viernes, 16 de septiembre de 2022

¿Por qué se jubilan los críticos?

 De vez en cuando alguien hace la pregunta. 

¿Qué fue de Fulano Que Criticaba Arquitectura? ¿Por qué ya no publica nada? ¿Qué pasó con la página Tal? ¿Ya no la actualizan?

Y es así. Las páginas dedicadas a la crítica de arquitectura, ya sea a través de blogs, Facebook, IG o la plataforma de turno, tienen un ciclo vital. Empiezan con timidez, se van haciendo conocidas, llegan a un punto de frenesí de posts y luego, poco a poco, van muriendo.

¿Por qué?

Lo mejor sería preguntarle al Fulano en cuestión, pero creo que puedo soltar algunas hipótesis.

La razón más simple de identificar, cuando el crítico o la página desaparecen de improviso, es que fueron censurados. Poca gente querrá admitir la existencia de censura en un momento histórico en el que nos preciamos de libertad de expresión, pero lo cierto es que existe. Si no fuera así, ¿por qué muchos críticos escriben (¿escribimos?) bajo pseudónimos?

A veces la censura es directa. Una persona en una cierta posición de poder le pide al crítico, con o sin amabilidad, que deje de publicar lo que está publicando. Porque, si no deja de publicar... [inserte aquí una consecuencia funesta]. A veces es sutil. Alguna conversación aparentemente casual, la no consideración del Fulano para algún puesto o trabajo, la pérdida de auspiciadores, amigos, clientes.

Una siguiente razón es que los temas se agotan. Sobre ciertos aspectos de la arquitectura sólo se puede hablar hasta cierto punto sin caer en el riesgo de repetir y aburrir. Las ideas se vuelven masticados de sí mismas, los memes ya no dan tanta risa, y de pronto alguien dice "oye, eso ya lo publicaste el otro día".

Otra razón es la falta de tiempo. Muchos críticos que lo fueron de jóvenes, en la universidad o recién egresados, dejan de serlo cuando las cuentas, la familia, el trabajo, la vida misma ya no les dejan tiempo libre para prestarle a la crítica (y al contexto que la pide) la atención que requiere. Fulano regresa cansado del trabajo, sabe que tiene que poner dos cargas de lavadora y revisar la tarea del hijo, y al día siguiente despertarse temprano y volver a empezar. El tiempo libre, con un poco de suerte, le da para ver medio capítulo de serie de Netflix y ahí se acabó el día, la semana, el mes.

A veces el (ex) crítico se vuelve un poco tímido frente a las presiones y realidades del oficio que solía críticar. Lo que antes le parecía inconcebible se ha vuelto parte de su día a día. El "no puedo creer que los arquitectos hagan esto y aquello" desapareció, porque Fulano se ha vuelto el arquitecto que hace esto y aquello. ¿Con qué doble moral va a criticar ahora, sí ha se ha convertido en eso que alguna vez juró destruir?

Pero, finalmente, creo que la razón por la que el crítico se jubila, la más triste y dolorosa, es que se cansa. Más allá de unos cuantos likes y algún momento en el que su post se volvió viral, las cosas no cambiaron. Eso que criticó, y que produjo que la gente se indignara, sigue sucediendo. El archistar continúa impune, el proyecto sigue siendo mediocre, el premio sigue pareciendo vendido.

Y Fulano se cansó de predicar en el desierto. Mejor invertir las energías en otra cosa.

2 comentarios:

  1. Hola, Cristina. Después de mucho tiempo vuelvo a darme una vuelta por tu blog y es un gusto volver a leerte. Con respecto a la publicación, me ha tocado vivir dos experiencias que creo pueden encajar con el tema, y es que, si existe alguna una "entidad divina" o “fuerza mayor” que mueve los hilos de la realidad, esta tiene un sentido del humor muy particular.

    En una primera ocasión, debes recordar el proyecto que emprendimos para recopilar toda la información in situ de un multifamiliar del Arq. Villarán Freire en la Av. Juan de Aliaga. Recuerdo haberme dicho: “espero que la persona que tenga que proyectar en este terreno diseñe algo digno de reemplazar el proyecto que aquí estaba”. Tiempo después, me toca diseñar una cabida en ese terreno.

    La segunda anécdota sucedió en torno a una polémica por la publicación en Facebook acerca de la propuesta de un hotel en el acantilado bajo Larcomar. En esa oportunidad escribí una opinión al respecto. Parafraseando lo que dije, iba un poco sobre que se pueden hacer mejores intervenciones en comparación a la propuesta publicada. Tiempo después, por azares del destino, me toca hacer una revisión y proponer un nuevo diseño para ese proyecto (al final quedó en nada por motivos que no tuve conocimiento).

    Saludos y un fuerte abrazo.

    P.D. ¡Viene blink-182 a Perú!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario José Antonio. ¡Qué bonito leerte! Cómo olvidar la experiencia del multifamiliar de Villarán. Luego de la demolición, pasó muchísimo tiempo antes de que suceda algo con ese terreno.

      Ironías de la vida, criticar algo y luego tener oportunidad de hacer algo al respecto. Es tan complicado nuestro oficio en ese sentido.

      Saludos para ti y mucha suerte. (Y, ojalá, nos vemos en blink!)

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