jueves, 20 de agosto de 2015

Un mercado centenario y su futuro como supermercado (Alexa Guerra Cam)

Sobre el desarrollo de ciudades, los resultados de un crecimiento económico no siempre son buenos y mucho menos, si no existen políticas urbanas, entre ellas, las de protección del patrimonio inmueble.

Desde afuera es más fácil leer los cambios por los que atraviesa una ciudad en pleno crecimiento; me encuentro en Lima y me refiero a Huacho, el lugar en el que crecí y que cuya identidad como ciudad, hasta el día de hoy, me es difícil encontrar, pero no imposible.

Casona Pittaluga (Huacho.info)
Casino Huacho (apecsunjfsc.wordpress)

Casona Maristas (Huacho.info)
 
Hotel Bolognesi (GoogleMaps)

Sé que las manifestaciones culturales, tradiciones, historia, arquitectura, son sinónimos de identidad. Y si hablo de arquitectura, son pocos los edificios que aún se mantienen en pie en la ciudad de Huacho. Podría nombrar algunos, casi todas en terrible estado de conservación, como la casona Pittaluga, en manos de la empresa chilena Edelnor; la antigua estación del tren, hoy museo arqueológico de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión; el Casino de Huacho, actualmente local de restaurantes y tiendas en plena Plaza de Armas; la casona Maristas, que pertenece al colegio privado San José de los Hermanos Maristas; el hotel Bolognesi, casi abandonado y el Mercado Central, del cual haré énfasis por encontrarse en riesgo; no solo por los estragos del tiempo en su infraestructura, sino por las malas decisiones de gente sin memoria.

Historia del mercado central de Huacho

Desde la época prehispánica, Huacho ha sido punto importante de intercambio comercial entre pobladores de la costa y la sierra.

En 1551, durante el virreinato, se crearon las reducciones indígenas en el pueblo de San Bartolomé de Guacho, y es en esta época, en la que aparece el primer mercado, en forma de plaza techada con esteras, en la Plaza de San Quintín (hoy en día Plazuela Domingo Mandamiento Sipán), lugar donde se comercializarían productos abundantes y de buena calidad,  según descripciones en escritos de Ernst W. Minddendort.[1]

Más tarde, debido a la presencia del puerto, la población de Huacho iría en aumento y el Mercado de San Quintín ya no se daría abasto. Por esta razón, el 22 de noviembre de 1909, durante el gobierno de Augusto B. Leguía, se promulga la ley N° 1176, en la que se confiere el presupuesto para la construcción de la nueva Plaza de Abastos. El 28 de julio de 1915, durante la gestión del alcalde Adán Acevedo, se inaugura la Nueva Plaza de Abastos, convirtiéndose, hasta el día de hoy,  en uno de los principales puntos de encuentro para pobladores y visitantes.[2]

Antiguo Mercado de Abastos de Huacho, 1919 (juliosolorzano.blogspot)

Debido a su importancia histórica, el 27 de setiembre del 2007, el Antiguo Mercado de Abastos de Huacho es declarado Patrimonio Cultural de la Nación, según la Resolución Directorial Nacional N° 1270/INC.

Triste sería la noticia cuando dos años después, el mismo INC publicaría la Resolución Dictatorial N°413 en la que dejara sin efecto la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación del mercado. Y más triste aún, los rumores de la construcción de un nuevo supermercado en el mismo lugar.[3] ¿Coincidencia o coima? 

Para empeorar la situación, en el 2013, Defensa Civil declara al mismo como inhabitable y de alto riesgo y, Rodolfo Rodríguez, encargado de Defensa Civil, responsabilizaría a los administradores del mercado por no pedir recomendaciones ni verificaciones.[4]

Actual Mercado Central (prensaaldia.blogspot)

Interior del actual Mercado Central (Alexa Guerra Cam)

Interior del actual Mercado Central (Estefanía Cervera)

Pero no es hasta el 2014 cuando el presidente de la asociación del mercado, Juan Carlos Bermúdez, entra en coordinaciones con el alcalde de ese entonces, Santiago Cano y le presenta el anteproyecto de lo que sería el nuevo mercado central que, según las descripciones, contaba con 4 pisos, cine, patio de comidas, auditorio y escaleras eléctricas (descripciones que corresponden más a un centro comercial que a un mercado modelo). Santiago Cano se compromete en apoyar la construcción del nuevo edificio y facilitar las licencias municipales, con el fin de contribuir con el “embellecimiento de la ciudad y su progreso”.[5]





Renders del anteproyecto del Nuevo Mercado Central (prensaaldia.blogspot)

Pero, ¿de qué embellecimiento se habla cuando se mutila una manifestación arquitectónica bellamente lograda en madera?, ¿de qué progreso se habla cuando se da la espalda a la historia y tradición para dar paso a un elemento más de lo mismo?

El proyecto del Nuevo Mercado Central es tan ordinario y vacío como cualquier otro supermercado; no hay nada que lo haga memorable excepto su pobreza arquitectónica. La tipología del edificio no comunica su función y las vistas presentadas muestran espacios públicos que no existen.

Los comerciantes y dirigentes se muestran emocionados por la propuesta, pero sucede todo lo contrario con gran parte de la población: si bien la inversión será privada, el mercado es un hito arquitectónico y forma parte de la identidad huachana. Asimismo, éste ya había sido declarado Patrimonio Cultural pero las autoridades locales nunca mostraron interés por proteger la integridad del mercado y al parecer, tampoco lo harán en esta oportunidad.

