miércoles, 9 de diciembre de 2009

Estudiar arquitectura: Manual de Tesis (I)

La (divag)autora no se hace responsable de la aplicación correcta de este manual. En otras palabras: si no te va bien en la tesis, no me reclames.

1. Hacer tesis o no hacer tesis:

Lo primero que me nace decir es "hazla de una vez, que se sobrevive", pero creo que la respuesta es más compleja. Personalmente creo que el hacer la tesis de fin de carrera tiene dos ventajas.

En primer lugar, da la posibilidad de hacer ese proyectito que uno siempre quiso hacer, con una cierta flexibilidad, pocas limitaciones presupuestarias y sin clientes irrazonables. Claro que hay un asesor y éste puede ponerse pesadísimo, y también hay un jurado que puede ser aún peor; pero no hay una ama de casa con vocación de dibujante ni un cliente ingeniero que cree que uno es sólo decorador.

En segundo lugar, creo que es importante cerrar la etapa universitaria con un evento grande. Algo que abarque todas las esferas, que sea un rito, que sea un acto de glorioso masoquismo - sangre, sudor y lágrimas, dicen por ahí. ¿Por qué? Porque hay pocas sensaciones tan maravillosas como finalmente dormir, no importa la hora que sea, luego de haber entregado esos planos y esa maqueta. Uno siente que duerme por los cinco o seis años de carrera en los que no se durmió bien.

¿Hacer o no hacer tesis? Hazla de una vez, que se sobrevive.

2. El tema de la tesis

La selección de tema de tesis es parte de un proceso y existen dos puntos de partida: el "todista" y el "nadista". El primero parte de premisas como "con mi tesis quiero solucionar el problema de vivienda masiva en el Perú"; el segundo, de "un centro cultural así no más, para acabar rápido". Ni uno ni otro son temas de tesis; para esto es que se inventaron los cursos de investigación, pre-tesis, lineamientos o afines, con el fin de encauzar las buenas o malas ideas y convertirlas en tema.

Este tema no puede ser ni muy complicado ni muy simple. Es altamente improbable (por no decir imposible) que un tema de tesis solucione el problema de la vivienda masiva; como es altamente improbable que un jurado apruebe un tema de poca complejidad.

Primera acotación: tenemos que distnguir entre tema de tesis y programa arquitectónico. Un Hospital es un programa arquitectónico - una tipología si se quiere -, los espacios intermedios en la vivienda social es un tema de tesis. Un centro cultural es un programa, arquitectura que crece en el tiempo es un tema.

El tema nos debe hacer pensar en la Arquitectura con A mayúscula. El programa es simplemente un pretexto, un ejemplo de qué sucedería si este tema es puesto en práctica. Ejemplo: el tema es el empleo de recorridos secuenciales utilizando espacios cerrados y abiertos, la aplicación será el proyecto de una escuela primaria.

Segunda acotación: Ni muy ambicioso, ni muy pobre. Hay un límite de tiempo, esa tesis debe terminar, el tema debe cerrarse, así es que el acotar sus límites (los famosos "alcances y limitaciones") es importantísimo. Una tesis demasiado pobre no permitirá un nivel de complejidad adecuado ni el empleo de suficientes recursos y esto va a tener como consecuencia una nota baja o desaprobada.

Corolario: Elegir eso que hubieramos hecho si no hubiéramos sido arquitectos. Uno debe empezar locamente enamorado del tema de tesis, del proyecto, de todas las ideas iniciales, porque llegará un punto que las odiará, seguramente. Así es que esa pasión inicial es casi indispensable, es el combustible que nos alimentará durante todo el proceso de hacer tesis. Por eso, personalmente, sugiero que la tesis tenga que ver con esa otra cosa que nos apasiona (además de la arquitectura).

Continuará...

1 comentario:

  1. Me encanta esta publicación... =)...
    Eso que nos apasiona además de la arquitectura nos hace completos. Siempre hay algo detrás de una gran idea =)

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