jueves, 27 de febrero de 2014

Educando arquitectos (I. Papagiannakis)

"La educación es un proceso, tanto como un mecanismo, que da forma a ideas y relaciones sociales. En este aspecto, puede ser visto como un proceso político (considerando política en su sentido más amplio, como acciones públicas sobre relaciones sociales o, como gente, "ciudadanos", como entes responsables y con control sobre sus relaciones sociales). Dentro de esta visión, la educación no sólo debe estar determinada por aquellos relacionados a esta (estudiantes, profesores, profesionales, etc.), sino que éstos, a su vez, deberían estar activamente involucrados en darle forma.

(www.futureideas.in)
La educación institucional proporciona a la gente un conocimiento específico que la colocará en una posición profesional, social o financiera específica. Más aún, la educación debería ser vista como un modo para desarrollar ética y crítica. Es este segundo aspecto que distingue a la educación del adiestramiento profesional.

El proceso de educación se ha opuesto al proceso de adiestramiento. Las universidades e instituciones educativas en general han dejado de ser lugares para el conocimiento, y tienden a ser lugares de adiestramiento profesional, con el fin de responder necesidades específicas en un tiempo y lugar determinados (por ejemplo, satisfacer las demandas del mercado); se enfocan más en los aspectos de adiestramiento de la educación que en el desarrollo de una habilidad crítica y una consciencia ética.

El proceso por medio del cual uno se convierte en arquitecto debería ser visto, sobre todo, como un proceso educacional. Esto incluye la adquisición de conocimiento, así como el desarrollo de una habilidad para identificar los asuntos y responder apropiadamente en la especificidad de cada caso. La educación en arquitectura no debería darle a uno la virtud de practicarla baja circunstancias "convenientes". Y, por otro lado, un arquitecto no debe saber sólo qué construir y cómo hacerlo, sino también cuándo y dónde no construir.

Sólo a través de un proceso así uno será capaz de responder al segundo rol que el arquitecto ha adquirido recientemente; además de dar respuestas arquitectónicas a preguntas sociales, el rol del arquitecto en la actualidad se extiende a volver a plantear las preguntas.

Al considerar la educación en arquitectura como un proceso político - en un modo democrático (donde las decisiones son tomadas por aquellos que sufrirán sus consecuencias) - la educación institucional no debería volverse un producto manejado por instituciones, del mismo modo que la arquitectura no debería volverse un producto manejado por el mercado."

Papagiannakis, Iannis (2001) Educating Architects. Building Material, No. 7. pp 62-63.

viernes, 14 de febrero de 2014

Cinco criterios para el buen diseño (E. Plater-Zyberk)

"Desde la disciplina del urbanismo, encontramos que es posible sugerir criterios para el buen diseño. Permítanme ofrecer algunos:

1. El buen diseño es un acto intencional que da una respuesta apropiada a una situación dada, sin generar mayores problemas por sí misma.

2. El buen diseño logra máximos resultados con mínimos medios. No es una adición cosmética que puede ser eliminada del presupuesto; es el proceso de una solución. [...]


3. El buen diseño percibe los parámetros amplios de una situación, más allá de lo que está dado en un programa o de lo inicialmente evidente. Por ejemplo, la proximidad no es el principal factor para peatones. La caminata debe ser placentera, interesante y también segura. O el ofrecer vivienda económica no es sólo cuestión de encontrar un sitio barato; se trata además de ofrecer distintos tipos de vivienda e integrar estos a la comunidad.


4. El buen diseño tiene una postura crítica frente a supuestos y clichés. Ensanchar las vías o construir nuevas no necesariamente resuelve el problema del tránsito. Sin embargo, reorganizar el uso de suelo para reducir los trayectos vehiculares sí lo hace.

5. El buen diseño tiene un sano respeto por lo precedente - entiende que algunas experiencias trascienden el tiempo y pueden ser aplicadas en nuevas circunstancias."

