Una de las cosas que más me gusta de las grandes comunidades (como el Facebook) es esa posibilidad que siempre está de que se cruce lo inesperado. Como cuando nos hacemos amigos de alguien y descubrimos que ya teníamos 10 amigos en común y no nos habíamos dado cuenta.
A veces, lo inesperado es más interesante aún. En el muro de mi Facebook, de manera espontánea, hay dos entradas, una tras la otra.
La más reciente, del MIT Press, anuncia un nuevo libro que señala que ciudades "más pequeñas" podrían ser el camino del futuro. La otra, de una amiga de Brasil, manifiesta que "a veces tiene rabia por la falta de opciones que prevalece en una ciudad pequeña".
Es razonable asumir que el MIT Press no puso su post en respuesta a lo que mi amiga manifiesta. Son, como dije antes, esas cosas fortuitas de las grandes comunidades.
Pero es una buena pregunta. ¿Son las pequeñas ciudades mejores que las grandes? ¿Vamos a tender a recluirnos en estas como una respuesta a los retos del futuro?
Personalmente espero que no. Es cierto que el proceso de urbanización nos ha planteado más de un problema y que una vuelta al campo, o, en todo caso, a los asentamientos de menores dimensiones, parece ser una opción sana. Y sí, las grandes ciudades parecen ser una infinita fuente de polución y problemas entre los que podríamos mencionar las fricciones sociales, la sobresaturación de las redes o la descontrolada producción de deshechos.
Es también cierto que las grandes ciudades nos regalan el derecho al anonimato y a la indiferencia, en contraposición al constante flujo de chisme de los asentamientos pequeños; nos permiten un amplio universo de cosas a elegir, cuya falta es lo que mi amiga echa de menos en su pueblo chico; nos dan una variedad de posibilidades. En palabras de Jane Jacobs: "el hecho es que las grandes ciudades son generadores naturales de diversidad e incubadoras prolíficas de nuevas empresas e ideas de todo tipo." (Jacobs, 1993: 189)
Las grandes ciudades, así como las grandes comunidades, así como el modesto muro de mi Facebook son lugares de posibilidades y de variedad. Mientras esté en posibilidad de elegir, yo me quedo con eso.