lo elijas, está grantizado que va a llegar un momento en el que lo vas a odiar. Si ya te habías acostumbrado a lo subjetivo de la calificación en los talleres, ahora vas a conocer un nuevo nivel de impredeciblidad, nunca antes experimentado.

Así será tu vida de ahora en adelante.

Buena suerte.

¡A ustedes chicos, gracias!

domingo, 9 de diciembre de 2007

Sobre el clima

Para una habitante del desierto, o en realidad, de una ciudad como Lima, donde sólo hay dos estaciones, la temperatura oscila máximo 20 grados y el cielo tiene sólo dos estados (gris "panza de burro" y no gris), el clima en cualquier otra parte del mundo es un asunto fascinante.

Desde la ropa que uno tiene que ponerse al salir - con el look "abominable monstruo de la moda" - hasta la frecuencia de uso de la lavadora, pasando por la necesidad de cargar un paraguas y el planeamiento de las actividades diarias, de un tiempo a esta parte me estoy acostumbrando a que el clima sea un factor decisivo de mi día a día.

Lluvioso, frío, seco, húmedo, templadito no más...

Sin embargo hay un clima que aún me sorprende y no creo que me deje de sorprender. Según mi confiable página del tiempo, http://www.ilmeteo.it/, dicho clima se llama pioggia e schiarite.

Actualmente tenemos ese: llueve, veo la lluvia, oigo la lluvia, siento la lluvia. Pero el cielo tiene un cirerto tono azul y nubes doradas. De hecho, la luz en el ambiente es dorada, anaranjada. Tiene que ver en parte con que, por la latitud, el sol está tendido. También con que es la hora del tramonto.


Pero luego de un día nublado, gris, de cielo sólido, que a esta hora tengamos el maravilloso pioggia e schiarite es una especie de compensación del clima.

sábado, 8 de diciembre de 2007

El lugar más lindo de Roma (Cuarta parte)

El lugar más lindo de Roma es EUR.

EUR son las siglas de Esposizione Universale Roma; su primer nombre fue E42, que viene de Esposizione 1942. Si recordamos un poco de historia universal, ésta es la época en la que Mussolini se paseaba por Italia, haciendo manifestaciones y demostraciones de poder. El EUR es, tal vez, la más importante de éstas.

La construcción de EUR empezó en 1935, 1942 es la fecha de su inauguración, ese año se conmemoraban 20 años del facismo. Creo que ya nos estamos entendiendo.Me llamó la atención la primera vez que tomé el metro B, que tres paradas llevan nombres que comienzan por EUR. Luego, hace un poco más de un mes que tuve que ir hasta Laurentina (la última parada del metro B en esa dirección), pasando cerca de uno de los "paraderos EUR" en el tramo descubierto, vi un edificio que, de tan grande e invasivo, pensé que podía ser un cartel. Luego me vino a la mente "la casa del fascio"... pero no puede ser, ésa está en Como. ¿Entonces?

Al día siguiente volví, habiendo hecho un poco de investigación. El edificio en cuestión es el Palazzo della Civiltà Italiana... y el EUR es, en realidad, el distrito que se hizo Mussolini. Casi cada edificio de esta zona podría encontrarse en un libro sui generis de arquitectura del siglo XX bajo el capítulo "Fascismo" o tal vez al lado de Albert Speer. Ir allí un día nublado se sentiría tal y como debería sentirse Kamasotz, ese tenebroso planeta de Una arruga en el tiempo, si no fuera porque donde sea que haya italianos, las cosas pierden formalidad (cómo los organizó el buen Benito para las manifestaciones es un enigma que se me escapa).

Se puede fantasear con que a Mussolini le gustaba pasear por los Foros Imperiales, pero que les tenía una tremenda envidia. Él, por supuesto, también quiso ser emperador. Y se construyó una versión propia, con columnas, arcos, ritmos, repeticiones, mármol, travertino, grandes plazas, ejes ideales para multitudinarios desfiles, arcos de triunfo, salas de conferencias.El mensaje es clarísimo. En algún momento estuve divagando sobre arquitectura y significado. Ir a EUR es una lección de significado y arquitectura... también es un vistazo en el inconsciente de cualquier gran dictador y es lo que ocurre cuando se le da el chupete al niño en berrinche.

