miércoles, 31 de mayo de 2017

No, no tienes derecho a tu opinión (desinformada) (I)

Traducción del post "No, You Are Not Entitled To Your Uninformed Opinion", de Annie Reneau.

"Parece ser parte de las discusiones con Internet estos días: alguien dice una opinión sobre un tema, alguien más refuta lo que la primera persona dijo con evidencia verificable, y el primero responde con "bueno, tengo derecho a tener mi opinión".

No, en realidad no lo tienes. Así no funciona.

Tienes derecho a una opinión sobre preferencias personales, como que prefieras el helado de chocolate sobre el de vainilla, o que elijas el océano en vez de las montañas. Tienes derecho a que te guste más una cosa que otra, o a creer que una cosa es mejor que la otra por razones personales.

Sin embargo, no tienes derecho a una opinión desinformada que se desvanece frente a la lógica, la razón y los hechos verificables. No puedes decir que piensas o crees algo, que luego esa creencia sea contradicha con evidencia clara e irrefutable, para luego decir "bueno, tengo derecho a tener mi opinión".

Bueno, tienes derecho a decirlo - tienes derecho a la libertad de expresión - pero no puedes esperar que esa opinión no sea cuestionada. No puedes usar "sólo es mi opinión" como excusa para decir lo que tú quieras y terminar así la conversación.

Del mismo modo, no deberías esperar que la gente le dé a tus ideas el mismo peso que a otras, sólo porque las estás presentando como opinión. No todas las opiniones son iguales. Una opinión que puede apoyarse en argumentos lógicos y evidencias es muy distinta - y sí, superior - que una que no puede. 

[...] Personas razonables pueden y suelen cambiar sus opiniones frente a evidencias contradictorias y argumentos lógicos. Y eso es lo que la gente debe hacer si quieren que algo de lo que dicen sea tomado en serio. Eso es lo que esperamos cuando enseñamos a los niños habilidades de pensamiento crítico - no para convencerlos de compartir nuestras mismas opiniones, sino para ayudarlos a utilizar argumentos y evidencia, y formar sus propias opiniones inteligentes e informadas, basadas en eso.

Las opiniones no deberían estar escritas en piedra.

Patrick Stokes, profesor de Deakin University, dice a sus estudiantes de filosofía el primer día de clases, "No tienes derecho a tu opinión. Sólo tienes derecho a aquello que puedes argumentar." En este caso, "argumentar" no significa ponerse terco y decir que tienes la razón, más fuerte y durante más rato que otra persona. Se refiere a la primera definición de "argumentar", que es "dar razones o citar evidencia que soporte una idea, acción o teoría, en general con el objetivo de persuadir a otros para compartir la propia opinión." Argumentar una opinión significa defender tu posición con evidencia, hechos y razón.

[...] La evidencia anecdótica no es evidencia. Si eso es todo lo que tienes, entonces técnicamente tienes una opinión desinformada. [...] Decir que piensas que algo es verdad, no lo hace verdad. 

[...] Si tu opinión no está acompañada de argumento o prueba, y la mayoría de evidencia encontrada no sostiene tu opinión, entonces, francamente, tu opinión es una porquería.

¿Tienes el derecho a una opinión de porquería? Técnicamente, tienes derecho a tenerla. Pero no tienes derecho a compartirla sin que ésta sea cuestionada y sin que otras personas te digan que tu opinión es desinformada, ignorante o ilógica. Eso no es censurar; eso es simplemente decir las cosas como son.

Es mi humilde opinión, por supuesto."
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