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5. El asesor, los asesores
En todo este largo camino de hacer la tesis de grado definitivamente uno no está solo, ni debe estarlo. Si bien uno de los fines de este trabajo es demostrar que el estudiante está listo para ejercer como arquitecto, no se espera que ya lo sepa todo y no necesite más guías o ayudas. Es por eso que las facultades ofrecen diferentes maneras de asesorar, ya sea con uno o más profesores que revisan el proyecto, sustentaciones parciales, críticas grupales, etc.
En la mayoría de casos, el asesor es uno (o una), sin embargo creo que cuantos más arquitectos miren el proyecto o escuchen las ideas es mejor, porque uno tendrá una retroalimentación más completa.
Con respecto a este punto hay dos cosas importantes que se debe tener en cuenta:
a) Buscar a los especialistas: si el proyecto que pienso desarrollar tiene un importante porcentaje de paisajismo, es evidente que tengo que revisarlo con un arquitecto especializado en el tema. Pero además si estoy haciendo un hospital, no sería mala idea entrevistar médicos que puedan dar un punto de vista "desde adentro", que un arquitecto no necesariamente percibiría.
b) No todas las opiniones tienen el mismo peso: esto es un poco complicado de discernir, pero es vital hacerlo. Se debe ser cuidadoso al pedir opiniones y, si bien todas deben ser respetadas, no todas pueden aplicarse en la tesis. La selección de qué es importante y qué debería ser ignorado no es fácil, pero es imprescindible.
Aconsejo que, además del asesor principal, se consulte con unos 4 ó 5 arquitectos, de preferencia especialistas en el tema de tesis, y la misma cantidad de profesionales (no arquitectos) involucrados con el proyecto.
Se debe decir algo más con respecto a los asesores: no todos se ajustan a todos los momentos de la tesis. Los hay pragmáticos, que se fijarán en el funcionamiento general del proyecto; soñadores, que elucubrarán sobre aspectos casi filosóficos del tema elegido y posibles enfoques; minuciosos, que querrán ver detalles constructivos y de acabados, y un largo etcétera.
Nuevamente se necesita un poco de criterio para saber qué asesor se ajusta mejor a la etapa en la que va el proyecto.
Continuará...
5. El asesor, los asesores
En todo este largo camino de hacer la tesis de grado definitivamente uno no está solo, ni debe estarlo. Si bien uno de los fines de este trabajo es demostrar que el estudiante está listo para ejercer como arquitecto, no se espera que ya lo sepa todo y no necesite más guías o ayudas. Es por eso que las facultades ofrecen diferentes maneras de asesorar, ya sea con uno o más profesores que revisan el proyecto, sustentaciones parciales, críticas grupales, etc.
En la mayoría de casos, el asesor es uno (o una), sin embargo creo que cuantos más arquitectos miren el proyecto o escuchen las ideas es mejor, porque uno tendrá una retroalimentación más completa.
Con respecto a este punto hay dos cosas importantes que se debe tener en cuenta:
a) Buscar a los especialistas: si el proyecto que pienso desarrollar tiene un importante porcentaje de paisajismo, es evidente que tengo que revisarlo con un arquitecto especializado en el tema. Pero además si estoy haciendo un hospital, no sería mala idea entrevistar médicos que puedan dar un punto de vista "desde adentro", que un arquitecto no necesariamente percibiría.
b) No todas las opiniones tienen el mismo peso: esto es un poco complicado de discernir, pero es vital hacerlo. Se debe ser cuidadoso al pedir opiniones y, si bien todas deben ser respetadas, no todas pueden aplicarse en la tesis. La selección de qué es importante y qué debería ser ignorado no es fácil, pero es imprescindible.
Aconsejo que, además del asesor principal, se consulte con unos 4 ó 5 arquitectos, de preferencia especialistas en el tema de tesis, y la misma cantidad de profesionales (no arquitectos) involucrados con el proyecto.
Se debe decir algo más con respecto a los asesores: no todos se ajustan a todos los momentos de la tesis. Los hay pragmáticos, que se fijarán en el funcionamiento general del proyecto; soñadores, que elucubrarán sobre aspectos casi filosóficos del tema elegido y posibles enfoques; minuciosos, que querrán ver detalles constructivos y de acabados, y un largo etcétera.
Nuevamente se necesita un poco de criterio para saber qué asesor se ajusta mejor a la etapa en la que va el proyecto.
Continuará...
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