Tercera entrega de "Crítica, crítica y más crítica (Vol. 2)". Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no representan necesariamente la posición del blog.
Luego de publicada esta reseña, varias personas señalaron que el CC Plaza San Miguel no es el primer centro comercial del Perú. De todos modos, se ha mantenido el título original, al que solo se han añadido comillas.
Luego de publicada esta reseña, varias personas señalaron que el CC Plaza San Miguel no es el primer centro comercial del Perú. De todos modos, se ha mantenido el título original, al que solo se han añadido comillas.
La mayoría de personas podría imaginarse que el
primer centro comercial fue Camino Real, por su ubicación céntrica y por
establecerse en uno de los distritos más pudientes de Lima. Sin embargo, a
mediados de los años setenta Plaza San Miguel emergió como hito en uno de los
distritos de clase media menos poblados de la ciudad. La razón por la que
decidí criticar este edificio es porque no solo he sido usuario de este a lo
largo de mi vida, sino porque su popularidad creció mientras yo lo hacía y he
podido notar cada cambio significante que tuvo.
Durante los años noventa, Plaza San Miguel era
frecuentado en su mayoría por los vecinos del distrito. Había ciertas tiendas
reconocidas y otras independientes. El edificio se ubicaba en el centro y era
rodeado por puestos de estacionamiento. Las vías interiores no eran techadas y
éstas conectaban a todas las tiendas, incluyendo a las tiendas ancla y se
encontraban en un punto central donde había una zona de juegos mecánicos y
plazas escalonadas donde ocurría toda clase de eventos en días festivos
importantes. San Miguel, en ese entonces, carecía de espacios de encuentro de
tal popularidad. A pesar de tener una gran área de estacionamiento de por
medio, el ingreso desde las avenidas y calle era casi sutil pues la entrada era
suficientemente ancha y no había cerramientos de por medio. El diseño del
centro no hacía sentir al público forzado a comprar. Las plazas, escaleras y
bancas que formaban parte de la zona de encuentro ofrecían suficiente espacio
para que la gente se reuniera sin ningún fin comercial. A pesar de ubicarse en
una extensa área, todo el edificio era de un nivel y uno era libre de poder
recorrer y atravesarlo pues tenía múltiples salidas hacia las cuatro fachadas.
El área de estacionamiento representaba un gran retiro de modo que los muros
ciegos del centro no eran visualmente agresivos.
A finales de los años noventa, con el desarrollo
urbano del distrito y la aparición de nuevas cadenas de tiendas extranjeras, se
empezó a edificar en las áreas de estacionamiento. La tienda por departamentos
existentes y supermercado, Saga Falabella y E. Wong respectivamente, añadieron
más niveles. Pero el mayor impacto que causó este cambio fue la llegada de
Ripley. La ubicación de este bloque de cuatro niveles se destacaba del resto
del centro comercial por su gran tamaño y bloqueaba parcialmente la entrada
hacia el centro desde la avenida La Marina. La cercanía de este gran edificio
hacia la avenida y su exterior contrastaban fehacientemente con el resto del
centro. En los años posteriores, la aparición de nuevas tiendas en el resto de
los terrenos que pertenecían al centro comercial y la ampliación de este hacia
la calle Mantaro marcaron el inicio de la transformación de lo que era un punto
de encuentro desapercibido a un centro saturado de tiendas que eran agregadas
de forma aleatoria y desordenada al diseño original. Si bien el crecimiento del
centro respondía a la demanda de contar con nuevas tiendas que otros centros
comerciales más grandes tenían, la suma de estas no se previó y la adición de
dos niveles más, el enrejado exterior y un patio de comidas hizo que otra
entrada sea obstaculizada por está saturación. En los últimos dos años, todavía
se sigue añadiendo tiendas en lo que quedaba de los puestos de estacionamiento
y la altura del centro comercial sigue creciendo.
Dado que la ampliación ha ido ocupando los antiguos
lotes de estacionamiento, la percepción de Plaza San Miguel ha cambiado. Las
fachadas desde la avenida La Marina, Universitaria y la calle Mantaro han
quedado como grandes muros ciegos que permanecen desconectados y abrumadores al
entorno. El gran bloque en que se está convirtiendo ya no invita al peatón a
ingresar de forma sutil al centro. La adición de nuevas tiendas y las
improvisadas entradas a los estacionamientos subterráneos cortan la circulación
peatonal que antes era continua y uno casi debe adivinar por donde puede entrar
al centro sin tener que pasar por alguna tienda ancla antes. No se trata de que
la improvisación en el crecimiento de Plaza San Miguel tenga menos valor que
una gran área para puestos de estacionamientos que este tenía hace dos décadas,
sino que nunca se dio importancia a la necesidad de tener espacios previos, de
transición hacia el ingreso del centro comercial. Cosa que el diseño original
si había previsto en el interior y que esa gran área de estacionamientos,
diseñada para el auto, servía mejor al ser un gran retiro a que el peatón tenga
que enfrentarse de forma tan abrupta a un gran bloque ciego de tiendas por
departamento.
El crecimiento económico, la demanda de nuevos
centros comerciales en todos los distritos y el prototipo de centro comercial
americano causó el rápido incremento de nuevas tiendas y nuevas cadenas de
restaurantes y cafeterías como símbolo de desarrollo e inversión en los
distritos emergentes en los que cada vez la clase media era la mayoría. Plaza
San Miguel se extendió, pero no evolucionó como edificio público y para el
público. Le da la espalda al usuario peatón que fue siempre el recurrente,
interrumpe y crea nudos de tráfico alrededor que mientras más se satura, más
desdén provoca pensar si realmente uno quiere ir a caminar o reunirse o
siquiera ir a comprar a este centro comercial.
laplazaperu.files.wordpress.com |
Excelente análisis de la evo(invo)lución del centro comercial. Olvido del peatón, cada vez más preocupación por el usuario de un vehículo. ¿Cuáles son las causas de este desequilibrio? ¿Solo se piensa que el que va con carro va a comprar?
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