miércoles, 26 de junio de 2013

10 libros de arquitectura

De manera provisional, e inspirada en este post, con el que no estoy del todo de acuerdo, he aquí mi top 10 de libros que considero son fundamentales al estudiar arquitectura. Este tipo de listas es que son, por fuerza, muy personales y subjetivas, y no pretenden ser más que una sugerencia personal.

De estos libros, todos me marcaron personalmente de una manera y otra. Y he preferido dejar de lado libros que, si bien me parecen fundamentales, no son exactamente de arquitectura. Quedan para una nueva lista. Los pongo a continuación, sin ningún orden en particular.
  

1. Kenneth Frampton, Historia crítica de la arquitectura moderna (2007 [1998])

Libro de cabecera que ayuda a entender un poco el siglo XX. A diferencia de la mayoría de libros de historia, este no es lineal (¿cómo podría serlo?) e incorpora tanto información teórica como proyectual. Es tanto un libro de consulta, a abrir en páginas al azar, como un discurso que puede leerse de principio a fin. La cantidad de nombres, lugares y corrientes puede resultar un poco confusa, pero los mismos capítulos ayudan a diferenciar el grado de importancia de los eventos mencionados.

Tres excelentes complementos, que incorporan información más reciente, Jean-Louis Cohen, The Future of Architecture, Since 1889; Allan Colquhoun, Modern Architecture y Leonardo Benevolo, Historia de la arquitectura moderna.


2. Rem Koolhaas, Bruce Mau, Hans Werlemann, S, M, L, XL (1995)

No es sólo un libro interesante y fuera de lo común desde el punto de vista de los contenidos. La gráfica del mismo inició una suerte de escuela en la que los libros de arquitectura son, en sí mismos, un objeto de diseño, casi de culto. Con un estilo un poco irreverente y combinando una serie de discursos gráficos y literarios, los autores no sólo presentan proyectos e ideas, sino una muestra de la situación multidireccional y a veces caótica de la arquitectura contemporánea. El único aparente criterio para ordenar la información es la escala de los proyectos o de las reflexiones, designada por las letras (tallas) del título.

Personalmente este modo de presentar la información me llamó la atención: las citas laterales (una especie de glosario-cacopedia), los distintos estilos narrativos, las gráficas que acompañan los textos... si bien Koolhaas tiene libros que tal vez sean más relevantes, este fue para mí, memorable.


3. Bernard Tschumi, Architecture and Disjunction (1996)

El primer libro de teoría de la arquitectura que leí. Me costó un poco entenderlo al inicio. Algunas partes son algo densas, enfocadas en teorías que cuestionan la función, la necesidad en la arquitectura, y los conflictos de ésta como disciplina.

Otras partes, escritas en un lenguaje algo más coloquial, parecen llevar al lector de la mano a través de una serie de afirmaciones o cuestionamientos que ameritan leerlo más de una vez. Tschumi, más que plantearnos una ideología, busca motivarnos a construir nuestras propias reflexiones, casi como lo hubiera hecho un filósofo de la antigüedad. ¿Lo qué mas me impresionó? Los conceptos de "evento" y "espacio in-between".


4. Charles Jencks, Karl Kropf, Theories and Manifestoes of Contemporary Architecture (2006)

Una manera breve y bastante completa de enterarse qué ha sucedido en la teoría de la arquitectura de los últimos años. Jencks y Kropf compilan breves extractos de textos teóricos obtenidos de entrevistas, manifiestos, libros y escritos varios. Dichos textos están agrupados dentro de distintas tendencias diferenciadas por los autores, y van acompañados de un breve comentario en cuanto a su relevancia.

Sirve como para empezar a enterarse de quién dijo qué y por qué, para luego pasar a leer los artículos originales. Otros libros similares, un poco más extensos y complejos, Kate Nesbitt, Theorizing a New Agenda for Architecture, Michael Hays, Architecture Theory since 1968, y A. Krista Sykes, Constructing a New Agenda. Architectural Theory 1993-2009.


