martes, 10 de noviembre de 2009

Estilo (III)

Style: "Cited as a configuration of qualities shared by many objects spread throughout a long span of time [...]. (Style) means all the systemic changes we observe in the history of a cluster of traits or forms, much as the word "weather" stands for constantly changing relationships of temperature, pressure, humidity. [...] a strand in culture, which is best studied as to content, structure, and flow, with development as its most characteristic trait. [...] is a means of establishing relationships among individual works of art (James Ackerman), like the concepts of society and culture, which are also based on relationships." (p. 12)

"1. Styles, being historical configurations, are neither perpetual nor in random change. Being in change, however, their identity is in doubt at every instant.
2. Elements dispersed evenly throughout all historical time cannot mark style. Yet style presupposes such stable configurations within limited durations.
3. Style is identifiable only among time-bound elements. Yet if the components are in differential change, as they always are, the relation among them is a changing one.
4. Presupposing a style presupposes that it has a beginning and an end, although the components may have begun earlier, and might end later than the style itself.
5. Each kind of human action has its styles: no actions or products escape style. Yet the preceding observations suggest that such configurations are more instantaneous than extended in duration.
6. We participate in going styles, and we observe past style. But the operations of esthetic choice are unpredictable: a past style may at any instant be revived.
7. Different styles can coexist, like languages in one speaker. Such coexistance itself can be more various than style." (pp. 12, 13).

KUBLER, George: "Style and Representation of Historial Time"
En: Annals of the New York Academy of Science Nº 138, 1967: 853.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Arrivederci Roma: Grazie

Advertencia: Nota muy personal, con chistes internos y referencias difíciles de entender. Y el lenguaje, de tan coloquial, casi es faltoso.

También hay que agradecer, ¿no?... Pero, ¿en qué orden se debe agradecer? ¿Orden temporal? ¿Geográfico? ¿Por inicial? A ver qué se me viene a la mente.

Nuevamente una nota inspirada por mi cómplice literaria Betticita, a quien le tengo que agradecer no sólo excelentes recomendaciones bibliográficas, sino también muy buenas copuchas. Y si hablamos de Betticita, hablamos de mi tiiiiiiito Felipito quien desde que llegué a Alemania por primera vez en esta etapa y me dijo "cómo estás, corazón", ha sido como un segundo papá a este lado del charco. Hemos compartido risas, indignaciones, conversaciones, paella, lomo saltado y empanadas; Internet, fotos, facebook e historias... e incuso una que otra caminata a la luz de la luna y un casi encarcelamiento de un peruano semi-ilegal.

Y si hablamos de ellos, hablamos del resto de la familia que anda en alemania. Mi primera Navidad lejos de "casa" fue con la Oma y tía Telma, y en Beinstr. 15 siempre he encontrado una especie de sucursal de casa, me he sentido bienvenida, engreída, engordada, querida.

Los demás... vamos, no los voy a mencionar a todos, que sale muy largo esto y luego nadie lo quiere leer. Ustedes saben quienes son, ustedes saben por qué son importantes para mí, ustedes saben qué momentos especiales hemos tenido juntos y qué abrazos hemos compartido.

Pasemos a hora a España, que en realidad es como decir Perú. No lo digo con ánimos de hacer conflicto, sino porque mis primeras experiencias españolas fueron con peruanos. La Lore, Edfusito, Caro, viejos amigos que me dio gusto encontrar; Vivi, una nueva amiga que me encantó conocer. Cachetes, Adriana, Silvia, Gonzalo, Jose... no me había dado cuenta que eran tantos.

Y sigamos hablando de España, que en realidad es como decir Perú, porque a estas españolas las conocí en Lima, durante las vacaciones. Yoguras, para qué decir más. Vi porto nel cuore!

Llegamos a Italia y empecemos por las dos personas que conocí primero: Stefano y Valeria; Luca, a quien sólo he visto una vez en la vida, pero con quien quedó una complicidad simpática. Tetiana, mi hada madrina inmobiliaria. Y mi "familia italiana" *tomo mucho aire* Ro, Giulio, Jacopo, Sebastiano, Massimo. Más italianos: Olga (que es rumana), Julia (que es austríaca y vive allá), Enrico (il capo più geniale che ci sia!), Antonia (que sabe decir "carajo" como si fuera peruana).