Me fascina EUR... con la misma fascinación lela con la que uno puede quedarse mirando a una persona con un lunar enorme en la cara.

A response to Kenneth Frampton

By Jean-François Lyotard

Listening to Kenneth Frampton, it seems to me that there is a tragedy of architecture, for a precise reason. People don't build simply in order to put a roof over their heads, they build in order to render homage. The act of building is an act of honour rendered, and the tragedy is that of knowing who or what is the addressee of this gift. The great architectures of the past knew to whom buildings should be addressed. It could be a divinity, in all forms; it could be a prince; it could be an Idea of Reason, such as the Republic, or the People, or the Proletariat, as in certain aspects of the Modern movement. But it was always the universal addressee. Today we don't know the destination of building, and this too is an aspect of the failure of the universal. And clearly it's this failing that postmodern architecture tries to scar over with parody, denounced both by Kenneth Frampton and Demetri Porphyrios. Parody, irony, quotation: this is indeed 'political quietism' (if one understands by 'political' much more than 'professional' politics) because it means 'don't talk to me about the addressee of architecture': that's what's apolitical. Let's have a good time. It's like the last waltz of the passengers on the Titanic.

The other aspect of architectural tragedy has been pointed out several times. The same building which is addessed to something must also meet the demands of human life, of humans as living beings. If the architect only answers this demand, then architecture is neccessarly conservative, insofar as its function is that of conserving human beings, of putting into conservation.

The thagedy of architecture is also the question of the body. Kenneth Frampton stressed the need to pay attention to the body, and several questioners from the floor also insisted on this. The words accompanying this emphasis are 'tectonic' and 'tactile', and there's a real problem here. In a sense, and in a sense only, architecture is constructed for the body insofar as the body occupies a space. How are we to conceive of this space? If we think of it as a functional space, this means that we think of the body as a set of functions, and this is already a presupposition as to the nature of the body. A scientific, technoscientific or pseudo-technoscientific presupposition.

You'll have noticed that, against this, Kenneth Frampton links his thinking to a phenomenological and even Heideggerian tradition. This means he introduces the idea of a body space which is not functional. What is this non-functional space, and what is a non-functional body? When Heidegger reflects on this question he gives it an ontological scope. It's a space which is empty or, rather, blank. That's what I'm trying to get at whith this notion of gathering. One can say that the first model of this space is the mother's womb, as first dwelling.

In the current situation, the body is a technological object. An object of technical operations the number and scope of which will increase in the years ahead. Think of bio-medicine, bio-engineering, all imaginable prostheses, genetic surgery. Ten days ago I was involved in a discussion with a bio-medic who was saying among other things that in 15 years it will not be necessary for women to bear their children: the whole period of gestation could take place in vitro. Whence the disappearance of the first dwelling.

In a sense, what characterises the modern dwelling is that it no longer has walls. Not in the physical sense, but in the sense that the separation between the outside and the inside is increasingly problematical. The inside is becoming filled with instruments for the sending and receiving of messages, communicating with the outside. Here too the dwelling is affected. My question is the following: the body is to my mind essential site of resistance, because with the body there is love, a certain presence of the past, a capacity to reflect, singularity - if this body is attacked, by techno-science, then that site of resistance can be attacked. What is the unconscious of a child engendred in vitro? What is its relationship with the mother, and with the father? The mediatisation of the body makes me ask the following quesion of Kenneth Frampton: can we still base ourselves on a phenomenology or an ontology of the body to designate one of the principal functions or destinations of architecture today? I believe that Kenneth Frampton is very aware of all this, ans that it's part of his concern.