Plater-Zyberk, E. (1993) Five Criteria for Good Design. ANY: Architecture New York, N 1. pp 10-13.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Pop: la nueva arquitectura II (V. Wexman)


"La insistencia de los representantes del Estilo Internacional en concentrarse sólo en algunos objetos ‘clásicos’ de diseño tecnológico también les impidió el ganar la riqueza y expresividad que viene del combinar una gran número de elementos de un modo significativo. El arquitecto Pop, por otro lado, no piensa en sus objetos como ‘sagrados’ y, en consecuencia, no siente la necesidad de aislarlos en los lugares semejantes a museos característicos de los diseñadores influenciados por la Bauhaus.

[… una aproximación al diseño abierta (open-ended)] ofrece al usuario la oportunidad de expresas sus propias preferencias sobre un rango significativo de posibilidades para escoger. […] si a la personas que va a usar el edificio (o parte de él) se da el poder de ejercitar control personal sobre la forma específica que su ambiente tendrá, su habilidad para identificarse a sí mismo con este ambiente aumentará.

[…] Probablemente el cargo más serio contra la arquitectura Pop es que es irresponsable. Esta crítica toma dos formas: primero, que los arquitectos Pop no han relacionado o no pueden relacionar su pensamiento con los grandes problemas de arquitectura y planeamientos que enfrenta nuestra cultura – específicamente, los problemas del centro urbano; segundo, que la actitud casual e irreverente del arquitecto Pop es, en sí misma, una muestra del la irresponsabilidad del movimiento.

La respuesta a la primera crítica es simplemente que el arquitecto Pop aún no han tenido la oportunidad de mostrar lo que pueden hacer con un problema de diseño a gran escala […]. El asunto de qué arquitectura responsable debe tratar con más que el involucrarse en asuntos grandes. Debe, finalmente, buscar afrontar la calidad de las soluciones ofrecidas a problemas de todos los tamaños. Y, posiblemente el aspecto menos comprendido de la arquitectura Pop es su muy real e incidente sentido de responsabilidad. La mayoría de los críticos del movimiento sienten que muestra un desprecio por la seriedad moral de los problemas que enfrenta hoy nuestro país. En realidad, la verdad es exactamente lo opuesto. La inspiración original y el ímpetu continuo de los pensadores Pop es precisamente su insistencia en este tipo de responsabilidad en el diseño.

El arquitecto Pop ve la responsabilidad en términos muy pragmáticos. Está preocupado en cómo la arquitectura puede trabajar mejor, no en si es ‘fiel a la tecnología’, o ‘digno’, o ‘claro’ – o cualquier otra consideración abstracta. […] El arquitecto Pop […] ve, por ejemplo, que los pretensiosos ‘centros culturales’ que se levantan por todos lados según los principios del Estilo Internacional están, en su mayoría, vacíos. Entonces busca los lugares que sí son usados y, aparentemente, disfrutados.


(www.cratoonbrew.com)
[…] El objetivo del arquitecto Pop es el crear un edificio (ambiente) que sea significativo para las personas, que sea disfrutado por las personas, que involucre a las personas, que satisfaga a las personas, que haga a las personas felices. Y por personas no se refiere a un puñado de compatriotas ‘culturalmente superiores’; se refiere a todas las personas. Quiere que su trabajo sea popular. El diseñador Pop entiende humor, interés, inteligibilidad, especificidad, complejidad y encanto en la arquitectura. No entiende ‘buen gusto’. Y aquellos diseñadores del Estilo Internacional que continúan endiosando criterios ‘estéticos’ abstractos, significativos sólo para una pequeña audiencia adoctrinada cuya apreciación sólo sirve para darles un sentido de su propia superioridad cultural – aquellos arquitectos deben finalmente enfrentar la cuestión de si sus diseños son responsables, en una sociedad construida sobre la premisa que todos los hombres han sido creados iguales. […] el arquitecto Pop cree que su responsabilidad es el comunicarse, a través de su trabajo, con estas masas de personas, para asegurarles que las cosas que son significativas para ellos pueden ser reflejadas en el diseño de su ambiente.”