5. Robert Venturi, Denise Scott-Brown, Steve Izenour, Aprendiendo de Las Vegas (1972)

De Venturi el texto más conocido es Complejidad y Contradicción. Sin embargo, personalmente pienso que hoy hay tanto o más que aprender de ... Las Vegas. Por un lado, se trata de un estudio interesante en su metodología y aproximación a un tema que pocos se habían dignado a considerar: la estética de lo cotidiano en un entorno que casi era anti-arquitectónico. Por otro lado, los resultados buscan ser una llamada de atención a los arquitectos con respecto a la brecha existente entre lo que se discute dentro del gremio y lo que la gente disfruta.  Los autores entienden a la arquitectura como un lenguaje, y tratan de aprender cómo es que este lenguaje debe hablar directamente a la gente.

Deformada por talleres iniciales que negaban todo esto, me costó un poco, y tuve que pasar un par de años dentro de la facultad para finalmente empezar a leer este libro... y fue todo un descubrimiento.


6. Jane Jacobs, The Death and Life of Great American Cities (1961)

Finalmente un poco de sentido común en el diseño urbano, y no viene de un arquitecto, sino de una periodista con mucho criterio. Este libro plantea, con mucho sentido común, las razones por las que las ideas modernas de cómo organizar una ciudad han fracasado en su mayoría, y da importancia a los procesos espontáneos de organización de los mismos habitantes de las ciudades.

Analiza veredas, vecindarios, comercios y parques, como si nos quisiera llevar de la mano por las unidades básicas que componen un ciudad, que poco tienen que ver con lo extraordinario, y sí mucho con lo cotidiano. De ese modo, pensar en ciudad ya no es pensar en un enorme artefacto artificial, creado por algunos para el uso de los demás, sino en un mecanismo que crece y decrece, a la par de la vida de sus individuos.


7. Christian Norberg-Schulz, Genius Loci (1980)

Si en Aprendiendo de Las Vegas la arquitectura es un lenguaje, en Norberg-Schulz la arquitectura es una experiencia sensorial. Su enfoque parte de entender el lugar como punto de partida para la arquitectura. Retoma ideas de la filosofía y las adecua a una lectura fenomenológica de la arquitectura. El objeto de estudio es, entonces, tanto el lugar geográfico como el entorno construido, y en los efectos que ambos producen sobre el usuario. A esto él llama genius loci o el espíritu del lugar.

Esta premisa no es sólo una clave de lectura para lo que ya existe: el autor sugiere que es, además una manera de afrontar la tarea de proyectar en arquitectura.


8. Le Corbusier, Hacia una arquitectura (1923)

Este libro supone ser un clásico. No estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dice y me horrorizan las consecuencias y el alto costo que éstas han implicado en la arquitectura de los últimos casi 100 años. Por otro lado, leído con detenimiento, no siempre es claro en sus explicaciones; muchas veces la poesía es más fuerte que la coherencia. Sin embargo, es cierto que también sintetiza ideas que no han perdido vigencia y que han significado un gran quiebre dentro del devenir de la arquitectura.

El lenguaje simple, lleno de imágenes evocadoras, fuertes y fáciles de entender hace de éste un libro popular entre los arquitectos. La modernidad es una época de slogans y "frases célebres", y aquí podemos encontrar más de una.



9. Yona Friedman, Pro Domo (2006)

El autor se pregunta, cuando aún era estudiante, el por qué las personas no pueden intervenir construyendo o adecuando sus viviendas a sus propias necesidades. Consciente de los aspectos poco prácticos de su premisa, desarrolla a lo largo de su carrera una serie de sistemas modulares que podrían hacer esto posible. Este libro es un conjunto de escritos, dibujos y reflexiones de todo este proceso.

Pero además de este ejemplo concreto, Friedman tiene una aproximación hacia la arquitectura que parte de reconocer al usuario como el principal agente, y a la obra arquitectónica como un proyecto no terminado. Una lección de humildad necesaria en la arquitectura contemporánea.



