Parte I
EGIPTO
El plano medianero como principio organizador de la arquitectura y escultura egipcias (Burga) |
En Egipto el concepto de "lugar" siguió siendo el fundamental: Cada parte del edificio o del complejo urbano fue nominada y tuvo una identidad significativa en relación a la vida de los pobladores.
Al mismo tiempo aparecieron los sistemas de orientación un tanto independientes de las casas, pero no de sus implicancias simbólicas. Se habla ya de Norte, Sur, Este, Oeste, Horizontal, Vertical, etc. Se inicia asimismo el uso de sistemas de proporción, en la forma de cuadricula homogénea que se impone a la arquitectura, a la escultura y a toda representación bidimensional.
Los objetos esculturales y volumétricos definidos, eran colocados en un espacio ilimitado, lo que indica ya una conciencia y una intención de dar forma fundamentalmente a la masa, no así al espacio que es todavía pensado coma amorfo. La voluntad de dar forma a la masa se manifestó a través de la utilización de superficies lisas que se orientaban de acuerdo a valores cosmológicos y religiosos. Después de todo, en un hábitat donde predominaba una superficie plana horizontal y en que las largas travesías requerían de alguna referencia, no resultaba nada extraño que se llegara a tales recursos para orientarse.
A la representación altamente realista del hombre de las cavernas, se opone la de los egipcios por lo equilibrada y estática, por lo altamente convencional y por sus múltiples reglas, la Egipcia es una representación de carácter "planar", probablemente influida por el "descubrimiento" de la superficie plana a la que parece rendírsele un culto especial. Ello no solo esta presente en la representación bidimensional: También en la escultura y arquitectura se ha partido de bloques "cúbicos" constituidos por superficies planas perfectamente ortogonales entre si y a partir de las cuales se elaboran las representaciones.
A estas alturas de la historia de la representación aparecen elementos denotantes de "lugar" en forma simbólica, como extraídos de una realidad evidentemente más compleja . Elementos como la linea de tierra, plantas, ríos, etc., se superponen a la representación. La ilusión de profundidad es alcanzada, no por la disminución de tamaño de los objetos representados - pues esto obedecía a la importancia jerárquica de los personajes- sino por la superposición simple y parcial de imágenes. Esta superposición no llega a obturar ninguna parte importante de la imagen: La pintura de un hombre con un brazo totalmente oculto por su cuerpo, hubiera sido percibida como la de un manco. Esta preocupación porque aparecieran las partes del cuerpo como "rebatidas" en su proyección mas significativa, fue probablemente una de las razones para reproducir la figura humana de modo tan curioso y lo que impulso a delinear partes del dibujo como vistas desde "arriba", al lado de otras vistas "de costado", como en el dibujo de los niños. [...] Y no es que estas características respondieran a una incapacidad técnica para reproducir fehacientemente la naturaleza, sino que hay la intención de buscar una claridad mas simbólica que representativa. Esto se expresa también a través de los iconos que con el tiempo van llevando paulatinamente a la invención de la escritura como representación de las ideas, diferenciándose de la pintura como representación de la realidad.
Burga Bartra, Jorge (1989) Del espacio a la forma. Lima: Concytec.
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