Sé que hay mucha gente que se me escapa. Quisiera mencionar las... 4 personas (sí, sólo 4) en las que pienso con una sonrisa cuando me acuerdo del doctorado, pero no ando con ánimos de ofender más de lo necesario. Y a mi genial tutor de tesis, que mejor ni lo nombro porque magari si incazza con me.

¿Y los peruanos-peruanos?

Me acordaba hoy cómo cada uno de mis viajes de visita a Perú me han mostrado la importancia de aspectos de mi vida que no tienen precio. Los dos primeros - familia y amigos - eran cosas que ya sabía. El tercero, en julio-agosto de este año, fue una sorpresa tan genial que nunca lo hubiera imaginado posible.

Amigos: upecinos, no upecinos, ursulinas, colegas, amigos de amigos... en realidad son ustedes, los de las fotos de cada una de las innumerables despedidas. Y es que el que mucho se despide es porque en realidad no se quiere ir. ¿Quienes hay que no he mencionado ya? Vean las fotos pues, y no hagan preguntas bobas.

Familia: ¿para qué entrar en detalles si sabemos que son lo máximo? Y sobre todo que sin ustedes, sin las llamadas, los mails y el apoyo en todo sentido, simplemente ésta no la hacía. Desde esa época tan compleja en marzo-abril del 2007, mi primera partida, cada visita, cada nueva partida, cada mala noticia, cada llanto telefónico, cada carcajada... Con la distancia uno aprende a apreciar cosas que de cerca no siempre se ven tan claras. En el caso de ustedes no era necesario irme, la certeza de que tengo una familia excepcional la he tenido siempre.

Si hay alguna omisión, no se me ofendan. Señalen amablemente, no más, que luego yo enmiendo.

Sonrío. Soy una persona afortunada.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Arrivederci Roma: ¿Qué han hecho por mi (nosotros) los romanos?

Este post está inspirado en una cita de "La vida de Brian", de Monty Python (¿qué han hecho por nosotros los romanos?), y en mi colega literaria Betticita.

Ya sé, ya sé. "En lugar de preguntarte qué ha hecho el mundo por ti, pregúntate qué haces tú por el mundo" y todo ese rollo. Lo sé. Pero déjenme ser un poco egoísta. Se trata de apreciaciones personales y es "mi" despedida de ese trozo de ciudad que he hecho "mi" Roma.

¿qué han hecho por mi los romanos?

Me han enseñado paciencia. Horas y horas de colas y espera en la Questura, en la Posta, en los supermercados, en la embajada, en las paradas de transporte público, me han enseñado a ser casi inmune a cierto tipo de esperas. Esto va de la mano con el ir siempre preparada (además del usual libro, ahora cargo además el iPod y el Sudoku) y ha sido responsable de una incipiente actividad literaria amateur, de historias que se me ocurren en estos larguísimos períodos de espera.

Me han desarrollado el sarcasmo. Una vez que entendí que cuando gritaban no me gritaban sino que simplemente es así como hablan (cuchumil decibeles por encima del nivel de audición normal), descubrí que una manera de participar de ello sin volverme gritona yo misma era con el mismo sarcasmo usado por la mayoría. Aprendí que si uno quiere establecer un diálogo con un desconocido, la mejor manera de hacerlo es quejarse de algo en común; aprendí que un chiste no es un chiste si es que no está implícita o explícita la burla.

Me han dado mucho tiempo libre. Las imprecisiones en el desarrollo de los seminarios en la universidad, la falta de trabajo (y la imposibilidad de tener uno), el ritmo lento que existe para hacer muchísimas cosas, me han dado dos años de mucho tiempo libre. Éste es, en gran parte, tiempo para investigar obviamente, pero como no considero que eso sea un "trabajo", cuenta en mi cabeza como tiempo libre. He podido, además, ver un montón de películas y leer cosas para las que normalmente no me habría dado tiempo u oportunidad.

Me han mostrado la ineficacia de una protesta pacífica, o dicho de otra manera, "mucho ruido y pocas nueces". ¿De qué sirve que cuchumil italianos y extranjeros se paren con banderas en el Circo Massimo a protestar contra una serie de políticas del gobierno si, mientras tanto, el gobierno en cuestión se dedica a continuar con las mismas líneas (las de gobierno y probablemente de las otras también), haciendo caso omiso a lo dicho o pensado por la otra mitad de la población? Un amigo mío, partigiano contemporáneo, me diría que ese no es el punto, que uno protesta porque frente a ciertas cosas, no puede quedarse callado. Estoy de acuerdo (si no, no existiría este blog), pero creo que sólo protestar, como muchos hacen, a modo de pic nic, no tiene mucha mella, y que toda esa energía podría utilizarse de maneras un poco más inteligentes.