En: Chris Jenks (ed.): Urban Culture: Critical Concepts in Literary and Cultural Studies. Taylor & Francis, 2004.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Heterotopías II (a propósito de nada)

At the begining of The Order of Things Michel Foucault refers to a "certain Chinese encyclopedia" quoted by J. L. Borges, in which the animal of the world are catalogued. "Animals," he says, "are devided into: (a) belonging to the Emperor, (b) embalmed, (c) tame, (d) suckling pigs, (e) sirens, (f) fabulous, (g) stray dogs, (h) included in the present classification, (i) frenzied, (j) innumerable, (k) drawn with a very fine camelhair brush, (l) et cetera, (m) having just broken the water pitcher, (n) that from a long way off look like flies"

This list [...] gives Foucault the chance to enter into a discussion of the ways of organizing "things" within a given historial period [...] the example from Borges may be said to be heterotopic.

Here, we find ourselves face to face with a true and proer "heterotopia". Thus, one of the first definitions assigned to this word is given by Foucault as follows:

Utopias afford consolation: although they have no real locality there is nevertheless a fantastic, untroubled region in which they are able to unfold; they open up cities with vast avenues, superbly planted gardens, countries where life is easy, even though the road to them is chimerical. Heterotopias are disturbing, probably because they secretly undermine language, because they make it impossible to name this and that, because they shatter or tangle common names, because they destroy "syntax" in advance, and not only the syntax with which we construct sentences but also that less apparent syntax which causes words and things (nert to and opposite to another) to "hold together".

K. Michel Hays: Architecture Theory Since 1968. The MIT Press, 2000. pp 298, 299.

Heterotopias I (a propósito de todo)

Seis características (según Michel Foucault):

1. A pesar de que asuma una enorme variedad de formas, las heterotopías son un distintivo constante de todas las culturas.

2. A través del curso de la historia, una sociedad puede tomar una heterotopía existente y hacerla funcionar de manera distinta.

3. La heterotopía tiene el poder de juxtaponer en un sólo lugar real diferentes espacios y locaciones que son incompatibles unos con otros.

4. Las heterotopías están relacionadas con el tiempo y funcionan completamente cuando el tiempo tradicional se quiebra (como, por ejemplo, el cementerio, donde la pérdida de vida y la percepción de la eternidad coinciden).

5. Usualmente uno no entra en una heterotopía por voluntad propia (piense en la prisión) y, como un visitante por fuerza o por permiso, uno debe efectuar ciertos gestos, sólo para continuar siendo excluído de su verdadero corazón.

6. Las heterotopías realizan las funciones contradictorias de revelar la calidad ilusoria de todo el espacio y compensar por esa ilusión con un espacio real perfecto, meticuloso y bien arreglado.

K. Michel Hays: Architectural Theory Since 1968. MIT Press, 2000. p 298.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Obituary for modern architecture (C. Rowe)

"We may ascribe her death (Modern architecture is surely a she) to the ingenuousness of her temperament. Displaying an extraordinary addiction to towers and completely unconstructed spaces, when young, she possessed a high and romantically honorable idea of life and her excess of sensibility could only lead to later chagrin. Like one of Jane Austen's more extreme heroines - though she was simultaneously morally reserved, passionate, and artless - it was her juvenile notion that, once she was perfectly wedded to society, this so much desired husband would, by the influence of her example, become redeemed of errors, tractable, pliant, and ready to act with her in any phillanthropy which she might have in mind.

But the marriage did not prove to be a success. Modern architecture was admired by society but not for what sheconceived to be her inherent virtues. Her spouse was attracted by her many external charms but was utterly unwilling to award recognition of what she offered, he remained stubbornly confirmed in his old ways. Moral regeneration he did not seek. For him the ethical posture of modern architecture was too much like that of a Victorian heroine and, correspondingly, he looked for his delinquent pleasures elsewhere. He, society, was in no way ready to envisage those limpid possibilities of the New Jerusalem which she so enthusiastically advertised and, as she continued, he increasingly became fatigued.

Indeed, he (society) came to discover that, though admired, he too was not accepted; and, gradually, the rift became irretrievable. Not surprising, therefore, should be modern architecture's agitated and long decline; but, though this death was to be expected, it is greatly to be regretted and the extinction of this once pristine creature (with her elaborately Victorian standards) has been desperately sad to witness. But a late nineteenth-century character and never fully knowing it, she addressed herself to a moral condition of permanent rapture, to an ecstatic condition which could only endanger her frain physique; and, to repeat, excessive sensibility abused by inadequate experience, motivated by a quasi-religious sentiment not well understood and complicated by the presence of physics envy, Zeitgeist worship, object fixation, and stradaphobia must be considered the greatest factors contributing to the demise."

