Estoy harta que pidan visa para visitar ciertos países.
Estoy harta de que, aún al tener la visa, haya que hacer una serie de interminables trámites para que las santidades correspondientes otorguen su sagrado permiso para permanecer en dichos países.
Estoy harta de que los trámites de visas sean tan humillantes, tan denigrantes, e incorporen a personajes con vocación de verdugo, que disfrutan dando indicaciones absurdas a quienes sólo quieren visitar su país.
Estoy harta de la gente que discrimina a quienes no hablan su idioma a la perfección.
Estoy harta de los sistemas burocráticos en los que nadie se detiene a revisar la lógica. Cuyos miembros no tienen ningún reparo en tratar mal a los "clientes", contradecirse o dar información errónea.
Estoy harta de los funcionarios que creen que es deber de uno el saberlo todo, que consideran que es un inmenso fastidio tener que responder una pregunta, que cuando lo hacen, no son amables ni tienen voluntad de ayuda.
Estoy harta de que no saber sea mi culpa.
Estoy harta de quienes creen que al ayudarte te están haciendo un enorme favor.
Estoy harta de la gente que, simplemente, no quiere ayudar.
Estoy harta de que las fronteras no sean abiertas, de que no se busque la diversidad, de que no exista la curiosidad, el interés, por aprender de y compartir con alguien que se ve un poco distinto.
Estoy harta de que, aún al tener la visa, haya que hacer una serie de interminables trámites para que las santidades correspondientes otorguen su sagrado permiso para permanecer en dichos países.
Estoy harta de que los trámites de visas sean tan humillantes, tan denigrantes, e incorporen a personajes con vocación de verdugo, que disfrutan dando indicaciones absurdas a quienes sólo quieren visitar su país.
Estoy harta de la gente que discrimina a quienes no hablan su idioma a la perfección.
Estoy harta de los sistemas burocráticos en los que nadie se detiene a revisar la lógica. Cuyos miembros no tienen ningún reparo en tratar mal a los "clientes", contradecirse o dar información errónea.
Estoy harta de los funcionarios que creen que es deber de uno el saberlo todo, que consideran que es un inmenso fastidio tener que responder una pregunta, que cuando lo hacen, no son amables ni tienen voluntad de ayuda.
Estoy harta de que no saber sea mi culpa.
Estoy harta de quienes creen que al ayudarte te están haciendo un enorme favor.
Estoy harta de la gente que, simplemente, no quiere ayudar.
Estoy harta de que las fronteras no sean abiertas, de que no se busque la diversidad, de que no exista la curiosidad, el interés, por aprender de y compartir con alguien que se ve un poco distinto.
Me parece extraordinario, porque combina la descarga emocional con la reflexión y la denuncia social a diferentes sistemas, ¿o es también una denuncia moral? Gracias por compartirlo.
ResponderBorrarMuy cierto todo. Y es una pena. Algo tan simple como hacer trámites se vuelve una odisea con gente que te tiene que joder por el solo hecho de aburrirse.
ResponderBorrarY eso de la burocracia pasa en los mismos países de uno... que desorden es hacer trámites en Lima! Me acuerdo de cuando saqué mi pasaporte hace años, cuando un milico malgeniado no me quiso tramitar porque mi mamá no tenía su DNI (que le habían robado hacia dos días y sólo teníamos la denuncia policial) y hasta nos quiso coimear. ¿Que culpa teníamos?
Buen post. Saludos!