Me toca aplaudirme un poquito. Luego de lo que a mi me parece una eternidad (en realidad 4 años), terminé, sustenté y me aprobaron mi tesis de maestría de la UNI, llamada "La enseñanza de la arquitectura en el primer taller de diseño. Análisis crítico y propuestas".
Estoy orgullosa y agradecida. Y aunque esto suene a discurso monse del Oscar (Quiero agradecer a la Academia...) creo que es pertinente mencionar ciertas cosas.
Me da gusto que la UNI finalmente me considere entre sus filas. Como dijo el Decano, mis éxitos serán sus éxitos, y mis fracasos serán también fracasos de la UNI. Luego que algunas personas pensaran que, por mi formación en una universidad "nueva" yo era poco más que analfabeta, siento que es una revindicación.
Elio, mi asesor, ha sido lo máximo. Es una de las personas a quien yo nunca intentaría "florear", porque se las sabe todas y me exige en consecuencia. Es un gusto trabajar de esa manera. Sólo me queda tratar de convencerlo para una próxima tesis...
Ha sido excelente romper con algunos de mis propios prejuicios y conocer a gente que me ha ayudado a desarrollar el tema y sustentarlo. Aquí una mención a Syra y Augusto. Y por supuesto a todo el choclón de gente que está en los agradecimientos de la tesis, sobre todo, a los que me dejaron entrar a husmear en sus talleres.
Lección de la sustentación: ser un poco más audaz al presentar mis propias ideas, no tener miedo de hacerlo por ser joven o porque los que me escuche sean viejos o extranjeros. Se necesita una sana conchudez.
Que el espíritu de la tiza roja nos acompañe.