Colin Rowe: "The Present Urban Predicament: Some observations" The Second Thomas Cubitt Lecture at the Royal Institution, London (London, Thomas Cubitt Trust, 1979) En: K. Michael Hays: Architecture Theory since 1968. MIT Press, 2000. p 88.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Entrada nostálgica que trata sobre el espíritu navideño y los recuerdos

Luego de divagar sobre la ciudad en la que estoy y sobre la arquitectura, creo que hoy, primero de diciembre, me toca ponerme un poquito nostálgica.

En esas feas pasadas que nos juega en Winamp cuando está en aleatorio, en este momento estoy escuchando Oh du Fröliche (típico villancico alemán). A penas empezó a sonar, juro que pude oler el pino de las coronas de adviento y los conitos que van dentro de los "fumadores", aunque hace varios años que no los prendemos.

En este momento ese olor a pino es lo que más extraño.

Me pregunto quién va a decorar el árbol este año...

En mi actual domicilio no hay adornos navideños. No sé si mi "roomie" tiene. A decir vedad, ni siquiera sé si es cristiana, judía, budista o atea. Y no me veo a mi misma entrando a Todis a comprar un árbol de 9.90 € y decorándolo con... ¿con qué?

Creo que parte del espíritu navideño proviene, en mi caso, de esas cajas de cartón con olor a polvo, a cera y a ramas de pino, reales y de plástico. Una de esas cajas, la grande larga, donde ahora hay cajas de bolas de cristal, ha estado allí desde que tengo uso de razón. Nunca pregunté qué había venido en ella originalmente, pero me acuerdo de esa misma caja, en una armada del árbol navideño de hace como 20 años, en la casa de Petit Thouars.

Por esa época, supongo que escuchábamos las Navidades de Parchis (un LP que tenía al interior un pop up de los integrantes del grupo). Unos años después apareció un cassette llamado "Canta una alegre canción"; estoy segura que si lo escucho me pongo a llorar.

Luego de Alemania los Opas mandaron un par de CDs: "Weihnachtsträume" (Sueños de Navidad). La copia de uno de esos es lo que estoy escuchando en este momento, ahora sí a propósito. A parte de canciones super conocidas en inglés y hasta el Feliz Navidad de José Feliciano, vino en esos CDs un buen grupo de típicos villancicos alemanes.

Más que ponerme melancólica, estas canciones me sumergen en el ritual navideño: pies descalzos (es verano en Lima), cajas, búsqueda del pasto del nacimiento, panetón, sol, papel de regalo, compras, pavo con puré de manzana y arroz árabe, misas, último día de clases, velas rojas, tarjetas, árboles, películas navideñas, ambulantes vendiendo lacitos en Larco, bolas de vidrio, luces enredadas.

Recuerdo el año que viajamos a Alemania. Si no me equivoco, nos íbamos un 23 de diciembre, así es que se decidió que ese año, en casa, no íbamos a "armar el árbol". Para mí fue una mezcla de tragedia con sacrilegio, pero casualmente, unos días antes de irnos, estuve invitada a la casa de una amiga, Mariella, el día que íban a armar su arbol y pude participar.

Cuando fuimos creciendo Arturo y yo, ya no era tan sencillo coordinar los horarios para "armar el árbol", por una época dejó de ser un asunto de familia. Luego yo tomé la batuta; mi cómplice durante los últimos 3 años ha sido mi prima Ariana; además de pasarlo super bien juntas, Ariana tenía la ventaja de ser chiquita, con lo que podía meterse en partes inaccesibles del closet e irme pasando las cajas. Ahora me temo que mi prima ya no es nada chiquita y me pregunto cómo van a sacar las cosas de lo alto del closet...

Freue, freue dich, oh Christenheit!
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