Además del crecimiento agrícola, la formación de pymes y el incremento del turismo, otro de los alcances que se ha logrado luego del boom gastronómico en el país es la recuperación y revalorización de antiguos mercados,  y su reivindicación como puntos estratégicos de intercambio social y cultural, reflejo claro de la diversidad y potencia de una ciudad. Entonces, teniendo infraestructura, historia y tradición en un solo lugar, ¿por qué no mantener la estructura original, darle una restauración adecuada y ampliar el mercado con un proyecto que sea respetuoso? ¿Por qué no aspirar nuevamente por el título de Patrimonio Cultural para hacer del mercado no solo un lugar de abastecimiento, sino un lugar turístico?

Este año el Mercado Central de Huacho cumple 100 años y me es difícil imaginar a la casera con su canasta de mimbre llena de maní sancochado y chapanas, en la misma esquina de hace 20 años; a los niños dejando monedas en la alcancía de la imagen de la virgen, a las palomas revoloteando entre las estructuras de madera y a todos sus personajes e historias, en una caja de concreto sin espíritu.


[1] Miguel Silva. De San Quintín a Mercado de Abastos en Huacho.[en línea] <http://huacho.info/2011/02/10/de-san-quintin-a-mercado-de-abastos-en-huacho/> [citado el 20 de agosto de 2015]
[2] Miguel Silva. De San Quintín a Mercado de Abastos en Huacho.[en línea] <http://huacho.info/2011/02/10/de-san-quintin-a-mercado-de-abastos-en-huacho/> [citado el 20 de agosto de 2015]
[3] Norte Chico Blogspot. Salvemos el Mercado de Huacho. [en línea] < http://nortechicoperu.blogspot.com/2009/05/salvemos-el-mercado-de-huacho.html> [citado el 20 de agosto de 2015]
[4] Huacho en Línea.Com. Mercado Central y Modelo de Huacho es bomba de tiempo. [en línea] <http://www.huachoenlinea.com/2013/05/mercado-central-y-modelo-de-huacho-es-bomba-de-tiempo/>  [citado el 20 de agosto de 2015]
[5] Huacho en Línea.Com. Comerciantes presentan anteproyecto que modernizará el mercado central y modelo de Huacho. [en línea] < http://www.huachoenlinea.com/2014/06/comerciantes-presentan-anteproyecto-que-modernizara-el-mercado-central-y-modelo-de-huacho/ >  [citado el 20 de agosto de 2015]

viernes, 7 de agosto de 2015

Las barriadas de Lima (J. Matos Mar)

"En el Perú una de las manifestaciones más saltantes del proceso de urbanización contemporánea es la aparición, rápido desarrollo y masiva expansión de un especial modelo de asentamiento y organización social: la barriada. La importancia de esta unidad de base urbana alcanza tal grado que en la actualidad (1977) no sólo tiende a ser preponderantemente en Lima y en casi todas las ciudades del país sino que, atendiendo a las estimaciones hasta ahora disponibles, es probable que involucre alrededor de la cuarta parte de la población total (16 millones) constituyendo, a semejanza de la comunidad campesina que agrupa aproximadamente a otra cuarta parte de la población, uno de sus característicos patrones de establecimiento.



(...) Los antecedentes de la barriada limeña se gestan en la década de los años 20. El terremoto de 1940 y el inicio del gran flujo migratorio sierra-costa contribuyen a que, en 1946, surja San Cosme su primer modelo y que este se extienda rápidamente. De allí en adelante San Cosme-El Agustino, su núcleo principal, crecerá en torno al Mercado Mayorista para ramificarse a las faldas del cerro San Cristóbal y enraizarse en Laticia, Tarma Chico, Santa Rosa, El Altillo. En los años 50 ocupan ya ambas márgenes del Rímac: Fray Martín de Porres, Pedregal, Zarumilla, Cantagallo, Mirones, Reinoso, Carmen de la Legua. En 1955 irrumpen por vez primera en áreas no urbanas, fuera del casco de la ciudad, en el desierto de San Juan (Ciudad de Dios) y en las faldas que continúan los espolones del cerro San Cristóbal (Mariscal Castilla y Ermitaño). La década del 60 ve la expansión de Comas y la ocupación de las faldas de los cerros Arrastre Bajo, Castillo, Comas y Collique, desde la Universidad de Ingeniería hasta el Km. 24 de la carretera a Canta, área donde hoy viven alrededor de 300,000 personas. En 1968 retoman los arenales de San Juan-Villa -Atocongo, haciendo de ellos la nueva zona explosiva de la década del 70 y probablemente la mayor área de futura expansión de los próximos años, actualmente habitan ahí más de 400,000 habitantes. Mientras tanto, las barriadas iniciales al densificarse se han consolidado. San Cosme en 1957 tenía 80 habitantes por hectárea, en 1977 se estima que sobrepasan 300. Además, ahora las construcciones en más del 90% de ladrillo y concreto, cuentan con servicios básicos y son prácticamente zonas urbanas incorporadas a la ciudad. Proceso similar al seguido por otras barriadas en las áreas explosivas de las décadas del 50 y 60.

La barriada de 1957 no es pues la misma de hoy. Ahora es un barrio "no oficial", es decir una agrupación social organizada más o menos espontáneamente cuyo fin es obtener una vivienda para sus moradores y que se desarrolla al margen de las disposiciones vigentes, a mayor extensión y ritmo que las urbanizaciones ceñidas a los dispositivos legales. Sólo en su etapa inicial son barriadas o "pueblos jóvenes", como ahora se les denomina, periodo cada vez de menor duración. Después es el barrio popular no legal, asimilado a un distrito ya existente. Finalmente, constituyen un distrito integrado exclusivamente por "ex-barriadas", con lo que reciben reconocimiento y beneficios del sistema político-administrativo."

Matos Mar, José (1977) Las barriadas de Lima 1957. Lima: IEP. pp 15-16.
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