10. Se aceptan sugerencias.
No he podido decidir qué libro debería cerrar la lista. Es así que he optado por dejarla abierta. Se aceptan, se solicitan, se ruegan sugerencias.

martes, 25 de junio de 2013

Clásicos

Hace algunas semanas se planteó la siguiente pregunta en una conversación entre profesores de arquitectura: ¿Qué es un gran maestro? Se pide a los alumnos que aprendan de "los grandes maestros" pero, una vez planteada la pregunta, no queda tan claro qué es eso que debemos estudiar. 

En la misma disciplina no hay muchas respuestas. Evidentemente hay nombres que se repiten: Mies van der Rohe, Le Corbusier, Wright, pero ¿el sólo repetirlos hace de ellos grandes maestros o, más aún, dignos de seguir siendo repetidos a perpetuidad?

Me encontré hoy en la mañana con un artículo y dos propuestas que plantea la literatura para definir un clásico, el equivalente, creo yo, a una gran obra de un gran maestro en arquitectura. Los planteo aquí como reflexiones que, tal vez, puedan traslaparse a nuestra disciplina y darnos algunas ideas.

Richard J. Smith en The 'I Ching', a Biography, presenta cuatro características que hacen de una obra un clásico:

  • "El trabajo debe enfocarse en asuntos de gran importancia, identificar problemas humanos fundamentales y proporcionar algún tipo de guía para lidiar con ellos."
  • "Debe tocar estos temas de un modo 'hermoso, emocionante y memorable' con 'imágenes estimulantes y evocadoras'."
  • "Debe ser complejo, matizado, integral y profundo, y requerir un estudio cuidadoso y repetitivo, de modo que nos ceda sus más profundos secretos y su mayor sabiduría."
  • Por todas estas características, finalmente, "un clásico tiene el poder de permanecer a lo largo del tiempo y del espacio."

La definición siguiente es de Italo Calvino, y plantea catorce puntos para reconocer un clásico:

  • Libros que la gente no sólo lee: re-lee.
  • Son una gran experiencia para quien los lee y los disfruta, pero una experiencia aún mayor para quienes esperan leerlos en el momento correcto, cuando están listos.
  • "Ejercitan una influencia particular, cuando dejan una impronta en nuestra imaginación como inolvidables, y cuando se esconden bajo capas de nuestra memoria, disfrazados de inconsciente individual o colectivo."
  • El re-leerlo nos proporciona un sentido de descubrimiento tan fuerte como al leerlo la primera vez.
  • Cuando lo leemos por primera vez, nos da la sensación de estar re-leyendo algo que ya hemos leído antes.
  • Un clásico nunca agota las cosas que decir a quien lo lee.
  • Lleva el aura de las interpretaciones que otra gente ya ha hecho sobre él, y las huellas que ha dejado en otros tiempos y otras culturas.
  • Constantemente genera una nube de discursos críticos a su alrededor, pero siempre se sacude sus partículas.
  • Cuanto más pensamos en ellos, más "originales, inesperados e innovadores" nos parecen.
  • Representa a todo el universo, como una suerte de talisman.
  • "Tu clásico es un libro al que tú no puedes permanecer indiferente, que te ayuda a definirte a ti mismo en relación o incluso en oposición a él."
  • Un clásico siempre viene después de otros, pero al leerlo se reconoce su lugar dentro de la genealogía de las obras clásicas.
  • "Relega el ruido del presente a un murmullo de fondo, sin el cual, al mismo tiempo, los clásicos no pueden existir."
  • Persiste como ruido de fondo, aún si el presente le es completamente incompatible.
Hagamos el juego de traslapar estas definiciones a la arquitectura. A esas grandes obras (grandes clásicos) que nos llevan a "relegar el ruido del presente", o a (re)descubrirlas cada vez que estamos en ellas.

Una gran obra, un gran maestro, un clásico, no son lo que son porque lleven consigo el sello de la repetición. Son clásicos porque nos retan a cuestionarlos, y porque, finalmente, salen airosos de estos cuestionamientos. 
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