Me han enseñado una dura lección de discriminación, efectiva y brutal. He aprendido sobre los diferentes matices de las interrelaciones entre grupos humanos que tal vez ni siquiera deberían distinguirse entre si. Me di cuenta que los "malos" (turcos, chinos, negros), son en realidad los "buenos" , esos que te sonríen aún si no hablas el italiano a la perfección, esos que te ofrecen un kleenex o una mano, esos que, probablemente, no tengan Permesso di Soggiorno, pero que desde mi punto de vista, tienen mucho más derecho a estar aquí que un buen puñado de gente nacida en Italia.

Me han sorprendido con puntuales manifestaciones de amistad y afecto. Ya lo digo, hablo de "romanos" y lo lógico es que alguien grite "no todos somos así", como una vez me dijo un viejito en un metro. Es cierto. He conocido personas espectacularmente buenas, generosas, altruistas e inteligentes, gente con una mentalidad abierta, con un deseo de cambiar el mundo, inconformes frente a la dura realidad cotidiana. Muchos de ellos no son romanos, pero es que al final, se trata de gente simplemente. Se trata de sintonías entre personas, en las que es indiferente de dónde vienen, qué hablan o cuál es la nacionalidad en sus documentos.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Arrivederci Roma: ensayo de despedida

Luego de más de dos años de vivir en la ciudad eterna (que según una sabia amiga, se llama así porque a uno se le hace eterno el tiempo que debe vivir acá), me iré por un largo período. ¿Volveré? De todas maneras, tengo aún un año más de doctorado por delante, pero ya no será lo mismo.

Como proceso de despedida (y en el segundo año de existencia de este blog "terapéutico") del mismo modo que cuando llegué, trataré de concentrarme en las cosas buenas de Roma, en lo que hace de ésta una ciudad única, en lo que voy a extrañar.

...

Si tan sólo se me ocurriera algo...

miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿Cómo definirías tu estilo? (II)

La pregunta sigue dando vueltas, con la tozudez de las preguntas que no tienen respuesta. La palabra "estilo" me sigue incomodando, y lo que es peor, más allá del "estilo Internacional", no he encontrado ninguna referencia reciente al término en un ámbito académicamente reconocido.

O dicho en simple: muy poca gente que escriba sobre arquitectura con seriedad utiliza la palabra "estilo".

Así es que, por el momento, sólo colocaré una cita y un buen artículo.

Estilo: "Serie de elementos técnicos e iconográficos que caracterizan la obra de un autor, una escuela, una región o un período histórico. Moda, hábito. del latín ¨stilus¨, estilo, modo de escribir.
[...]
¿Es posible definir un estilo determinado? Evidentemente sí. De lo contrario, la tarea de los históricos del arte hubiera sido arto difícil. Necesitamos clasificar (encasillar) para poder analizar y, de algún modo, comprender la evolución de la cultura humana. Dicha tarea ha tenido dificultades a lo largo de la historia, las particularidades han sido constantes. De allí en adelante, los tamices utilizados para las clasificaciones fueron proporcionalmente más finos mientras más seria y profunda fuera la investigación, más amplios cuando la investigación tendía a un público mayor, sin compromiso y sin necesidad. Este último tamiz, se caracterizó (se caracteriza) en especial por la superficialidad. La reducción a la capa más delgada, la superficie, el ornamento, el tatuaje del indio papúa. No contempla, por ignorancia o por oportunidad, los tiempos, los entornos físicos, sociales o históricos, las ideologías, en definitiva, el alma matter (sic.) de un estilo.
[...]
El resultado de esta visión es obvio: la reducción a la superficie visible, la arquitectura sticker, el collage de arquetipos (paradójicamente nacido como vanguardia con el arte Pop). La arquitectura, así degradada, escapa a cualquier discusión. Si este modo (¿moda?) de entender la arquitectura es aceptada por la gran masa de consumidores (el resto del mundo no-arquitecto) existe sólo un responsable: el arquitecto."

SARGIOTTI, Ricardo
http://www.arqhys.com/casas/arquitectura-estilo.html


VALENZUELA, L., 2002, La arquitectura-arquitectura. Una colección de cosas raras y valiosas, ARQ (Santiago).
http://www.scielo.cl/pdf/arq/n50/art08.pdf
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