Wexman, Virginia (1971) Pop: The New Architecture. Soundings: An Interdisciplinary Journal, Vol. 54, No. 2. Pp. 191-201.

lunes, 10 de febrero de 2014

Pop: la nueva arquitectura (V. Wexman)

Texto histórico de 1971 que aclara muchas de las propuestas que la arquitectura postmoderna simbólica plantea.

“[…] no hay otro nuevo movimiento hoy en arquitectura que intente tratar de manera amplia y significativa con los asuntos significativos de nuestro tiempo. Y, cincuenta años luego de su implantación en la Bauhaus, el Estilo Internacional ya no es joven. Además, una de las virtudes del nuevo pensamiento es el incorporar críticas penetrantes al Estilo Internacional, y así, es capaz de poner de lado sus dictados y empezar de cero. En lugar de los antiguos valores, los arquitectos Pop han establecido nuevos valores – valores que se relacionan más a las realidades y los prospectos actuales de nuestra cultura que a los ideal representados por los monumentos arquitectónicos de la primera parte de este siglo.

[… Los cargos en contra del Estilo Internacional son] que el Estilo Internacional es esencialmente aburrido, que es anti-histórico, que falla al juzgar el rol específico de la tecnología, y que es fundamentalmente snob en apariencia.

[…] Al dar la espalda a toda la tradición los creadores del Estilo Internacional estaban forzados a inventar todo un nuevo vocabulario de diseño. Es difícilmente sorprendente que la mayoría de los edificios modernos aparecen desnudos y poco interesantes al lado de los del pasado […].

¿Pero por qué es necesario rechazar la tradición a favor de la tecnología? No es necesario que se trate de un caso de lo uno o lo otro. De hecho, no hay razón por la que la tecnología no pueda ser usada para soportar una idea que tenga como inspiración una forma originalmente concebida antes del invento de la máquina […]. La diferencia es que los arquitectos Pop usan la tecnología, mientras que los del Estilo Internacional estuvieron regidos por ella.

(www.architectmagazine.com)
La segunda falsa premisa que los fundadores de la arquitectura temprana del siglo XX hicieron sobre la tecnología es que esta era necesariamente impersonal. Argumentaron que la producción en masa significó la producción para un gusto basado en un “mínimo común denominador” concebido de manera abstracta, y que dado que tenía que satisfacer a todos, más o menos, perdía necesariamente su habilidad de satisfacer a nadie por completo. […] Se ha hecho aparente, de hecho, que la tecnología, al ser dejada a sus anchas y a las presiones del mercado, puede efectivamente expresar individualidad de un modo mucho mayor que el que se creyó al inicio. Los arquitectos Pop usan la tecnología para expresar la cualidad personal de un edificio y lo único de su función de tres maneras. Primero, los elementos de producción en masa pueden usarse en modos inesperados, pero coherentemente funcionales. Segundo, los elementos de producción en masa pueden ser usados en combinaciones significativas y únicas. Y tercero, puede emplearse una aproximación abierta al diseño, que permite al usuario, en un determinado momento, volverse activo en la toma de decisiones.


[…] En cuanto los arquitectos desechen la hermética idea que los únicos productos hechos a máquina que pueden ser aceptables desde el punto de vista de la estética son aquellos que resultan de un proceso de diseño y producción cercanamente controlado y supervisado por un artista respectado cuyas ideas representen la última palabra en el uso adecuado de su creación – entonces verán la amplia diversidad y potencialidad de los productos comerciales hechos en masa. Y serán libres de usar los objetos hecho a máquina en modos que pueden ser únicos, personales y apropiados al proyecto específico en el que estén trabajando."


Wexman, Virginia (1971) Pop: The New Architecture. Soundings: An Interdisciplinary Journal, Vol. 54, No. 2. Pp. 191-201.
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